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Gherardo Starnina

Pintor florentino

Texto traducido de "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550

Realmente quien camina alejado de su patria, al detenerse en la de otros, tiene a menudo un temperamento sensible y un garbado espíritu, porque al ver los hábitos buenos, aprende de estos el trato afectuoso, y paciente. Ya no carga con el fervor de la sangre soberbia, y le nace la necesidad de satisfacer sus placeres. Se esfuerza en ser cortés, aunque siempre encontrará gente dañina, encontrará satisfacción con los demás, dando a los otros como gustase recibir él mismo. Y en verdad, que quien quisiere refinar a los hombres en la vida de este mundo, otra fragua mejor no encontrará, ni mortero, que los que son toscos de naturaleza se ablandan, se vuelven agradables y amables y les nace la gracia. Como hizo con Gherardo di Jacopo Starnini, pintor florentino, que nació con más sangre, que buena naturaleza. Sin duda en las prácticas era muy duro y tosco; por lo que más que amigos hacía enemigos. Marchó a España donde aprendió a ser muy agradable, gentil, cortés y benigno, y al volver de nuevo a Florencia, muchos de estos, que antes de su partida lo odiaban a muerte, con enorme ternura empezaron a quererle a su vuelta, tan agradable y cortes se volvió.

Gherardo fue discípulo de Antonio de Venecia, y sus  comienzos fueron en Santa Croce en la capilla de San Antonio de los Castellani (# Es de Agnolo Gaddi), allí  hizo al fresco algunas cosas, lo que a continuación fue causa de darlo a conocer entre los comerciantes Españoles, que venidos a Florencia a atender sus negocios, al volver a España lo presentaron a su rey, dónde muchos años permaneció y muchas obras hizo y con lo cual obtuvo de aquellos honradas recompensas.

Volvió a su patria deseoso de darse a conocer. En donde muy amablemente fue acogido de los amigos y recibido de los ciudadanos, y no pasó mucho tiempo que le fue dado a pintar la capilla de San Jerónimo en el Carmine, donde pintó escenas del santo, en las cuales figuró la historia de Paula, Eustaquio y Jerónimo con algunas prendas de vestir de Españoles que en este tiempo se emplearon en este país; las historias fueron hechas con una invención muy personal y llevándolas con abundancia de modalidades y formas en aptitudes decorosa con las figuras pensativas, con este magisterio y con esta bondad que le tenía otorgado el cielo. Puso en una historia, a San Jerónimo aprendiendo las primeras letras y el maestro que le hizo montar a caballo un niño sobre otro, el cual por el dolor del latigazo acelera las piernas, y parece que al gritar intenta morder la oreja del que está subido; que con gracia muy suelta los expresaba Gherardo como persona que garabateaba las cosas de cotidianas. Del mismo modo en el testamento de San Jerónimo cercano a su muerte reflejó a algunos monjes, los cuales escriben y escuchan, observando las últimas palabras de su maestro con gran afecto. Con esta obra adquirió entre los artistas grado y renombre, con los hábitos, con su dulzura en la práctica, esto le dio muy gran reputación.

Hizo del mismo modo Gherardo de su mano en San Dionisio frente a la Parte Güelfa del palacio, en lo alto de la escalera, en la cara de enfrente, en honor de la recuperación de Pisa en el año 1366 (1406), que está bien coloreado y mejor trabajado al fresco, y por ello siempre se ha tenido digno en la pintura y de mucho elogio. Y que hasta el presente se ha mantenido fresco y hermoso, como si se hubiera hecho ahora (Pues, ya quedó destruido).

Llegó pues Gherardo a tener reputación muy grande en su patria, y fuera, pero la eterna muerte, envidiosa siempre de los virtuosos y sus acciones, cuando estaba en su mejor momento para impulsar la belleza, truncó la infinita esperanza de muchas y principales cosas que hubiera promovido por el mundo. Y a los 49 años de edad de improviso murió. Fue enterrado honorablemente con el sepelio en la iglesia de San Jacopo sobre Arno. Y se le hizo a continuación este epitafio:

GHERARDO STARNINAE FLORENTINO SVMMAE INVENTIONIS y ELEGANTIAE PICTORI.

HVIVS PVLCHERRIMIS OPERIBVS HISPANIAE MAXIMVM DECVS ET DIGNITATEM ADEPTAE VIVENTEM MAXIMIS HONORIBVS

ET ORNAMENTIS AVXERVNT ET FATIS FVNCTVM EGREGIIS VERISQVE LAVDIBVS MERITO SEMPER CONCELEBRARVNT

Aprox: Gerardo Starnina de gran invención y elegante pintura, que cautivo con sus hermosas obras España, alcanzando en su vida los máximos honores y distinciones, que fue llevado por los hados, ha sido siempre celebrado merecidamente con grandes loas.

Dejó dos discípulos: Masolino da Panicale y Pace de Faenza, siendo el último de gran experiencia y resuelto, ejecutor de multitud de obras en Ferrara y en Belfiore. Gherardo hizo sus pinturas entre 1390 y 1408 aproximadamente.

 

 

 

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