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 Vittore Scarpaccia

y otros pintores Venecianos

Texto traducido de "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550


Se conoce de la experiencia, que cuando los artistas nuestros comienzan en una provincia, les siguen muchos otros después, y en un tiempo incluso infinitos, que la profesión misma ejercen por rivalidad imitándose entre ellos, y por dependencia de sus maestros, que han sido excelentes en el arte, defendiendo cada uno él suyo, en todas las modalidades que ellos saben, y pueden. Pero son muchos dependiendo de uno sólo, rápidamente cuando ellos se dividen, o por el tiempo o por la muerte, se divide la voluntad; en el querer parecer cada uno el maestro, pretendiendo mostrar el valor suyo, como hicieron en Venecia Vittore Scarpaccia, Vincenzio Cadena, Giovan Battista de Conigliano, Giovannetto Cordelliaghi, Marco Basarini, el Montagnana, todos venecianos, y con dependencia de las maneras de Giovan Bellino. De los cuáles Vittore como más aventurado, en la escuela de Santa Úrsula de San Juan y Pablo de Venecia, tuvo que hacer muchas de las historias en tela y al temple, de la vida que hizo esta santa hasta su muerte (#,# #,# #,# #,# #); los trabajos que supo llevar bien con el valor del otro, que con esto adquirió nombre, y tanto que si no está entre las cumbres y grandes talentos, al menos de válido y práctico maestro. Que fue causa, segun dicen los más, que la nación milanesa le hizo hacer en los monjes Menores una tabla en su capilla, con San Ambrosio y otras infinitas figuras (#
es de Marco Basaiti y Alvisi Vivarini).

Hubo una gran competición mientras que vivió entre él y Vincenzio Catena, el cual entre otras pinturas que hizo en su tiempo, pintó muchos retratos del natural, y entre otrosm hizo uno de un alemán, persona honorable que en su tiempo vivía en el Fondaco (# perdido en el incendio del museo de Berlin 1945); vivamente pintado, que lo hizo entrar en gran consideración, porque no pensaron que daría tanto.

Donde Giovan Batista de Conigliano, discípulo de Giovan Bellino, animado de tales ejemplos, y no queriendo ser menor que ellos, hizo muchas obras de pintura en Venecia, que le dieron renombre y valor. Y particularmente, hay cosas suyas en el convento del Corpus Domini de Venecia, un San Benito y otros santos, y un niño afinando las cuerdas de un laúd (#).

Marco Bassarini tuvo él, aún en este tiempo, buen nombre en la pintura. Trabajó en Venecia, en San Francisco de la Vigna una tabla, y dentro, la deposición de la cruz (#). Aunque nacido en Venecia, sus padres eran griegos, residentes allí.

Estuvo al mismo tiempo Giannetto Cordelliaghi tenido por buen pintor, suave y delicado, que hizo muchos cuadros para adorno de las habitaciones y muchas otras pinturas.

Buscó igualarle el Montagnana, que pintó en Venecia, e hizo en Padua en Santa María de MonteOrtone un tabla en la iglesia.

Entre éstos estuvo Simón Bianco escultor florentino, que había elegido para vivir Venecia, y donde hizo continuamente cosas, y determinadas cabezas (3 localizadas #,#) de mármol enviadas a Francia con mercaderes venecianos. Y estaba aún, Tulio Lombardo, muy práctico tallista.

Siendo en esta provincia y en Lombardía muchos pintores y escultores, de los cuáles por no haber visto muchas grandes cosas, no relataré las vidas, sino para poner de manifiesto que no me he olvidado, sucintamente los trataré. No porque no se sepa de su principio, la mitad y final de ellos, sino porque tratar de quien no se murió o no hizo benificio y honor a las artes, no me parece que merezca el pago. Digo que en Lombardía fueron excelente escultores: Bartolomeo Clemento Reggio y Agostino Busto ; y en talla Iacopo d´Avanzo, milanés, y Gasparo y Girolamo Misuroni. Y que en Brescia ejercía el arte Vincenzio Verchio, práctico y válido en trabajar al fresco, quien por las hermosas obras suyas adquirió enorme nombre en Brescia su patria. Que de igual manera hizo Girolamo Romanino muy experto y buen y dibujante, como abiertamente se ve en las obras hechas de él, en Brescia y en muchas millas alrededor. Y no menos que éstos, al contrario, les paso, Alejandro Moretto, muy delicado con los colores y muy diligente, como abiertamente se ve en sus limpias y bien trabajadas obras. En Verona también florece la pintura a lo largo de tiempo, por lo que ya hice mención de Stefano en la vida de Agnolo Gaddi, y dan fe, de como se pudo hacer en los tiempos de los señores de la Scala, muy bonitas pinturas hechas de Aldigieri de Zevio pintor muy práctico y audaz; de su mano se ve aún la sala del Palacio del Podestà, conducida con una fuerza muy grande. Ya en los tiempos nuestros destaca algo el color de Francesco Caroto y el Maestro Zeno Verones, que en Arimini, trabajó la tabla de San Marino (Ahora en Spoleto en la capilla de León XII) y otras dos más con mucha diligencia. Pero quien ha sobresalido ante los demás en todas partes haciendo maravillosamente figuras de natural, es el Moro Veronés, que se llama Francesco Turbido, como se ve hoy en Venecia en casa de Monseñor de Martini, se trata de un retrato de un gentilhombre de Ca Badovaro figurando él como pastor (#), que por muy vivo, no tiene parangón que se sepa de lo hecho en estas partes, y otras obras que se saben. Lo sigue Battista d´Ángelo que en su género, lo supera en color, dibujo y en una diligencia muy grande. Pero porque unos aún viven y harán quizá cosas mucho mejores, otra pluma y juicio mejor que este, los volverá a elogiar en lo que no supe darme cuenta, dando solo un paseo de esta manera. En que ni me he ocupado dónde o cuando se mueren o por qué de sus muertes, ni si ganaron mucho; esperando que estuvieran satisfechos con la buena convivencia en esta provincia, pues en ella les a parecido vivir y morir.
 

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