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  Giovanni Antonio Sogliani

Pintor florentino

Texto traducido de "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550


Muchas veces se comprueba en las ciencias de las cartas y en las artes manuales, que los que son melancólicos son más asiduos a los estudios, y con frecuencia con determinada paciencia soportan mejor el peso de los trabajos. Y raros son los que con tal humor, en tal profesión no resultan excelentes; como hizo Giovanni Antonio Sogliani pintor florentino,
que en verlo, parecía la persona más fría y melancólica del mundo. Y pudo tanto ese humor en él, que fuera de las cosas del arte, a pocos otros pensamientos se daba, aparte de los cuidados familiares, en los cuales ponía enorme pasión, aunque él tenía muy honesta manera de proveerse.

En su juventud con Lorenzo di Credi aprendió al arte de la pintura, y con él vivió con tanta diligencia observándolo siempre, que realmente se convirtió en buen pintor y mostró en su acciones ser fiel discípulo, como hizo conocer en sus primeras pinturas en la iglesia dell´Ossservanza sobre la colina de San Miniato. Donde hizo un tabla copia (#), similar a la que Lorenzo había hecho (#) para las monjas de Santa Clara, con el nacimiento de Cristo, no menos buena que esta de Lorenzo.

Hizo en un pilar, en la iglesia de San Michel in Orto para el Arte de Vinateros, a un San Martín al óleo (# ¿Gerini?, pero tiene un estilo demasiado diferente, algo no cuadra), figurando de obispo, que le dió nombre de buen maestro.

Giovanni Antonio continuamente veneró las obras y la manera de fray Bartolomeo de San Marcos, y mucho pretendió acercársele en el color.

Hizo para Madonna Alfonsina, mujer de Piero di Médici, un tabla fija en la iglesia de Camaldoli de Florencia, con San Arcadio crucificado y otros mártires con las cruces en los brazo, y dos de rodillas (# en la edic.Giuntina señala su traslado a San Lorenzo). Hay algunos niños que llevan palmeras, de color muy bonito y con gracia.

Hizo muchos cuadros para las casas de ciudadanos, y aún pintó sobre la esquina de la casa de Taddeo Taddei un crucifijo con dos figuras al fresco en un tabernáculo (#).

Trabajó en el refectorio de la Abadía de Florencia un crucifijo y otras figuras al fresco, y pintó en San Girolamo, San Francisco (#) y Santa Lisabetta (#) de su orden, Reina de Hungría.

Hizo a la Compañía del Ceppo un estandarte para llevar en la procesión, en el cual pintó la Visitación de la virgen (#) y San Niccolò (#) .

Trabajó un tabla en San Iacopo sobre el Arno, y dentro la Trinidad con infinitos ángeles, y debajo Santa María Magdalena y Santa Catalina con San Iacopo Apóstol (#); muy bien coloreado y con diligencia terminada.

En el castillo de Anghiari hizo al óleo una última cena de Cristo con los 12 Apóstoles,(#) de tamaño real, y el Lavatorio de los pies (#) que les hizo Cristo; el cual trabajo en este país se le tiene en gran veneración.

Trabajó en la Osservanza, dónde les hizo otro tabla, con dos figuras San Juan y San Antonio de Padua.

Se produjo que la obra de Pisa destinó para hacer en el coro algunos cuadros que tratasen de las figuras de Sacramento, donde Giovanni Antonio hizo el Sacrificio de Noé después del diluvio, que se tuvo por cosa elogiada y hermosa. Del mismo modo les hizo a continuación el de Caín y el de Abel (#). En competencia con Domenico Beccafumi de Siena, que las hizo más admirables de dibujo y de invención (#), con los cuatro Evangelistas (# , # , # , #), con otros de Soddoma da Vercelli (# # #), y otros pintores no tan buenos.

Hizo aún para la iglesia cuatro tablas, donde mostró menos diligencia, y para las cuales en competencia pidieron hacer para mejorar al Domenico dicho, y dos a Giorgio Vasari aretino, quien las hizo al principio de la entrada de las cuatro puertas (perdidas).

En el convento de monjes de San Marcos hizo aún al fresco una última cena de monjes, de cuando Santo Domingo puesto en la mesa, y sin que haya pan, hecha la oración vienen dos ángeles a la tierra que los llevan. Y sobre ellos les hizo un crucifijo con el arzobispo San Antonio de rodillas y Santa Catalina sienesa de la orden (#), realmente es una pintura hecha con mucha diligencia y con pulcritud trabajada, con paciencia y amor al arte.

Hizo aún a Giovanni Serristori una tabla con la Concepción de la virgen, cuando Agustín, Ambrosio y Bernardo disputan del pecado original sobre el cuerpo muerto de Adán (#), donde figuró ángeles y niños, con infinitas divisas con respecto a aquello; que parecía quedar sin terminar a la muerte de Giovanni, pero al final de su vida acabó y la entregó a Micer Alamanno Salviati, heredero de Giovanni. Colocó en ella muy hermosos trabajos y máxime en determinadas cabezas de viejos, los cuales no pueden estar mejor.

Hizo muchas obras Giovanni Antonio de otras cosas, las cuales fueron a Francia y a diferentes países, de las que no se hace mención, razonándose de las principales obras suyas.

Fue persona que vivía con religión, y que se ocupaba de sus cosas, que no daba problemas a nadie. Se cansaba con el arte porque tenía mala constitución, no deseaba trabajar demasiado, tenía por costumbre terminar las obras tarde. Era muy escrupuloso en cada cosa, y si hubiera querido trabajar en cuanto le habían pedido, enorme riqueza habría dejado. Porque la manera suya gustaba mucho de manera general, haciendo aires piadosos y fieles, según costumbre en los hipócritas.

Llegando a la edad de 52 años, que ya no podía oír de una piedra que tenía, generada en la vesícula, que sentía muy gran dolor y se venía menos. Para este mal, no pudiendo más resistir este muy terrible tormento, rindió el alma a Dios el año 1544.

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