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LIBRO II

RELATIVO AL MUNDO Y LOS ELEMENTOS

Los capítulos corresponden con la trad. de "la vulga" de Jerónimo de la Huerta de 1623,
En () la correspondencia del texto en latín
Los latinos y [] corresponden con el texto en francés
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I. (I) [1] El mundo, o lo que se conoce con otro nombre, el cielo, omnímodo en sus pliegues, debe considerarse como un dios eterno, inmenso, sin principio y interminable. Mirar lo que está fuera no es de interés de la gente, y está por encima de las conjeturas de sus mentes.

(2) El mundo es sagrado, eterno, inmenso, en su totalidad, y, más aún, él mismo es un conjunto infinito, que parece ser limitado, con la certeza de todas las cosas, parece entregado a la incertidumbre de fuera y dentro, todo lo  contiene en sí mismo, es obra de la naturaleza de las cosas y la naturaleza en sí misma.

[2](3) Se trata de una locura que algunos se han ocupado en buscarle medida, y teniendo en tal el enseñarla a otros, los que se basó o pruebas que dieron lugar a asegurar que hay una infinidad de mundos, por lo que se debería creer que es una naturaleza infinita, o que la  naturaleza las juntase a todos, un número infinito de soles, con un número infinito de lunas y otros cuerpos celestes, que, puesto que ya están en nuestro mundo, inmenso y sin fin. ¿El pensamiento llegó al final siempre con la misma pregunta, o, como si esta no limitación de la naturaleza de todos los mundos, pudiera atribuirse a un artífice de todos ellos. Como si no fuera más fácil entender esta no limitación en una sola obra y de tamaña envergadura.

[3](4) