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 Polidoro de Caravaggio y Maturino Fiorentino

Pintores

Biografía en "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550

 


Es también cosa de gran ejemplo y de tener temor el ver a la inestable fortuna como unas veces desde la parte baja eleva a las alturas a algunos, por haber realizado maravillosos hechos pero cosas imposibles solo con su virtud.

Porque al ver los comienzos tan escasos y muy alejados de estas profesiones que luego ejercen a continuación, viendo que con poco estudio, rápidamente las obras las sacan a la luz, que no parecen humanas, sino celestiales, y muy gran temor toman algunos pobres especialistas, que con el trabajo de continuo raras veces logran alcanzar la perfección.

Pero, ¿qué se puede nunca esperar de la envidiosa fortuna la cual afecta de gracia, en que el nombre con las obras sea llevado a la inmortalidad, si, cuando más esperas que los trabajos fueran remunerados, esta se arrepiente del bien hecho, y en contra de la vida, conspira y te da la muerte?. Y no contenta en que sea ordinaria y común, sino muy amarga y violenta. Siendo casos terribles y monstruosos, que la misma piedad huye, la virtud se siente injuriada, y los beneficios recibidos, en ingratitud se convierten.

Por tal cosa se puede alabar la pintura, oportuna en la virtuosa vida de Polidoro, y quejarse de la fortuna, cambiada en mala recompensa en la dolorosa muerte de este. Y realmente la inclinación de la naturaleza en tal arte parece divina, que seguramente se puede decir que nació tan pintor, como Virgilio nació poeta, tal como algunas veces se ven en los talentos maravillosos.

Polidoro de Caravaggio desde Lombardía llegó a Roma en tiempos de León X, mientras que las logias se construían en el palacio bajo las órdenes de Raffaello de Urbino. Llevaba la cal a los maestros de obra que enlucían las paredes, y hasta que tenía 18 años él hizo siempre este ejercicio. Pero al comenzar Giovanni de Udine a pintar, las paredes, la voluntad y la inclinación de Polidoro hizo mucho a la pintura, no se quedó sin que tomara familiaridad con todos estos jóvenes que eran hábiles, en las características y las modalidades del arte, y comenzó a dibujar. Pero entre todas las amistades, eligió como compañero a Maturino Fiorentino, entonces en la capilla del papa, y al que era tenido por buen dibujante de antigüedades. Y tanto de este arte se enamoró, que en pocos meses dio prueba de su talento, que asombraba a cada persona que lo había conocido en ese otro estado. Mientras, seguía la logia, vigorosamente se ejercitaba con estos jóvenes pintores, que eran prácticos y sabios en la pintura, y divinamente aprendió este arte, que él no cesó sobre este trabajo sin llevarse la verdadera gloria de ser el mejor y mas noble talento, que entre muchos se encontraba. Y creció tanto el amor de Maturino en Polidoro, y de Polidoro en Maturino, que acordaron, como hermanos y verdaderos amigos, juntar sus vidas hasta morir. Y juntaron las voluntades, los dineros y las obras, y de común se pusieron de acuerdo en trabajar juntos.

Y porque había en Roma muchos, que por categoría, obras y nombre los coloridos los llevaban más vivos y alegres, y de favores más dignos y con más salidas, comenzó a entrarle en el espíritu, luego de Baldasarre Sanese haber hecho algunas fachadas de las casas de claroscuro, de imitar eso y hacer aquéllas, ya venidas en moda,

Y comenzaron en Monta Cavallo frente a San Silvestre en compañía de Pellegrino da Módena, que les dio espíritu de intentar este ejercicio, y en siguiendo frente a la puerta del lado de San Salvatore del Lauro, y del mismo modo hicieron la puerta del lado de la Minerva una historia, y sobre San Rocco en Ripetta otro, que es un friso de monstruos marinos. Y pintaron infinitas al principio, unas mejores que otras, por toda la Roma, que no deben aquí contarse porque a continuación luego las hicieron mejor. Donde, animado de esto, comenzaron a estudiar las cosas antiguas de Roma, que reprodujeron las cosas de mármol antiguo en claroscuros, no dejando barro, estatuas, pilas, historias o escena entera o rota, que no dibujasen y de aquello se sirvieran. Y con tanta frecuencia y ganas pusieron en tal cosa todo el pensamiento, que juntos aprendieron la manera antigua y tan similar uno al otro, que como sus espíritus habían sido de un mismo e intenso querer, con las manos aún expresaban el mismo conocimiento. Y aunque Maturino no estaba tan ayudado de la naturaleza como Polidoro, pudo mucho la observación del estilo en la compañía, que uno y otro parecían el mismo, donde colocaba cada uno la mano, componiendo, en el aire y maneras.

