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SIMONE MARTINI

pintor sienés



Biografía de : "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550

Digan de Simone Martini el pintor de Siena, que vivía como el más feliz de los artesanos. Ya que alcanzando la excelencia del arte entre ellos, al tiempo fue acompañado por la naturaleza de buenas costumbres y una gran gentileza. Pero aún más feliz puede ser llamado, si en su época algún erudito, singularmente único, poeta, se siente a gusto con su trabajo y su amistad. Suele ocurrir, que con la hospitalidad, y la práctica de la virtud, les realizan un retrato pequeño o cualquier cosa artística, y a menudo entonces plasman estos en sus escritos algunas alabanzas de sus excelentes pinturas, que las hacen renacer donde quedaron muertas. Conservándose hasta el extremo que dure lo escrito, y la veneración de este. Porque las pinturas, que están en superficie dotadas de color, no pueden tener esa eternidad que dan los bronces y las esculturas de mármol. Aunque, inmóviles sin hablar, atraen por su excelencia, y maravillan y asombran a cada persona inteligente en tal arte.

La suerte más grande fue para Simone, además de su virtud, de estar en los tiempos de Messer Francisco Petrarca, en a la corte de Avignon. Donde encontró a este poeta enamorado queriendo un retrato de la madonna Laura y que graciosamente hermosa de las manos del maestro Simone quedó. Porque, teniéndola entonces como deseaba, él hizo para su memoria dos sonetos, uno de los cuales comienza:

Per mirar Policleto a prova fiso,
Con gli altri che ebber fama di quell'arte,

Para mirar atento a Policleto como ejemplo con los demás que fama en aquel arte conquistaron.

y el otro se inicia de esta manera:


Quando giunse a Simon l'alto concetto
Ch'a mio nome gli pose in man lo stile.

Cuando acude a Simón el elevado concepto que en mi nombre colorea el estilo de su mano.

Y de hecho estos sonetos le dieron más fama a la pobre vida del maestro Simón, que todos los pagos juntos que se hicieron de sus obras y sus virtudes, porque estos se gastan rápidamente, en tanto que, si está bien escrito en esto vive con ello. Simón Memmi (El apellido es porque lo cree hermano de Lippo. En realidad, Lippo era hermano de la mujer de Simone) fue un gran maestro y pintor sienés buenísimo, singular y muy respetado por los obispos en ese momento. Esto surgió porque, tras la muerte de su maestro Giotto, de haberlo seguido en Roma cuando pintó la nave de los mosaicos y otras cosas. Simón, recogiendo las maneras de Giotto, realizó una Virgen María, y a San Pedro y San Pablo en ese lugar, y está en el pórtico de San Pedro, cerca de donde el gablete de bronce, en la pared entre los arcos del pórtico por la parte de fuera, y también hizo a un sacristán de la iluminación de San Pedro, poniendo algunas lámparas a estas figuras. Este trabajo les resultaba muy agradable a los cortesanos y conocidos de Simón.

Siendo la corte en Avignón según los deseos del Papa Juan XXII, Simón llegó a ese lugar con gran aplicación para ejecutar muchos trabajos de pinturas al fresco y en tabla, que le trajeron grandes alabanzas y muchos beneficios. Y regresó a su país natal, Siena, donde era muy estimado en primer lugar por sus obras excelentes, y, por el favor que había recibido de muchos señores de la corte del papa. La Signoria de Siena, le encargó pintar en su palacio en una habitación, una Virgen María con muchas figuras a su alrededor,(#) que cuando la había terminado, llevó mucho renombre entre los artistas de esa ciudad. Y después de haber trabajado al fresco, volvió de nuevo para mostrar que él era muy hábil maestro sienés al temple. Por lo tanto, pintando una tabla en ese edificio. Esto le dio ocasión de tener que hacer en la catedral de Siena dos hermosas tablas(#), y sobre la puerta de la Catedral pintó a la virgen con el niño en sus brazos, con graciosa actitud y belleza, donde está sustentada en el aire por algunos ángeles volando y los miran algunos santos que están alrededor formando un grupo hermoso en ornamento composición en torno a la virgen.

