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 Mariotto Albertinelli

Pintor florentino

Biografía de : "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550


De enorme importancia para la amistad, es el hábito y una manera agradable observando para deleite no solamente los gestos en las obras, sino los caracteres, los alineamientos y los aires en las figuras. Y ciertamente se ven los estilos que las personas siguen, siendo estos los que logran entrar en el corazón, forzándonos de continuo el imitar esto, que se juzga a menudo de la misma mano, donde por las alabanzas de los autores se puede apenas conocer la verdadera de la imitada; como puede verse en las obras pintadas de Mariotto Albertinelli pintor, que por amistad muy grande con Baccio de la Puerta, antes de hacerse monje en San Marcos, que él continuándola sin quererlo seguía su pintura, y su modo de dulzura en el arte hizo; y no solamente llegó a ser un gran pintor, pero imitó tanto la manera del monje, que la una del otro no se distinguía.
Él comenzó en el arte a la de edad de 20 años, luego de haber trabajado como batidor de oro, y todo lo abandonó, donde tomó tanto espíritu, al verse que conseguía bien el imitar la manera, y parecer similar, y de la mano de Mariotto pasaba por la de este monje.

Cuando Baccio quiso hacerse monje de San Marcos, Mariotto se sintió perdido, extrañado y fuera de si mismo; y tan extraña le pareció esta noticia, que, desesperado no se alegraba: ya que de parte de Mariotto en trato, había tenido problemas con los monjes, y continuamente hablaba mal, y estaba encontrado con el monje Girolamo de Ferrara (Savonarola), pero el amor de Baccio le impulsaba tanto, que a la fuerza en el convento mismo con su compañero se habría encapuchado haciéndose monje.

Pero Gerozzo Dini, le encargó terminar el juicio (#) que Baccio había dejado sin terminar, le rogó que, al tener aquella manera, le quería dar el juicio final; y además porque el cartón estaba terminado de mano de Baccio y otros proyectos, Bartolomeo mismo le había rogado por su amistad, y que había tomado a cuenta dineros y tenía mala conciencia de no observar la promesa, Mariotto a la obra le dio final; dónde con diligencia y amor la llevó como el resto de la obra, tanto que quienes no lo sabían, pensaban que una sola mano lo había trabajado, por lo que tal cosa le dio enorme crédito en el arte.

Trabajó en la Cartuja de Florencia, un crucifijo con la virgen y la Magdalena al pie de la Cruz, y algunos Ángeles que recogen la sangre de Cristo (#), trabajada al fresco, con diligencia y mucho amor muy bien llevada. Pero al parecer los monjes les daban poco de comer, y algunos de sus jóvenes aprendices, sin saberlo Mariotto, tenían copiada la llave de estas ventanas por donde pasaban los monjes la pitanza, para robársela, cercano a la habitación, algunas veces secretamente, unas veces uno y otras otro, iban a comer. Fue mucho malestar estos hechos entre los monjes, porque de las cosas del comer los monjes se consideran tan bien como otros; y al hacer esto los aprendices con mucha destreza, y al tenerlos como buenas personas, se inculpaban algunos monjes quienes por odio del otro decían, dónde la cosa se descubrió un dia; cuando los monjes, para que el trabajo se terminara, duplicaron la pitanza a Mariotto y a sus aprendices, que con alegría y risas terminaron esta obra.

A las monjas de San Giuliano de Florencia les hizo la tabla del altar mayor (#). En Gualfonda trabajó en sus estancias, y en la misma iglesia hizo un crucifijo con ángeles y Dios Padre, figurando la Trinidad en campo de oro (#), al óleo.

Era Mariotto persona muy impaciente y carnal en las cosas del amor, y gustaba de las cosas de la buena vida; viniendo en odio por los quebraderos de cabeza de la pintura, y siendo a menudo criticado por boca de los pintores, y murmurado de ellos, resolvió vivir mejor cuanto más, y menos fatigado y más alegre que en el arte; y abrió un hermoso hostal fuera de la puerta San Gallo, donde el puente Vechio al Drago, (#) pero taberna más que taberna hizo: y en esto mucho meses estuvo, al decir que había tomado un arte que estaba sin músculos, escorzos, ni perspectivas, y lo que más le importaba, sin críticas. Y, que aquélla vida que había dejado le era contraria a ésta, porque imitaba la carne y la sangre, y ésta hacía vivir la sangre y la carne; que quería ser elogiado por tener buen vino, y antes no paraban a diario de criticarlo.

Pero también llegado el momento, pensó que no le convenía, y volvió de nuevo a la pintura; dónde hizo en Florencia cuadros y pinturas para las casas de sus ciudadanos, y trabajó para Giovan Marie Benintendi tres pequeñas historias de su mano; y para la casa de los Médici, por la proclamación de León X (1513), pintó al óleo un redondo de sus armas con la Fe, la Esperanza y la Caridad, que estuvo sobre la puerta del palacio mucho tiempo.

A la Compañía de San Zenobio, al lado de la canónica de Santa María del Fiore, le hizo una tabla con una Anunciación (#), y con mucho esfuerzo la terminó. Había puesto unas luces sobre la obra para ver el trabajo, y poder llevar las vistas, de como aumentaban y alejaban, según aumentaba o disminuía la luz. Hizo algunos Ángeles que vuelan y niños muy hermosos, y habiendo discordia entre los clientes y Mariotto, Pietro Perugino, entonces ya viejo, Ridolfo Ghirlandaio y Francesco Granacci lo consideraron, y acordaron el precio del trabajo.

Hizo en San Brancazio de Florencia en un cuadrito dentro de un medio redondo, la Visitación de la Virgen (Desaparecida con la iglesia). En Santa Trinita, trabajó en un tabla la virgen, San Jerónimo y San Zenobio (#) con diligencia, y a la iglesia de las Congregaciones de Sacerdotes de San Martino les hizo una tabla con la Visitación (#) muy alabada.

Se condujo al convento de la Quercia a las afueras de Viterbo, a comenzar un tabla (lo acabado es de Fra Paolino da Pistoia #), y le vino la voluntad de ver Roma, y allí se condujo, donde trabajó y termino, al monje Mariano Fetti en San Silvestre de Montecavallo, en su capilla, una tabla al óleo con San Domenico, Santa Catalina de Siena y Cristo que los casa, y con la virgen, con una delicada manera.

Y vuelto a la Quercia de nuevo, dónde tenía algunos amores, el cual, por el deseo que le paso a poseer mientras estuvo en Roma, este volvió para poner de manifiesto que era hábil en las justas, por lo que quiso realizar un último esfuerzo; y como no era ya muy joven ni valeroso para algunas empresas, su esfuerzo lo hizo ponerse en cama. Aunque este culpaba al aire de aquel lugar, pidió que le llevasen a Florencia en carreta, pero no le valieron de nada las ayudas que le dieron, que de este mal se murió en pocos días, a la edad de 45 años. Y en San Pedro Mayor de esta ciudad se enterró. Y después de no mucho tiempo se le honró con esta memoria:

MENTE PARUM, (FATEOR), CONSTABAM. MENTIS ACUMEN

SED TAMEN OSTENDUNT PICTA FUISSE MIHI.

aprox. De poca cabeza y talento era, pero no seria tan poco tal como demuestran mis pinturas

Fueron su obras hacia 1512
 

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