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 Giulio Romano

Pintor y Arquitecto

Biografía de : "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550


Cuando entre los hombres encontramos espíritus listos, que sean afables y alegres, pero con una gran gravedad en todas sus conversaciones con ellos, y que magníficamente trabajen lo que procede de la inteligencia, se puede realmente decir que son, gracias que a pocos el cielo amplio destina.
Y pueden caminar sobre los demás siendo en beneficio y felicidad de las otras partes, de lo que razono aquí.

Tanto puede la cortesía de los servicios en los hombres, cuanto en las obras la doctrina de sus miembros. De estas cosas le dotó tanto la naturaleza a Giulio Romano, que realmente se pudo llamar, el muy gracioso heredero de Rafael, tanto en sus hábitos, cuánto en la belleza de las figuras en el arte de la pintura; como así se muestran aún en los maravillosos edificios hechos por él en Roma y Mantua, los cuáles no parecen viviendas de hombres, sino casas de dioses hechas para ejemplo. Callar no quiero la historia de este, en la cual se pone de manifiesto de ser de una naturaleza rara, en la que nadie lo llega a comparar. Y seguramente bien se puede decir que en este libro no es él segundo lugar de nadie. Viéndose los milagros en los colores por él impulsados, la suavidad de quien expira gracia con gran bondad y acerca de conocimiento sus oscuros y luminosos, que a veces alineados y vivos los muestra. Nadie usó el compás en geometría con más gracia que él. Tal como si Apelles y Vitruvio estuvieran vivos y en presencia de los artistas, consideraran haber sido superados por la manera de él, en que fue siempre antiguamente moderno, y modernamente antiguo.

Porque bien debió Mantua llorar, cuando la muerte cerro sus ojos, de quien estuvo siempre procurando por ella, salvándola de las inundaciones de las aguas y magnificándola tanto en los edificios, que no parecía Mantua, sino una nueva Roma, nacida de la bondad de su espíritu y el valor de su talento maravilloso. Creador de nuevas modalidades, hermanas estas formas, de quienes le legaron el conocimiento en la belleza de los autores nuestros, más válido que otros para el arte y naturaleza.

Giulio Romano fue discípulo del gracioso Rafael de Urbino, y por su naturaleza viéndole listo, mereció de Rafael, que lo amase mas que a los demás, y que lo tuviera en cuenta en el dibujo, invención y colorido de entre todos sus discípulos pues los superaba en mucho. Y bien lo mostró Rafael, mientras vivió, en hacerlo continuamente trabajar sobre todo en las cosas más importantes en las cuales, como curioso y deseoso de imitar a su maestro, puso mucha atención en las cosas de arquitectura. Y por deleite que en tal cosa siempre tuvo, hizo nuevas caprichosas y bonitas fantasías, como se ve aún en la viña del papa, cerca de Monte Mario, (Villa Madama #) en la cual hay una composición graciosísima en la entrada y extravagante en las fachadas exteriores y en el patio. Con sus fuentes, que hizo trabajar de manera rústica, y por las cosas domésticas que hay, y por los adornos empleados, siendo la más bonita que está fuera de Roma, por las placenteras vides y por el tamaño y la belleza de lugar. Hay una una fuente trabajada en mosaico rústico, con dátiles de mar, almejas y otras cosas marinas, hecha por las manos del admirable Giovanni de Udine, (Giovanni Nanni, o Giovanni de' Ricamatori) que estuvo buscando entre las fuentes antiguas, esta es, la primera de las modernas que se hizo, que luego realizaron en Roma y extendieron por Italia, que son maravillosas en variedad y adornos. Y por la misma mano se hicieron los estucos, que en tales viñas hicieron bonitas, y los grutescos en las galerías pintadas, él fue el primero en este arte moderno, y muy divino se tuvo entre los demás. Como se ve en los animales, que en esta obra hizo, los cuales ninguna persona lo ha hecho mejor ni con más viveza. Hizo Giulio en el muro, muchas cosas, como un Polifemo muy grande, en una galería, con infinito número de niños sátiros, que están jugando alrededor, obra que se tuvo por muy loada.

Se produjo que, a la muerte de Rafael, Giovan Francesco Fiorentino y Giulio Romano permanecieron juntos y fueron herederos de sus cosas; y acabaron en compañía infinitas obras, las cuales Rafel las había dejado junto con la reputación, y particularmente la sala del palacio, donde están los hechos de Costantino (#). Impulsando la obra Giulio hizo todos los cartones, y una pared donde Costantino está hablando a los soldados, prepararon la pared para hacerla al óleo, y a continuación, no saliendo bien, deliberó tirarla y pintarla al fresco, terminándola. Siéndose comenzada por Rafael en tiempos de León X, y que por su muerte, y a continuación, el papa Adriano, no se ocupó de terminarla, se alargó hasta a los primeros años de Clemente de VII. Esta obra es bella de invención, y tiene muchas partes perfectamente conducidas.

