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+ obras de Filippino Lippi
 

 Filippo Lippi,

Llamado Filippino Lippi para diferenciarle de su padre

Pintor florentino

Biografía traducida de "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550

Quiénes con alguna mancha nacen al mundo (cualquiera que sea) que le dejaron de sus mayores, y este de recubre con la modestia en su vida y con la gratitud de las palabras, y con hechos excelentes de su vida y obras, no solamente merecen elogio de su virtud, sino infinitos precios por sus obras; ya que se conoce abiertamente el vínculo de virtud, que arraiga de su espíritu, y que si está en aquélla lo raro y excelente, es la principal hermosura que se puede tener, y la cortesía entre otra virtud, será las más de las veces, la que corta, parte y rompe los espíritus endurecidos en los deseos y en la maledicencia de los hombres. Esta sóla virtud vuelve suaves y dulces los pensamientos ignorantes; porque se ve que quien sigue el camino de no enmendar a otros y en ayudar con sus medios, con este proceder siempre ganará a cada uno, ese seguramente los llevará a la sepultura encadenados a pesar el suyo, triunfando sobre la malicia y los deseos de los hombres, como hizo Filippo. El cuál, al seguir las formas descritas, lo lloraron a su muerte no solamente quienes conoció, sino muchos otros, por toda Florencia, porque realmente los que oyeron solamente hablar de su virtud, sin conocerlo bien, lamentaban su pérdida. Era Filippo hijo de Filippo del Carmine; y siguiendo en la pintura los pasos del padre muerto mientras él era aún muy joven, estuvo a las órdenes y lo instruyó Sandro de Botticelli; y al encomendarle fray Filippo a su muerte a fray Diamante, para que lo enseñase, en la técnica del arte bueno.
Fue de tanto talento y tan copiosa invención en la pintura, y tan bizarro en los nuevos ornamentos, el cual mostró el primero a los modernos el método de variar las prendas de vestir y adornar con antiguas telas de vestir y ropas sucintas en las figuras que hacían. Fue también el primero en dar luz a los grutescos, a la manera antigua; y los aplicó de terracota coloreada con adornos, con más dibujo y gracia de la que antes se habían hecho. Maravillosa debería ser el ver los extraños caprichos que nacían mientras trabajaba, no quedó cosa antigua de Roma que con gran estudio no se sirviera, vasijas, sandalias, trofeos, banderas, cimeras y ornamentos de templos, de confecciones de vestidos en figuras; por lo que muy grande y sempiterna obligación se le debe, siendo que él dió principio a la belleza y al adorno con este arte,
quien por derecho y modos suyos vinieron a la perfección y que podemos reconocer en el presente.

En su primera juventud, dio final a la capilla de Brancacci en el Carmine de Florencia, comenzada por Masolino y no terminada de Masaccio por su muerte; y Filippo de su mano la redujo a perfección junto con un resto de la historia, cuando San Pedro y San Pablo resucitan el nieto del emperador ( #). Y cuando San Pablo visita a San Pedro en prisión (#), y la disputa de Simón y de San Pedro ante Nerón, y luego su crucifixión (#). Y en esta historia retrató al Pollaiuolo, por la cual gloria y gran renombre le aportó en su juventud.

Hizo a continuación al temple, en las Campora, la capilla de Francesco Pugliese, con un tabla de San Bernardo al cual se le aparece la virgen con ángeles (#), y está en un bosque escribiendo; con algunas cosas admirables, como las piedras, libros, hierbas y similares figuras que dentro les hizo, además de que retrato a Francesco de natural que no le falta nada más que la palabra; esta tabla fue llevada por el asedio de Florencia de esta capilla a la Abadía de Florencia y en la sacristia se conserva.

Y a los monjes de Santo Spirito les trabajó una tabla, y dentro la virgen, San Martín y San Nicolás, para Tanai de Nerli (#); y aún en San Brancazio, para la capilla de Rucellai una tabla (#), y en San Rafael (quedó identificada la obra en San Prócolo, no en San Rafael) una de un crucifijo y dos figuras en campo de oro (La parte central ardió en 1945 en el Museo Staatliches de Berlín, los laterales en la academia de Florencia #).

