Iacopo, llamado el Índigo
Biografía traducida de "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550
Iacopo llamado el Índigo, fue discípulo de Domenico del Ghirlandaio y muy diestro maestro en su tiempo. Y aunque no realizó muchas cosas, aquéllas que hizo, son muy comentadas. Fue persona simpática y afectuosa, y le encantaba vivir con pocas preocupaciones, pasando el tiempo. Se encontraba a menudo en Roma en compañía del divino Miguel Ángel, a quien gustaba su conversación. Trabajó en Roma muchos años, y en aquélla, se dedicó a los placeres, realizando pocos trabajos de importancia. En San Agostino de Roma por la puerta de la fachada principal, al entrar en la iglesia a mano derecha, la primera capilla es mano suya, que tiene el descenso sobre los Apóstoles que reciben al espíritu Santo; y debajo dos historias de Cristo, uno cuando recogen las redes Andrés y Pedro, y otro, la cena de Simón y la Magdalena, en donde está un corredor con vigas de madera de vigas con mucho realismo vivacidad, y esto lo trabajó en las paredes, y al óleo en dicha capilla hay una tabla de su mano muy bien hecha y conducida, que merece el reconocimiento, en la cual hizo un Cristo muerto. Y en Santa Trinitá en Roma es de su mano un estante, con la Coronación de la virgen. Y paso el tiempo divirtiéndose más con las palabra que en el hacer mucho. Porque al retenerlo Miguel Ángel, comían casi siempre juntos pero al pasar los días su importuna charla resultó un problema, por lo que una mañana lo envió a comprar higos para desayunar, y al tener Iacopo que volver de nuevo, Miguel Ángel le cerró la puerta. Llamaba afectado Iacopo, pero Miguel Ángel no le respondía, encolerizado, le tiró las hojas y los higos contra la puerta, y estuvo muchos meses sin hablarle. Hizo burlas infinitas, que no es menester contar. Y ya haciéndose viejo, a la edad de 68 años murió en Roma (murió en Villena, Murcia España).