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AMBROGIO LORENZETTI

Pintor Sienés

Biografía de : "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550

 

Seguramente es muy grande la gratitud que deberían tener de continuo con la naturaleza y el cielo los artistas de gran talento, pero mucho más deberíamos nosotros tener hacia ellos, viendo como con gran solicitud llenan todas las ciudades de construcciones bien proporcionadas y hermosas composiciones, y como juntan las más de las veces, gran fama y enormes riquezas en sus casas, sin apartarse del arte; Así hizo Ambrogio Lorenzetti, pintor sienés, que fue muy considerado en la composición y situación en las historias de sus figuras. De que esto es así da prueba en Siena lo que hizo a los monjes menores. Una historia espléndida pintada por él, que ocupa toda la fachada de un claustro, en él figuran un joven que se hace monje (#) y e que se dirige con algunos otros que van de soldados hacia tierras del sultán, y los pegan y sentencian en los cruces de caminos donde los cuelgan de un árbol y finalmente descabezan a algunos, mientras sobreviene una horrenda y espantosa tormenta. En esta pintura con mucho arte y con gran destreza se ve el movimiento del aire y la furia de la lluvia y como se agitan en la tormenta las figuras. Los modernos maestros se enteraron del método y el principio de esta novedad, inusitada en aquellos entonces, por lo que mereció comentarios infinitos.

Fue Ambrogio muy práctico en colorear al fresco, y en manejar al temple los colores muy hábil y con gran facilidad, como se ve aún en las tablas terminadas de él en Siena en el hospital, de sobrenombre Monna Agnesa, en el cual pintó y terminó una historia (#) verdaderamente hermosa de composición. Y en el hospital grande hizo la natividad de la virgen en las paredes, y en el cabildo de los monjes de San Agustín de dicha de ciudad en la bóveda al desnudo puso figuras de su mano con las historias de la Creación. Y en la fachada principal están tres historias de Santa Catalina mártir, cuando disputa con el tiránico en un templo, y en medio la Pasión de Cristo con los ladrones en la cruz y en la parte baja, las tres Marías que sostienen a la Virgen Maria desfallecida. Estas cosas las terminó con mucha y buena gracia y con buenas manera. Hizo aún, en el palacio de la Soberanía de Siena, en una gran sala, la Guerra (# , #), la Paz (# , #, #)y las consecuencias de aquéllas, dónde figuró una cosmografía perfecta, según aquellos tiempos. Y más, en el mismo palacio hizo ocho historias de verde de Verona, excelentemente trabajadas. Se dice que envió a Volterra un tabla al temple, que fue celebradísima en esta ciudad. Y en Massa, donde trabajó en compañía de otros una Capilla al fresco y una tabla al temple (#), dando a conocer cuánto juicio y talento en el arte de la pintura tenía. Terminada tal obra partió, y de camino a Siena, paró en Florencia, deseoso de ver las elogiadas obras de los artistas nuevos florentinos. Hizo en San Prócolo, en dicha ciudad, un tabla (#) y una capilla, con las historias de San Nicolás (#) en pequeñas figuras, para contemplación de los artistas pintores amigos y curiosos de ver su método e impulsar su arte; y en poco tiempo lo acabó, como diestro y practico en tal arte, y finalizado todo el trabajo, su nombre y reputación aumentó hasta el infinito.

Se consideró mucho a Ambrogio en su patria, tanto por lo que valía su persona en la pintura, cuánto por haberse dado al estudio de las letras humanas en su juventud. Que le fueron de mucho ayuda en la vida, en compañía de la pintura, que, siempre frecuentó a literatos y especialistas, y estos siempre lo recibían, porque de continuo consideraban su buen ingenio, La republica le otorgó gobiernos públicos muchas veces, y con buen grado y con mucha veneración. Fueron sus hábitos muy alabados y como gran filósofo tenía siempre el espíritu dispuesto a satisfacerse con cada cosa que el mundo le daba, llevando lo bueno y lo malo mientras vivió con enorme paciencia. Llegando al final de su vida, hizo una hermosa tabla en Monte Oliveto de Chiusuri (#).

 

Fueron pues las pinturas de este autor en 1341, y él, a la edad de 83 años, afortunada y cristianamente pasó a la otra vida, y fue llorado de todos los que le trataban, y por sus conciudadanos, a quienes dió mucho honor con sus obras, y porque había hecho a patria, en el tiempo que tuvo cargos públicosl, como se ve en la inscripción que le hicieron:

AMBROSII INTERITVM QVIS SATIS DOLEAT?

QVI VIROS NOBIS LONGA AETATE MORTVOS

RESTITVEBAT ARTE AC MAGNO INGENIO?

PICTVRAE DECVS VIVAS ASTRA DESVPER!

Aprox: Ambrosio ¿quién lamentará bastante tu muerte?, que aún verde para nosotros murió a larga edad, ¿cómo restituir su arte y magno ingenio? vivirás más allá de los astros orgulloso de tu pintura.

 

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