En San Francisco al monte de San Miniato, delante de la sacristía, hizo a Dios Padre con muchas niños, y en el Palco, a los monjes descalzos en las afueras de Prato, castillo a 10 millas alejado de Florencia, trabajó otra tabla (Parece del taller #); y en la sala de la audiencia de los Priores, en el Prato, hizo una tablilla muy alabada con tres figuras : San Esteban, San Juan Battista y la Virgen (#). Sobre la esquina de Mercatale, cerca de algunas casas linderas, hizo frente a las monjas de Santa Margarita un tabernáculo al fresco muy bonito y alabado para poner allí a la virgen, muy hermosa y muy modesta (#), con un coro de serafines en campo de esplendor: lo que sofísticamente pone de manifiesto que pretendía penetrar con el talento en las cosas del Cielo. Y con este trabajo propio mostró el arte con una hermosa señal de una serpiente que está bajo los pies de Santa Margarita, muy extraña y temible, que se conoce donde vive el veneno, el fuego y la muerte; y el resto de la obra se colorea con tanta frescura y vivacidad, que merece celebrarse muchísimo;

En Lucca en San Miguel, hizo un tabla del mismo modo con tres figuras (#son 4, y en la Giuntina no aparece la referencia, quizás asumiendo algún olvido de las notas, prefirió no mentarla).

En San Ponziano en el convento de los monjes de Monte Oliveto hay un tabla en la capilla de San Antonio, que tiene en medio un nicho, y dentro un San Antonio muy bonito de relieve, de mano de Andrea Sansovino, cosa muy lista y muy hermosa.

Se le buscó con gran empeño de ir a Hungría para el Rey Matias, y el rehusó de ir, pero hizo bien dos tablas para él en Florencia, que a este rey se enviaron, cosa elogiada y digna de Filippo; en las cuáles él mostró cuánto valía en este arte.

Envió sus trabajos a Genova (#), e hizo en Bolonia, en Santo Domingo, al lado de la capilla del altar mayor a mano izquierda, un tabla de San Sebastián (#), una cosa muy bonita y un comportamiento ciertamente excelente.

A Tanai de Nerli le hizo otra tabla en San Salvatore, a las afueras de Florencia (# A.Billi y A. Magliabechano tambien lo dan, pero hay unanimidad en que no es suya). Y a Piero del Pugliese amigo suyo, le trabajó una historia de figuras pequeñas (por descartes se le atribuye esta #), conducida con tanto arte y diligencia, que quería otra similar un florentino, y se negó, diciendo ser imposible hacerlo. Manteniendo una amistad con Lorenzo el viejo de Médici, este le rogó estrechamente que debía hacer un obra muy grande en Roma para Olivieri Garrafa Cardenal napolitano, amigo de Lorenzo; y para comenzarla se fue a Roma a servir a la señoría, de paso antes en Spoleto, recordando Lorenzo lo dicho, para hacer la sepultura de mármol a fray Filippo (#), su padre, ya pedido de Lorenzo a los Spoletinos, pero no obtenido, como en otra parte narré. Dibujó pues a Filippo la sepultura con belleza, garbo y con buena gracia, y Lorenzo sobre este dibujo suntuosamente la hizo construir. Después se condujo a Roma, e hizo al cardenal (Oliviero Carafa) en la iglesia de la Minerva una capilla (#,#,#), donde están las historias de Santo Tomás de Aquino muy bonitas, y algunas elogiadas poesías cristianas, de él, que tuvo en esto la naturaleza siempre propicia, y muy encontrada.

