Miguel Angel, sienés
Biografía de : "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550
Aunque muchos se pierden en ayudar a los otros, consumiendo el tiempo,
y dejen pocas obras o las terminen, no por esto, cuando se conoce el espíritu
pleno de virtud, se retira nada de la bondad de ellas, ni se reduce de
su valor, como si no fuesen excelentes y claros en las artes, quienes
asi tienen que ser. Porque el cielo que decide todo, sabe en que tiempo
y lugar, donde y cuando se deben mostrar.
Por esta causa Michele Agnolo Sanese mucho del tiempo que trabajó, lo consumió en Schiavonia, con otros maestros en escultura, por algún tiempo estuvo haciendo lo mismo, y al final vino a Roma.
Se produjo que Baldassarre Perucci pintor era criado del Cardenal Hincfort, nombrado por el Papa Adriano, quien a la muerte de este Pontífice, al querer mostrarle la gratitud que siempre le tuvo a él, por la dignidad que le permitó llevar, le pidió hacer en Santa María del Ánima, iglesia de los Alemanes en Roma, una sepultura de mármol (#). Por lo que a Baldassarre, como más hábil, le fue dado el cuidado del dibujo, para la arquitectura de dicho trabajo, que debería hacerse de mármol.
Este, como amigo de Michele Agnolo, lo insufló a que tomase este encargo. Michele Agnolo animado tomó la obra, y siguiendo con trabajo los proyectos de Baldassarre, y la ayuda de muchos, afortunadamente la llevó a término.
Trabajó muchas cosas, en tal obra Tribolo florentino entonces joven; que de entre todas se consideró lo mejor. Y porque Michele Agnolo con muy sutil diligencia trabajó minuciosamente la obra, donde las figuras son pequeñas, se le tiene como trabajo muy alabado. Entre las otras cosas, hay muy bonitas piedras mezcladas, y con enorme con pulcritud lustradas, y las uniones de tal obra a los muros están hechas con sumo cuidado.
Fue el primero el cardenal en premiar sus trabajos y pagarle exactamente su honrado precio, y con obligación infinita que tuvo mientras que vivió; puesto que esta sepultura no dio menor fama de gratitud del cardenal, que a los trabajos de Michele Agnolo, a su nombre en vida y después de la muerte. Se colocó la obra poco después fue la muerte de Adriano.
Después de no mucho tiempo pasó Michele Agnolo a la otra vida a la edad de 50 años aproximadamente.