Hicieron juntos Giovan Francesco y Giulio para Perugia la tabla de Monte Luci (#), y un cuadro de la virgen, en donde Giulio pinto una gata (# en Capodimonte), por lo que lo llamaron, el cuadro de la Gata, muy elogiado. En esos tiempos estaba Giovan Matteo Genovese, datario del papa, y Obispo de Verona, el cual, al servicio de Clemente, tuvo con enormes favores a Giulio en posición de altura. Porque en palacio le encargó algunas habitaciones de las murallas cerca de la puerta, y le hizo trabajar un tabla de la lapidación de San Esteban (#,#), para San Esteban de Génova, su benefactor. Que es bien bella y de singular gracia y composición, siendo la mejor obra de cuantas ha hecho nunca. Hay partes de desnudo hermosos, y está la gloria, donde Cristo se sienta a la derecha del Padre, que es cosa realmente celestial y no pintada. Que Giovan Matteo hizo dignos a los monjes de Monte Oliveto, ofreciéndola a este lugar donde hoy permanece en su monasterio.

Hizo aún a Jacobo Fugger, alemán, en Roma, en la iglesia de Santa María del Ánima, una tabla en la capilla de ellos (#), que es muy apreciada, y máxime una casa girada en redondo, que ciertamente es cosa divina. Del mismo modo hizo un San Marcos con un león a los pies, cuyos pelos se tuercen según gira la figura, cosa realmente difícil, y las alas del santo, con plumas más que de falsos colores.

Tenía Giulio a su servicio en Roma a Giovanni dal Leone y Raffaello dal Cuello del Borgo del San Sepolcro, los cuales eran muy derechos en aplicar las cosas que dibujaba. Por lo que les hizo llevar un escudo de armas junto a la Ceca, situado al lado de Santa María Chiesina, y próximo a Ceca vieja de Banchi, asignando la mitad para cada uno, en el cual están dos figuras que sujetan el adorno de la cabeza. Y en la gran sala que hizo, ellos colorearon una gran parte, e hicieron algunas de las cosas que hay. Hizo a continuación Giulio que solo Raffael Borghese llevara a cabo sobre la puerta de dentro del Cardenal del Valle a la virgen, quien tapa a el niño que duerme, y un San Andrés y un San Niccolás, que maravillosos, fueron elogiados.

Por este mismo tiempo dibuja la viña y el palacio de Micer Baldassarre da Pescia (#), e hizo llevar la pintura y estuco de la sala y la estufa, y trabajar una galería de estuco blanco. El trabajo es ciertamente muy bonito, variado y agraciado, que milagro y estupor da al verlo.

Entonces se separó en este tiempo, Giulio, de Giovan Francesco, porque él quería conducir las obras a su manera. Hizo en Roma diferentes cosas de arquitectura a distintas personas, como dibujar la casa de Alberini en Banchi (#), que dibujó Giulio por encargo de Raffaello, y cosas del palacio que se ve sobre la plaza de la Dogana (#), que en verdad es muy bello. Hizo sobre la esquina del Macello de los Corbi, una casa suya, que tiene un bello principio que varía, aunque no sea muy grande.

Este talento muy celebrado por nombre y grado, que su renombre y su naturaleza dulce, fueron causa de que, siendo llegado por unos cosas suyas a Roma, Federigo Gonzaga, primer Duque de Mantua, muy amigo de Micer Pietro Aretino, y este de Giulio, en tanto de gracia lo acogió por amar la virtud, que no dejó de acariciarlo, y se lo llevó a Mantua a su servicio. Al poco, dio comienzo la construcción del bello palacio del Te. fuera de la puerta de San Sebastián, la cual trabajó, por no haber allí piedras vivas, de ladrillos y piedras cocidas trabajadas, con columnas, bases, cornisas, incluyendo, cuadros, puertas y ventanas, con hermosas proporciones y extravagante manera en los ornamentos de las bóvedas y secciones con apartados. Salas, habitaciones y antecámaras muy divinas, las cuales no parecen viviendas de Mantua, sino de Roma, por su muy hermosa forma y tamaño. Hizo en este edificio, en lugar de la plaza, un patio descubierto, (#) en el cual confluyen en cruz cuatro entradas. La entrada principal (#) atraviesa y pasa una enorme galería y termina en el jardín, las otras dos van a cuatro aposentos distintos. Dos hizo adornar con estucos (los estucos están atribuidos a Primaticio) y pinturas, y en una sala de aquellas pintó hermosos caballos turcos (# se le atribuye casi en su totalidad a Rianaldo Mantovano y Benedetto Pagni) y bárbaros del duque, y los perros favoritos, que están muy naturales y hermosos, con las bóvedas separadas en distintas secciones, y estas pintadas por las caras desde la parte baja . Se pasa a continuación a una habitación, que está en la esquina del palacio, y en la bóveda pinta las historias de Psiche,(#) realmente muy hermosas, y en el medio algunos dioses que están de abajo a arriba (#), que en relieve, que no pintados parecen. La fuerza que expelen envuelve con la belleza de los contornos y con el colorido, con muy culto arte pintados.