Hicieron sobre la plaza de Capranica para ir a Colonna, una fachada con las virtudes teologales (queda un grabado # , #) y un friso bajo las ventanas, con muy hermosa invención, Roma vestida representando la fe figurando, con el cáliz y con la hostia en mano, tener en prisión a todas las naciones del mundo, y rinden tributo todos los pueblos, y destruidos los Turcos por fin, saetean el arca de Mahoma, concluyendo finalmente con el proverbio de las Escritura, de que será un redil y un pastor.

Y en verdad que ninguno en invención los igualó, de ello dan fe todas las cosas suyas, cargadas de confecciones, ropas, sandalias, extrañas bizarrías, y con infinitas maravillas conducidas. Y aún son prueba las cosas, que todos los forasteros pintores dibujan continuamente, que mucha utilidad dieron al arte de la pintura, por su hermosa manera que tenían y por la bonita facilidad, que junto a todos los otro desde Cimabue hicieron. Donde se ven continuamente, y aún se ve por Roma, que todos los dibujantes, más se vuelven a las cosas de Polidoro y de Maturino, que a todas las demás pinturas modernas.

Hicieron en Borgo Nuevo una fachada de grisalla, y sobre la esquina de la Paz otra del mismo modo de grisalla; y un poco más alejados a ésta, en la casa de Spinoli (palacio Piceni, queda unos restos en el patio) para ir a Parione, pintaron otra fachada, y dentro las batallas antiguas, como acostumbran, y los sacrificios y la muerte de Tarpea.

Cerca de Torre di Nona hacia el puente Sant´Ángelo se ve una pequeña fachada con un triunfo para Camillo y un sacrificio antiguo figurado (quedan grabados).

En la calle que camina hacia la imagen de Ponte hay una fachada muy bonita con la historia de Perilio, cuando se pone en el toro de bronce que había fabricado (quedan grabados). En el cual se ve la fuerza en los que le introducen en el toro, y el terror de quien espera verse en tan inusitada muerte. Está sentado Falari (me parece) que ordena con imperiosidad muy hermosa, que se castigue el salvaje talento, que había encontrado esa nueva crueldad, para matar a los hombres con mayor dolor. Y en este, se ve un friso muy bonito de muchachos figurados de bronce, y otras figuras. Hizo a continuación otra fachada de esta casa, dónde se puso la imagen que se dice de Ponte, donde se nota el orden senatorial con las prendas de vestir antiguas romanas, y otras historias con figuras que se ven.

Y en la plaza della Dogana (aduana) al lado de San Eustaquio hay una fachada con batallas (un dibujo en la biblioteca de Turin). Y en la iglesia, a mano derecha al entrar, se reconoce una capillita con las figuras pintadas de Polidoro.

Hicieron aún sobre Farnese otra de Cepperelli, y una fachada detrás de la Minerva, en la carretera que va a los Maddaleni, y dentro historias romanas. Y entre las cosas bonitas se ve un friso de niños de falso bronce en triunfo, conducido con enorme gracia y suma belleza.

En la fachada de los Buenos Deseos, cerca de la Minerva, están algunas historias de Rómulo muy hermosas, está cuando con el arado dibuja el lugar para la ciudad (grabado en Gabinete Nac.grab.de Roma),

y cuando los buitres lo sobrevuelan, dónde, al imitar las prendas de vestir, los rostros y las personas antiguas, parece realmente que los hombres sean aquéllos mismos.

Y en verdad que de tal magisterio nadie tuvo nunca en este arte tanto dibujo, ni más belleza en las maneras, ni su gran práctica o rapidez. Y sigue pasando que se quedan maravillados, cuando los ven, que a la fuerza asombra que la naturaleza en este siglo haya podido tener tal intensidad en enseñarnos tales hombres como milagros suyos.

Hicieron aún, bajo Corte Savella, la casa que compró la Dama Gostanza, con el rapto de las Sabinas. En esta historia se reconoce tanto la sed y la necesidad del rapto, como la fuga y la miseria de aquellas que son llevadas por distintos soldados, a caballo y en diversas modalidades.

Y no se aprecian solamente estos similares detalles, sino muchos más como la historia de Mucio y Oracio, y la fuga de Porsena el Rey de Toscana. Trabajaron en el jardín de Bufalo, cerca de la fontana de Trevi (Entonces era solo una pila), donde hizo historias muy bonitas de la fuente del Parnaso, y les hicieron grutescos y pequeñas figuras coloreadas (hay grabados y pinturas).