Fue llamado por el General de San Agustín en Florencia, para trabajar el cabildo de Santo Spírito, donde mostró una maestría e invención admirable y tanto en las figuras como en los caballos hechos por él. Es prueba de esto la historia de la Pasión de Cristo, (Atriubuido a Orcagna o su taller) en la que se observan ingeniosamente trabajadas por él todas las cosas y con una gracia encantadora. Se aprecian los ladrones sonde se ven en la cruz que el aliento y el alma se está yendo al cielo y con gozo los ángeles lo elevan, y el otro con unos demonios con alas irse todos hacia abajo al tormento del infierno. Y se puede decir que es un hermoso trabajo atento de Simone, con el llanto de los ángeles alrededor del Crucificado, que expresan actitudes amargas. Pero es algo que da una gran satisfacción de ver a los espíritus batiendo el aire con la espalda bien visible, y casi girando parece que se aprecia el movimiento del volar de ellos. Pero mucho más se apreciaría la excelencia de Simón, si el tiempo no se hubiera llevado la bondad de esta obra, muy elogiada y muy hermosa. Trabajó en el capítulo tres fachadas de Santa María Novella. En la primera, que está por encima de la puerta principal de la entrada en ella, hizo la vida de Santo Domingo, y más dentro siguiendo en la iglesia, representó la religión de Santo Domingo también luchando contra los herejes, e imagina lobos atacando las ovejas, pero muchos perros con manchas blancas y negras los rechazan, persiguen y matan (perros divinos domini+canes # Los indicios apuntan que estos frescos de la llamada capilla de los españoles son de Andrea de Bonaiuto). Hizo todavía algunos herejes que litigan y después creen y lacrimógenos destruyen los libros, se confiesan y arrepienten, y así pasan sus almas a las puertas del Cielo, en el que están muchos personajes que hacen cosas diferentes. En el cielo se ve la gloria de los santos y Jesucristo, y en el mundo aquí están los placeres y gustos vanos que están sentados, y especialmente las mujeres. Entre ellos están, la Madonna Laura de Petrarca, vestida de verde, con una llamita pequeña entre el pecho y la garganta, (Símbolo pagano de Venus) y está retratada de natural. Luego aún está presente la Iglesia de Cristo custodiada por el papa, el emperador, los reyes, cardenales, obispos y todos los príncipes cristianos, y entre ellos, al lado de un caballero de Rodas, Messer Francesco Petrarca, retratado también de natural. Simón logró refrescar con su obra la fama que lo habían hecho inmortal. Para la Iglesia Universal pintó la iglesia de Santa María de Fiore en Florencia, no como ella es hoy, sino de acuerdo al plan que él hubiera querido. En el tercer frente, que es el altar, hizo la Pasión de Cristo que sale de Jerusalén, (#) y con la cruz sobre su hombro se dirige al monte Calvario, y con él un gran pueblo que lo acompaña. A continuación, ya levantado en la cruz en medio de los ladrones más,(#) con todas las otras cosas propias de esta historia, en las que los caballos se consideran cosas nuevas muy diferentes por su novedad. Y está aún allí el Limbo (#) que no parece de esa edad, sino de moderno y respetado. Se ve que lleva todos los lados con gran diligencia y aunque en varias historias diferentes pinto un ascenso a una montaña no divide con adornos entre historia e historia, como solían hacer los antiguos, y con ellos muchos modernos, haciendo que la tierra esté por el aire cuatro o cinco veces, como está en la capilla de esta misma iglesia y en el camposanto de Pisa.

Trabajó con Simón en esta obra Lippo Memmi su hermano, que, si no estaba en este arte tan excelente como Simón, seguía el camino de su hermano hasta donde alcanzaba, ayudándole, con su compañía hizo muchas cosas al fresco en Santa Croce de Florencia, y en Pisa  a los monjes predicadores de Santa Catalina les hizo una tabla para el altar (# Claramente de Simón), y en un San Pablo, sobre el Arno hizo al fresco y hermosas historias. Y volvió a Siena. Simón comenzó una colorida y enorme obra en la puerta de Camollia, dentro con la Coronación de la Virgen e innumerables figuras, que, sobreviniéndole una enfermedad grave, quedó sin terminar, y, vencido por la gravedad, dejó esta vida el año 1345 (Avignon 1344), con gran dolor de su ciudad y de su hermano Lippo fue sepultados en San Francisco de Siena. Este dio fin a las obras que Simón había dejado inacabadas, y otros. En Santa Croce de Florencia pintó otros dos cuadros, y otras en gran número por toda Italia. En 12 años que sobrevivió después de la muerte de su hermano. Y este fue el epitafio de Simón:

SIMONI MEMMIO PICTORVM OMNIVM OMNIS AEATIS CELEBERRIMO. VIX<IT > AN<NOS > LX MEN<SES > II D<IES > III.

aprox. En memoria de Simone Memmi celebérrimo pintor de todos los tiempos. vivió 60 años, 2 meses y 3 días.

 

 

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