En las fachadas de alrededor hizo distintas historias, divinas y muy bellas, y una bacanal hecha para un sileno, que maravilla es creer, que se puedan hacer mejor los extraños faunos, sátiros, (#) tigres, y un vasar festoneado lleno de objetos suntuarios que brillan pareciendo oro y plata, que los muestra muy vivos y distintos como trabajos extrañadamente hechos de orfebres, como caprichosas invenciones doctamente con sentido poético y pintoresco garbo terminadas.

Se llega a continuación a una habitación, donde están los frisos de figuras de bajo relieve de estuco, con todos ordenados como soldados, que figuran como en la columna de Trajano, trabajados de una hermosa manera.

Se ve aún en una sala de una antecámara trabajado al óleo, cuando Icaro quiere quitarle a Dédalo su padre, la gloria, elevándose demasiado, solamente destruye la cera y quema las alas, para cayendo en el mar, morir. El trabajo se consideró muy imaginativo y bien llevado, que no parece pintura de cosas imaginadas, sino vivas y verdaderas ellos representan, porque se tiene miedo que te caiga encima, y el calor del sol como al freír y quemar las alas de él allí a pobre joven recuerda el humo y el fuego encendido. Y la muerte en la cara de Icaro está, no menos que el dolor y la pasión en el aire de Dédalo. (Ícaro y Dédalo se marcharon volando del palacio, o, fueron modificados con posterioridad pintando el motivo: "la caída de Faeton", que se acomoda en parte a la descripción, aunque el tema lo trató #)

Se pueden ver en XII historias de mes cuando en cada una los hombres ejercitan las tareas que corresponden, las cuales son agradables, juiciosas de talento y que reconfortan su conocimiento, trabajada de una manera muy caprichosa. Pasada esta galería de tantos estucos y llena de adornos raros, se llega a unas habitaciones, donde de tanta imaginación y tan distinta hay, que el intelecto se deslumbra. Porque Giulio, caprichoso y muy listo que era, la esquina del palacio de una habitación juntó muralla y pintura, muy similar al vivo, que los hombres engañaba, y esto a la entrada daba miedo.(#, puede tratarse de la esquina más o menos trampantojo de la sala de los gigantes que más adelante describe)

Como el edificio estaba esquinado hacia una charca, y podían ceder los cimientos allí, puso en el cuadrado de la esquina una habitación redonda reforzando las esquinas redondeándolas y abovedándolas como las de un horno, y no quedándole esquinas a la habitación, hizo emparedar las puertas y las ventanas y la chimenea de piedras rústicas trabajadas sin canto, y muy separadas entre sí que parece que caen al suelo. Esto hecho, se puso a pintar la historia de cuando Júpiter fulmina a los Gigantes. Pone Giulio en medio del cielo figurando en algunas nubes el trono y la silla de Júpiter, con el águila que tiene los rayos en el pico (#). Y Júpiter, descendido más abajo, lanzaba rayos, los estallidos y de los relámpagos asustan a Juno , Ganímedes y los dioses huyen por el cielo sobre carros, Marte con los lobos, Mercurio con los gallos, la Luna con las hembras, el Sol único con los caballos, Saturno con las serpientes, Hércules y Baco y Momo también huían por el aire, como hacían otros, los revueltos vientos envolvían las prendas de vestir. Había hecho el piso de tierra con piedras de río que envolvían a las murallas, y en el plano de la pintura, que venía hacia el suelo, contrastando porque un pedazo de las pintadas se escapaban, hacia dentro y de vez en cuando decorada con hierbas y piedras más grandes que en vez de ocupar adornan. Y siendo que la habitación tenía sobre todo el cielo lleno de nubes, y alrededor un paisaje que al estar en redondo no alcanzaba fin ni principio, los montes se juntan, y los alejados desaparecen detrás en proporción a la distancia. Son grandes los Gigantes de altura, siendo alcanzados por relámpagos que los fulminan cayendo a tierra, hacia delante y detrás de las ventanas, que están convertidas en grutas o verdaderos edificios, que derribados sobre los Gigantes le hacen caer, unos muertos y otros heridos, y otros cubiertos por montañas, percibiéndose la masacre y la ruina de estos. Nunca un hombre imaginará ver de pincel una cosa más horrible, porque viendo desde dentro las ventanas torcer, los montes y los edificios caer juntos con los Gigantes, duda que los edificios en ruina no se le caigan encima. Se conocen en esta obra el valor de la invención y el arte que ha tenido origen en Giulio de imaginarse de nuevo lo que ningún antiguo maestro escribió nunca, mucho trabajo y muy apreciado en esta obra.

