Giovannino dal Ponte
Pintor Florentino
Dice un antiguo proverbio nuestro: Quien disfruta nunca le falta de nada, y se comprueba ciertamente en muchos casos, por no decir infinitos, en que a estos, el cielo le es benigno y muy propicio, que parece que tiene un cuidado particular, de continuo en darles ayuda y subsidio, sin que ellos se preocupen nunca, como siempre ayudó a Giovannino da Santo Stefano da Ponte de Florencia. Dado que se inclinó este, naturalmente a las conveniencias y a los placeres mundanos, y no se ocupó mucho de perfeccionarse en el arte tanto como pudiera, al contrario, consumiendo su patrimonio incluso alguna herencia y las ganancias en el arte que tuviera, mas por suerte que por merecerlo, por sus obras, consumió el tiempo, echando a perder sus asuntos incluso así mismo ocupándose en tonterías y desatendiendo su obra. Pero el cielo quiso favorecerle, y al tiempo de volverse viejo, cuando no le quedaban restos, quiso darle la muerte en vez de penalidades, y afortunadamente pasó a mejor vida.
Dejó suyo en Santa Trinita de Florencia la capilla de los Scali (#), y otra al lado ella (¿capilla del crucifijo?), y unas historias de San Pablo al lado de la Capilla principal. En San Stefano a Ponte Vecchio, hizo a un tabla, y otras pinturas al temple en tabla y al fresco en Florencia y fuera, que los dieron mucho crédito.
Muchos amigos suyos fueron satisfechos en placeres más que en obras. Era amigo de las personas de letras y amante de todos estos que por sobresalir se daban a tal profesión y frecuentaban los estudios de aquél, reconfortando a otros en tanto a ejercer en el arte, así bien él no impulsaba esto, se complacía en las obras y virtudes de los artistas, y mucho más cuando los veía florecer en la pintura.
Vivió pues Giovannino alegremente, hasta el final que de su vida a los años 59 años, donde con un mal de pecho, en pocos días perdió la vida. Pero si hubiera vivido más, se hubiera forzado a sufrir las incomodidades de privarse, siendo que apenas quedaba para darle honesta sepultura en Santo Stefano del Ponte Vecchio. Hizo sus obras en el 1365. Se le hizo este epitafio:
DEDITVS ILLECEBRIS ET PRODIGVS VSQVE BONORVM
QVAE LINQVIT MORIENS MI PATER IPSE FVI
ARTIBVS INSIGNES DILEXI SEMPER HONESTIS.
PICTVRA POTERAM CLARVS ET ESSE VOLENS.