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STEFANO

Pintor florentino

Biografía de : "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550

La reputación de la nueva pintura era grande, y muchos eran los honores de los nuevos artesanos gracias a las maravillas que Giotto hizo, y la comparación de ese antes a él en paredes y en tablas es enorme, que mucha gente joven, con disposición y voluntariosa, se puso a aprender tal arte, impulsándose con el ejercicio; y la sensación de bueno provecho que de continuo lograban con el dibujó, dejando lo anterior. Entre los cuáles estaba el florentino pintor Stefano, que con sus trabajos en gran medida superó a los que antes de que él se dedicaron con afán en el arte, demostrando pues su valor al tener mucho más inteligencia en tal ejercicio, pareciendo de menor de edad los que antes de él había sido. El arte de la pintura lo aprendió Stefano de Giotto, que mucho lo amó por tener muy buenas costumbres, y por la perseverancia que demostró durante su aprendizaje en cada una de sus acciones que para tal ejercicio hizo. Donde en poca tiempo, después de las muerte de Giotto, lo superó, en invención y diseño. Así pues, que ni los viejos artesanos con virtud podían vanagloriarse, pues les quitó a todos el honor y los méritos. Este pintó al fresco, en Pisa, a la virgen en el campo Santo (destruido); y en Florencia en el claustro de Santo Spirito trabajó de su mano en tres arcos al fresco (ya desaparecidos), en uno de ellos la transfiguración de Cristo con Moisés y Elias y los tres discípulos. Donde Stefano, imaginándose el esplendor que deslumbrara a los fieles, figurando en las actitudes extraordinarias, y envolviendo los paños, y los dobleces nuevos que hacían, intentando buscar debajo el desnudo de la figura. hizo debajo la historia cuando Cristo libera a la persona poseída, donde él puso dentro en perspectiva un edificio perfectamente, que por entonces poco se hacían, y en forma experta con un conocimiento mejor lo redujo; con un extraordinario juicio moderno del arte, de la invención, de la proporción, en las columnas, las puertas, las ventanas y los marcos, quedó demostrado así que era excelente, y distinto de los otros maestros, que el título me parece a mí en este convendría ser el de investigador o sabio de la nueva manera moderna. Este se Imaginó, entre las otras cosas ingeniosas, una subida de escaleras muy difícil, que realizó en pintura y relieve, y de mucha variedad la hizo, y con gracia en el diseño, e imaginación. Debajo de esta, en el otro arco, la historia de Cristo, cuando es libera a San Pedro del naufragio, que parece decir: "domine salva nos perimus"; qué juzgo mucho mas hermoso de los otros, por la morbidez del paño la dulzura de la brisa en el cabeza de las figuras, el temido e imprevisible mar representado, y el realismo de los Apóstoles que acompañan los movimientos del mar y luchan con los monstruos, con unas actitudes muy bellas. Y aunque el tiempo ha consumido el trabajo que hizo, aún resaltan viéndose que se defienden de la furia de viento y de las olas del mar; que los artesanos modernos la tienen digna de alabanza y única, por seguro, que pasando el tiempo debió parecer un milagro en toda la Toscana.

Un Santo Tomás de Aquino pintado en el primer claustro de Santa Maria Novella al lado de una puerta, donde todavía hizo un crucifijo, que otros pintores para restaurarlo lo estropearon. Dejó una capilla en sin terminar en la iglesia, muy consumida por el tiempo; en la cuál se ven unos ángeles caídos, por la soberbia de Lucifer, los hizo en varias formas en escorzo, en las cuales, con ese trabajo duro que podía reflejarse en las figuras. y él fue el primero quién tal dificultad mostró, tan difícil que hoy los espíritus egregios dominan; por todo esto la gente le puso el "simio de la naturaleza", que aún hoy cuando se ven sus obras aún se le tiene como tal.

Se condujo a Milán, en donde trabajando dio principio, a muchas cosas pero al extremo no las pudo acabar, siendo por el cambió de aire, enfermó, y tuvo que volver a Florencia. Donde, recuperó la salud. Al poco se marchó a Asís donde comenzó una historia (Destruida. Está bien descrita en la edic. Giuntina), a medio terminar, que trabajó con diligencia suma y con gran amor.

Vuelto a Florencia por algunas cosas, pintó para los Gianfigliazzi a lo largo de Arno, entre la casa de ellos y el puente de Carraia, un pequeño del tabernáculo, donde hizo con tal diligencia a la virgen, mientras cose, y un niño vestido que le da un pájaro desde su asiento; por pequeño que es la obra, no carece de merecer la alabanza que se hacen en los mayores trabajos que él magistralmente trabajó.

Se estima que Maso, llamado Giottino era su hijo, aunque muchos, por la referencia del nombre, lo tienen por el hijo de Giotto. Pero yo, por algún tratado que he considerado, y por las memorias escritas de Lorenzo Ghiberti y de Domenico del Girlandaio (las últimas perdidas), lo creo más el hijo de Stefano que de Giotto.

Stefano era muy parco y recogido de costumbres, en la vida, y en su virilidad. Dedicando su espíritu al cielo, así mismo adquirió grandísima reputación por los trabajos. Se puede decir que después de Giotto puso en la pintura la mejora más grande, porque  la invención fue tan variada que se aparta mucho del estilo y de la manera de Giotto. Tenía más unidad en los colores y los matizaba mejor que todos los otros contemporáneos, y no tenía comparación en su diligencia. Y éstos notaron que en los escorzos que hizo, aunque la técnica fuera mala y con gran dificultad, les demostró, sin embargo que él es el investigador y el primero en ejercitarse en su dificultad, por lo que merece nombre más que quién lo sigue ya con unas premisas establecidas. Gran deuda tienen con Stefano, porque quién camina abriendo a oscuras, y tantea la manera en los que otros la harán con rigor, por esto es la causa de descubrir los pasos difíciles de aquél, desde la primera manera, hasta que con el tiempo, se alcanza la deseado perfección. Donde los que con juicio, considerarán los trabajos que hizo en la época de la oscuridad del arte, valorando hoy la facilidad en el trabajo que se tiene mostrando abiertamente las luces en las pinturas excelentes. Realizó los trabajos Stefano en el 1337, y vivió 39 años (en la Giuntina fecha la muerte en 1350 a los 49), y en Santo Spirito de Florencia reposa con este epitafio:

STEFANO FLORENTINO PICTORI FACIVNDIS IMAGINIBVS AC COLORANDIS FIGURIS NULLI VNQUAM INFEIORI AFFINES MOESTISSIMI POS(VERVNT) VIX(IT) AN(NOS) XXXIX.

aprox."Estéfano, pintor florentino, hábil como nadie en hacer imágenes y dar color a las figuras, su familia con tristeza manda poner esto. En vida 39 años."

 

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