Del mismo modo en la casa del Baldassino, en San Agostino, pintaron historias, y en el patio cabezas de emperadores sobre las ventanas.

Trabajaron en Monte Cavallo cerca de Santa Ágata una fachada, con infinitos y variadas historias, como cuando la vestal Tucia lleva del Tiber al templo el agua con la criba, y cuando Claudia arrastra el barco con el cinturón. Y también el fracaso del asalto de Camilo mientras que Breno pesa el oro (hay grabados).

Y en la otra fachada luego de la esquina, Rómulo y el hermano en las tetas de la loba, y la muy terrible pugna de Orazio, que solo entre mil  espadas defiende la boca del puente, y tiene detrás muchas figuras muy bonitas, en distintas aptitudes, que con gran solicitud con picos cortan el puente (hay un grabados). Aparece aún Muzio Scevola, que en presencia de Porsena se quema su misma mano por error al matar al Ministro en vez del rey, donde se conoce el desprecio del rey, y el deseo de venganza. Y en esta casa ellos hicieron muchos paisajes.

Trabajaron la fachada de San Pietro in Vincoli y las historias de San Pedro con algunos grandes profetas.

Y fue tan notorio el renombre de estos maestros, por la abundancia del trabajo, en sus pinturas públicas y con tanta belleza trabajaban, que merecieron gran elogio en vida, e infinito y eterno, por imitarlos, lo tuvieron después de muertos.

Hicieron aún sobre el lugar, donde está el palacio de Médici, detrás de Naona, una cara con los triunfos de Paulo Emilio, e infinitas otras historias romanas.

Y en San Silvestre da Monte Cavallo, para fray Mariano, para la casa y para el jardín algunas cosillas; y en la iglesia pintaron una capilla con dos historias coloreadas de Santa María Magdalena (# , # , # , #), en las cuales las manchas de los paisajes están hechos con suma gracia y discreción,

Polidoro realmente trabajó los paisajes o manchas de árbol y las piedras mejor que ningún pintor. Y en el arte fue causa de esta facilidad, que los autores hoy emplean en sus obras. Hicieron aún a muchas habitaciones y frisos en las casas de Roma, con los colores al fresco y al temple trabajados, las cuales obras hacían en borrador, porque nunca en color pudieron alcanzar esa belleza, que continuamente daban a las cosas en claroscuro, en bronce o en terracota, como se ve aún en la casa que fue del Cardenal de Volterra de Torre Sanguígna. En la fachada hicieron un adorno en claroscuro muy bonito, y algunas figuras coloreadas, muy mal trabajadas y terminadas, que desviaron el valor del buen dibujo que intentaban. Y esto pareció mucho más extraño (El Cardenal de Volterra era hermano de Piero Soderini, Golfalonieri de Florencia (1502-12) enemigo de los Médici, a quien depusieron, pero León X, lo reclamó de su destierro a Roma, Vasari fiel a los médicis lo resalta, ¿quizás fue tomado como ofensa?) por tener al lado el escudo de armas del Papa León, con desnudos, de mano de Giovan Francesco Vetraio, quien si la muerte no lo hubiera retirado hubiera hecho cosas muy grandes.

Y no dejándose engañar de las muchedumbres insistieron en su creencia, e hicieron aún en San Agostino de Roma, el altar de los Martello, algunos niños coloreados, donde Iacopo Sansovino para el final de la obra hizo a la virgen de mármol (#). Los cuales niños no parecen de mano de personas famosas, sino de idiotas que comenzaran por entonces en el arte. Para la banda del altar, hizo Polidoro una pequeña historia de un Cristo muerto con las Marías, que es cosa muy bonita, mostrando de verdad ser más de aquélla profesión que de los colores.

Por lo que vueltos de nuevo a la práctica, hicieron en Campo Marzio dos fachadas muy bonitas. En una, las historias de Anco Marzio, y en otra las fiestas de las Saturnales celebradas en tal lugar, con todas las bigas y las cuadrigas de caballos que giran alrededor de los obelisco que se consideran muy bonitas por estar tan bien conducidas como dibujadas y con hermosa manera, que representan como si fueran los mismos espectáculos tal como ellos los pintan.