Volvió de nuevo a Florencia, y comenzó en Santa María Novella la capilla a Filippo Strozzi, la cual empezó con mucho entusiasmo, y luego terminó a su conveniencia; e hizo el cielo, y se volvió a Roma de nuevo, a trabajar en la capilla de la Minerva, y en la sepultura del cardenal, que es de cemento y escayola en un compartimento en una capillita al lado de aquélla, y otras figuras, que hizo Rafaellin del Garbo su discípulo. Se le consideró dicha capilla por el maestro Lanzilago Paduano y por Antonio llamado Antoniasso Romano, pintores de los mejores que estaban entonces en Roma, en dos mil de ducados de oro sin los gastos de azules y de aprendices. Luego que Filippo, cobró los dineros y pagó los aprendices y los gastos, ya terminada la obra se volvió a Florencia, a terminar la capilla de Strozzi, que él muy bien llevó, con arte y con dibujo, que logra maravillas y alabanzas de cada autor que debe verse la variedad y bizarría, armados , templos, barros, cimeras, armaduras, trofeos, banderas, prendas de vestir, sandalias, peinados de la cabeza, ropas sacerdotales, con muy bonitas maneras conducido, que merece el mayor valor. Están las historias de la resurrección de Drusiana por San Juan Evangelista (#), dónde maravillosamente se ve expresada la circunstancia de ver resucitar un muerto con la simple señal de la cruz, y máxime en un sacerdote o filósofo con un jarrón en la mano, y prendas de vestir a la antigua, que estupefacto de tal cosa, atentamente considera que eso sea. En esta misma historia, entre muchas mujeres diversamente vestidas, se ve un muchacho que, asustado de un pequeño perro español manchado de rojo, que le muerde el refajo, recurriendo a la madre intenta refugiarse en las faldas de aquélla ocultándose, no muestra menos temor que este de la mordedura, la madre entre las mujeres, de maravilla y horror del la resurrección de Drusiana. Después, cuando está hirviendo el santo en aceite, (parte destruida por Pirro Ligorio en 1559) donde se ve la cólera del juez que controla que se avive el fuego, y reverberan las llamas en la cara del que sopla, en muy bonitas aptitudes en todas las figuras, a imitación de los antiguos. En la otra cara está San Felipe en el templo de Marte, que hace salir la serpiente debajo del altar, la cual mata con el aliento al hijo del rey (#). Porque Filippo hizo a un agujero en la escalera y una piedra rota, de tan similar la ruptura de la piedra, que una noche un aprendiz al querer esconder una cosa para que no se viera, siendo que llamaban a la puerta, allí corrió para esconderla, y quedó engañado. Se mostró también el arte de Filippo en una podadera, donde el veneno, la hediondez y el fuego parecen con mucho más naturales que pintados. Y mucho se celebra la inventiva de la otra historia, la crucifixión (#). Porque se conoce, que se imaginó que fue clavado en la tierra, y luego levantado junto con la cruz, porque está en el aire subiendo con cuerdas y puntales. Son suyos infinitos grutescos y cosas trabajadas en claroscuro, muy similar al mármol, hechos con extraña invención y dibujo gracioso.

Hizo a los monjes Scopetini de San Donato en las afueras de Florencia, llamado el Scopetto, al presente en ruinas, una tabla de los Magos que ofrecen a Cristo (#), la cual es que muy elogiada, y entre las cosas el suyas terminada con mucha diligencia. Donde se ven: Moros, Indios, prendas de vestir extrañas, y una choza bizarrísima.

Hizo en el palacio de la Soberanía la tabla de la sala, donde se reunían los Ocho (#); y dibujó la de la grande, con ornamentos, para la sala de Consejo, que por llegarle la muerte no comienza, no obstante talló los adornos.

Hizo a los monjes de la Abadía un San Jerónimo en la iglesia (#), y por todas las casas de estos ciudadanos están sus obras. Comenzó a los monjes Servitas la tabla del altar mayor, que es una deposición de la cruz ; sin terminar las figuras del medio debajo de los que depositan Cristo (# el resto es de Perugino), le sobrevino una fiebre muy cruel, no hubo remedio y la muerte desagradable en la edad 45 de años, a su patria se lo arrebató, con una orgullosa estrechez de garganta, que vulgarmente llaman esquinencia, (angina de pecho) Por lo que siempre amigo, afable, liberal y agradable, fue muy llorado por los que le habían conocido, y mucho mas de los ciudadanos que se servían él en carnavales; que tenían hábito de nunca haber visto cosa que más les agradase que las invenciones de Filippo. Pero quedó el renombre de este gentil maestro tan metido en los corazones de estos que lo habían tratado, que mereció cubrir con la gracia de su virtud la infamia de su nacimiento. Y siempre vivió con grandeza y reputación. Y en Florencia en la iglesia de San Michele Bisdomini, sus hijos le dieron honrado sepulcro, y el día 13 de abril de 1505 mientras que se llevaba a enterrar cerraron todas las tiendas de la Via de Servi, como en los dolores universales suele hacerse las mas de las veces. No le faltó luego quien lo haya honrado con este epitafio:

 MUERTO ESTÁ EL DIBUJO AHORA QUE FILIPPO PARTIÓ DE NOSOTROS:

ARRÁNCATE EL PELO FLORA, LLORA ARNO;

YA NO TRABAJES PINTURA, QUE TODO ES EN VANO

PUES SE PERDIÓ, EL ESTILO LA INVENCIÓN Y EL ARTE 

 

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