En este trabajo de perfecto colorido trabajó Rinaldo Mantovano, que además de la habitación de los Gigantes pintada sobre los cartones de Giulio, hizo muchas otras habitaciones, el cual, mientras que vivió, siempre hizo honor en este arte; y más habría logrado si, no muriese joven, pues hubiera podido mostrar cuánto había logrado imitar a Giulio su maestro. Están aún en el lugar resoluciones y otras cosas, a las cuales todas el talento de Giulio les dió final, como en otros trabajos. Rehizo los estucos de todas las habitaciones del castillo donde el duque vivía, y en una sala hizo toda la historia troyana (#). Hizo aún en una antecámara, doce historias al óleo, y abajo las doce cabezas de los emperadores, que pintó Tiziano de Cador, y realmente son bonitas pinturas (perdidas en el saqueo de 1630). Hay otras salas y otras habitaciones con otras pinturas, para el duque, las cuales callaremos, dando de él la mayor sabiduría que puede darse y todo el talento, como quien al ir a Mantua, podrá ver el edificio de Marmiruolo, siendo las pinturas no menos bonitas que las del castillo del T. Hece en San Andrés, en el altar de la Sangre un tabla al óleo muy bonita (#), y en los muros dos historias: La Crucifixión de Cristo con los ladrones y los caballos (#), en la cual se divirtió mucho, y pintó mejor que otro maestro y de una manera más perfecta. En la otra cara está la historia de cuando encuentran la sangre. (ambas obras están atribuidas a Rinaldo Mantovano, aunque quizás fueran esbozadas por Giulio) Y para muchas iglesias de esta ciudad hizo capillas, tablas y distintos ornamentos, para embellecerlas y adornarlas, y esto fue causa que este duque lo remunerase. Por otro lado construyó su vivienda en esta ciudad en frente a San Bernabé (#), que hizo pintar y adornar con estucos. Asimismo tenía antigüedades de Roma, que el duque le había dado, con las que adornaba y guardaba.

Y porque enorme utilidad se extraía de sus proyectos, se ordenó que en Mantua no se podía construir, sin proyectos y encargo de Giulio, que impulsó las alcantarillas, y los fosos que dejó a Mantovani, que dónde tenían hábito de vivir continuamente en el lodo, y en el fango lo dejó seco, y de mal aire pestífero que era, lo llevó a bueno, y saneado. Rehizo a continuación la iglesia de San Benito de Mantua cerca del Po (#), lugar donde residen monjes negros, y renovó muchos otros edificios. Y para toda la Lombardía brilló, de tal manera que estos pueblos los colocó, de vuelta en el arte del dibujo y su empleo, algo inusitado hasta a su tiempo, que sacó a continuación a personas hábiles con hermosos talentos. Hacía continuamente proyectos a vecinos para construcciones y obras, como en Verona en el duoomo que hizo para el Moro Veronés (Francesco Torbido) donde la tribuna a gastos pagados le pintó (#, los cartones son suyos, pero Caroto, a quien encargaron la ejecución del fresco, no lo hizo. No está clara la ejecución), y al duque de Ferrara le hizo muchos proyectos para tejidos de seda y tapicerías (#,# #)#,#. Mostró aún más valor en la llegada de Carlos V (1530) emperador, cuando hizo los preparativos en Mantua y preparó un escenario, con una nueva colocación de luces, moviéndose el sol mientras se recitaba, y terminada la comedia se ocultaba bajo los montes. Nadie nunca mejor que él dibujaba celadas, sillas de montar, atavíos de espadas y disfraces raros, y las hacía con tanta rapidez, que dibujar era como escribir de continuo como una práctica de un escritor. Nacía de su imaginación, en un abrir de boca, lo que el animo de otros con la pluma no lograba expresar rápidamente. Tenía tantas cualidades, que la pintura parecía la menor virtud que tenía. Hizo en Mantua en Santo Domingo una hermosa tabla de un Cristo muerto, y construyó en la cúpula muchas cosas para el cardenal.