Sobre la esquina del Chiavica, para ir al Tribunal Savella, ellos hicieron una fachada que es cosa divina, que entre las hermosas que hicieron, es juzgada muy bonita. Con la historia de las niñas que pasan el Tiber (hay un grabado #) , más abajo cerca de la puerta un sacrificio hecho con industria y arte maravilloso, pueden verse todos instrumentos y todos estas antiguas vestimentas para el sacrificio que de esta suerte pueden observarse.

Cerca de Popolo, bajo San Iacopo del Incurabili, hicieron una fachada con las historias de Alejandro Magno que se tiene por muy bonita, en la cual figuraron el Nilo y el Tiber del Belbedere.

En San Simeone hicieron la fachada de los Gaddi (Queda un dibujo #), que es cosa de maravillarse y crea estupor considerando las bonitas y muy distintas prendas de vestir, con infinitos cascos antiguos, vestidos cortos, sandalias y albarcas, adornadas con tanta gracia y abundancia de detalles, como pueda imaginarse de este sofisticado talento. Pues quiso la memoria que se encarga de una infinidad de cosas muy bonitas, y quiso representarlas en todas las modalidades antiguas, las efigies de los sabios y muy bonitas hembras. Porque hay de todos los tipo de sacrificios antiguos, como acostumbraban, y como se embarca un ejército y combate con variadísimo estilo de medios y armas, trabajada con tanta gracia y llevar con tanta práctica, que yo me he perdido mirando en tanto detalle.

En frente a aquella, está otra fachada más pequeña, que de belleza y abundancia no se puede mejorar, dónde se halla en el friso la historia de Niobe (hay grabados sobre 8 dibujos de Golzius # #), cuando se hace adorar, y la gente que le llevan cerámicas y tributos diversos. Y con tanta novedad, gracia, arte, talento y relieve expresó él en toda esta obra, que demasiado sería intentar describirlo todo. Siguió con el desprecio de Latona y la miserable venganza en las hijas de la altiva Niobe, y donde le mata los siete varones Febo, y las siete hembras Diana, con una infinidad de figuras al bronce que no parecen pintura, sino metal. Y sobre estas, otras historias trabajadas, con algunos tarros de oro hechas con mucha bizarría que, ningún mortal podría imaginarse otro, tan bonito ni tan novedoso, con algunos yelmos etruscos, que te deja confuso por la multiplicación y la copiosa bonita y caprichosas imaginación, que sale de su mente. Estas obras han sido imitadas hasta la infinidad por quienes trabajan en tales bizarrías. Hicieron aún el patio de esta casa, y del mismo modo la logia, coloreada de diminutos grutescos, que se consideran divinos. En resumen todo lo que tocaron, lo llevaron abasolutamente con gracia y belleza infinita. Y si yo tuviera que nombrar todas las obras trabajadas por ellos, tendría que hacer un libro entero solo para ellos, porque no hay habitación, palacio, jardín, viña, donde no trabajaran Polidoro y Maturinor.

Mientras que Roma reía y se adornaba con sus obras, esperando el premio de su propio sudor, la envidia y la fortuna envió a Roma al Borbón, el año 1527, que esta ciudad la saqueó. Se dividieron la compañía no solamente de Polidoro y Maturino, sino de tantos millares de amigos y parientes, quienes compartieron el pan tantos años en Roma. Maturino puesto en fuga, se piensa que por el malestar no soportado del saqueo, fue enterrado en Roma en San Eustaquio luego que murió de peste.

Polidoro se fue hacia Nápoles, llegado allí siendo estos agradables hombres, poco curiosos de las cosas excelentes de la pintura, estuvo trabajando para no morir de hambre para algunos pintores, e hizo en Santa María de la Gracia, a un San Pedro en la capilla principal,

y ayudó en muchas cosas a los pintores, más para seguir en la vida que para otras cosas. Pero también al predicar su virtud, hizo para el Conde*** una bóveda pintada al temple, con algunas fachadas, que es tenida por cosa muy bonita. Y le hizo el patio al claroscuro al señor *** juntos algunas logias, que están muy llenas de adornos y belleza, y bien trabajadas.

Hizo también en Sant´Ángelo, al lado de la pescadería de Nápoles, un tablilla al óleo, en la cual está la virgen y algún desnudo de almas atormentadas, las cuales por dibujo, más que por color, se la tiene por muy bonita. Del mismo modo, algunos cuadros, que están en el altar mayor, con solo figuras enteras (#, #), con el mismo método de trabajo.

Se produjo que, estando en Nápoles, y viendo su virtud poco considerada, deliberó alejarse de quienes tenían más consideración a un caballo que saltaba, que a quien hacía con las manos las figuras pintadas que parecen vivas. Por lo que, subido a una galera, pasó a Mesina, y quiso encontrar más piedad y más honor, y se dió por impulsarse; y tanto trabajó y tan de continuo, que tomó en los colores buena y diestra práctica. Y les hizo muchas obras, que están extendidas por muchos lugares. Y a la arquitectura le puso su sabiduría y dejó muchas cosas que hicieron.

Después de la vuelta de Carlos V, luego de la victoria de Túnez, de paso por Mesina, Polidoro le hizo arcos triunfales muy bonitos, por los que adquirió nombre y premios infinitos.

Donde él, al que continuamente le quemaba el deseo de regresar a Roma, la cual continuamente escuece a quienes vivieron muchos años, y luego partieron a otros países. Hizo una tabla de un Cristo que lleva la cruz, trabajada al óleo, de bondad y color muy vago. En la cuál hizo un número de figuras que acompañan a Cristo a su muerte (#), soldados, fariseos, caballos, mujeres, niños y los ladrones delante, como con la intención de queriendo detener, de parar, aquella injusticia que bien parecía que la naturaleza se forzaba en hacer su último acción, esta obra realmente es muy excelente.

Después de lo cuál pretendió muchas veces marcharse de este país, aunque allí era bien visto, pero la causa de su residencia era una mujer, a la que ya muchos años amaba, que con sus suaves palabras y adulaciones lo retenía. Pero mucho pudo en él la voluntad de volver a Roma y a los amigos, y tomando de la banca una buena cantidad de dineros que tenía, resuelto de ir, deliberó marchar al día siguiente.

Polidoro había tenido mucho tiempo un criado en este país, que quería más a los dineros que a Polidoro, pero por tenerlos en el banco, no pudo nunca llevarlos a las manos e irse con ellos, por lo que caído en pensamiento malvado y cruel, deliberó la noche siguiente, mientras que dormía, con algunos de sus amigos conjurarse, darle muerte y a continuación repartir los dineros entre ellos.

Donde en el primer sueño que Polidoro dormía, estos con una banda lo estrangularon, y luego de causarle algunas heridas, hasta que lo hicieron morir. Y para poner de manifiesto que no lo habían hecho, lo llevaron sobre la puerta de la mujer de Polidoro, fingiendo que los padres u otros parientes lo habían matado. Dio pues una buena parte de los dineros a los que habían cometido este feo exceso, y los hizo ir. Por la mañana llorando se fue a casa de un conde, amigo de su maestro muerto, y no obstante gritaba justicia. Por lo que muchos días se buscó tal cosa, pero nunca nada vino a luz. Pero también como Dios quiso, que la naturaleza despreciase su virtud, y dejó que la mano de la fortuna lo golpease, hizo, que alguien que ningún interés tenía, dijese que era imposible que otro que no fuera el tal muchacho, le hubiera asesinado. Por lo que el conde le hizo apresar, y con tortura, sin otro martirio, confesó el delito, y fue de la justicia condenado a la horca, pero en primer lugar lo atormentaron por las calles con hierros candentes, y luego lo descuartizaron.

Pero no por ello volvió a la vida a Polidoro, ni la pintura recuperó ese talento peregrino y rápido, que por tantos siglos no se veía por el mundo. Si cuando murió, hubieran podido morir con él, la invención, la gracia y la bravura en las figuras del arte, se habrían muerto. Felicidad de la naturaleza y virtud en la formación en tal cuerpo tan noble de espíritu. Y envidia y odio cruel en su extraña muerte en el destino y en su fortuna, la cual, así bien le retiró la vida, no podrá por algún tiempo quitarle el nombre. Se le hizo las exequias muy solemnes, y con dolor infinito de toda Mesina, en la iglesia catedral le dieron sepultura el año 1543. Y tuvo después este epitafio:

FACIL ESTUDIÉ LA PINTVRA,
ARTE, TALENTO, FUERZA Y POCA SVERTE
YO TUVE EN SUPERAR A LA NATVRALEZA.
EXTRAÑA, HORRIBILE, INJVSTA Y CRVDA MUERTE.

Polidoro añadió al arte de la pintura la facilidad, muchos vestidos, y muy extrañísimos ornamentos, garbo en todas las cosas, y la gracia y la destreza en cada línea o pintura. Añadiendo un universo de figuras, animales, edificios, grutescos y paisajes, que cada pintor los busca, para estar en todas partes y ser universal, y el mundo entero lo honra luego de muerte, más que si se hubiera perpetuado viviendo eternamente en el mundo.
 

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