Se produjo la muerte del duque, y por benevolencia hacia el cardenal, y a esta patria, donde tenía mujer e hijos, aunque deseaba volver a Roma e ir en otras partes, nunca partió de allí, excepto para realizar murallas y otras cosas importantes, forzado. Entonces los vigilantes de la construcción de San Petronio en Bolonia deseosos de dar principio a la fachada de aquella; con enorme instancia llevaron a Giulio en compañía de un arquitecto milanés, llamado Tofano Lombardino (Cristoforo Lombardini), que hicieron proyectos, extraviándose aquéllos que Baldassarre Sanese (Baldasare Peruzzi) ya había hecho. Y fue tan bonito el dibujo hecho de Giulio, que recibió de este pueblo un gran elogio, y con muy liberales regalos se volvió de nuevo a Mantua.

Murió por esos días Antonio de San Gallo (1546), y había dejado en enorme tormento de cabeza a los diputados de San Pietro de Roma, no sabiendo con quien hablar para terminar la construcción; y porque pensaron que no había otro mejor para hacer esto, que Giulio Romano, por lo que intentaron a través de amigos, persuadiéndole de que debía aceptar de buen grado, para retornar con una empresa honrada y gruesa provisión de dineros. Y en verdad por él de buen grado habría ido, si dos cosas no lo hubieran retenido. Una que el cardenal de Mantua solo quería que le satisficiese a él, otro que la mujer, amigos y parientes no le animaban a dejar Mantua. Y además se encontraba entonces indispuesto del cuerpo. Animado de las cartas de Roma, comenzó a fantasear con el honor y gloria, y en como regresaría a su casa, y en cuanta grandeza y utilidad le podían llegar a sus hijos desde la iglesia. Pero el no dejarle ir, le entró tal pena que el mal se agravó más, y murió en pocos días en Mantua. Quién podía concederle a él la gracia, tal como había adornado para él, las cosas de su patria bien adornada y honraba. Allí donde por el deseo de no prestarlo al otro, logrando que ninguno de ellos en los días siguiente lo pudiera gozar diferentemente. Murió a la edad de 54 años (Los historiadores lo corrigen apoyándose excesivamante en la necrológica del hospital, y dicen 47 años, sin tener en cuenta que da bien la fecha de su muerte un poco más adelante). Y mientras dure Mantua, siempre se celebrará su nombre. Sus hijos, y sus queridos amigos, en San Bernabé le dieron honrada sepultura. A el cardenal, y los hijos del duque, les causó gran dolor esta pérdida, y aún sienten de continuo necesidad de él. Porque la virtud que le honró en vida, le hizo ser deseado ardientemente, y cuando muerto se recuerda su memoria. Bien es verdad en cuanto a las obras que, de no haber muerto Figurino (Luca Scaletti de Faenza, muere en 1554) su ayudante y Rinaldo Mantovano, se habrían terminado hace mucho, y si no tales, similares al menos, como se ve en todo Mantua en las obras de Rinaldo, y máxime en una fachada a claroscuro, en la casa de Bagni, que se tiene por muy bella.

Rindió Giulio el alma al cielo, el día de solemne conmemoración de todos los santos, en el año 1546. Y se le colocó en la sepultura el siguiente epitafio:

VIDEBAT IVPPITER CORPORA SCVLPTA PICTAQVE SPIRARE, ET AEDES MORTALIVM AEQVARIER COELO IVLII VIRTVTE ROMANI. TVNC IRATVS, CONCILIO DIVORVM OMNIVM VOCATO, ILLVM E TERRIS SVSTVLIT, QVOD PATI NEQVIRET VINCI AVT AEQVARI AB HOMINE TERRIGENA. ROMANVS MORIENS SECVM TRES IVLIVS ARTEIS ABSTVLIT (HAVD MIRVM): QVATTVOR VNVS ERAT.
Aprox: Veía Júpiter cuerpos esculpidos pintados que tenían vida, y que igualaba con ello por virtud de (Giulio) Romano los del cielo, En Concilio de todos los dioses lo tomó de la tierra, no aguantando que lo igualara un hombre terrenal. (Giulio) Romano muriendo se llevó tres artes (no extrañarse) pues los cuatro eran una.

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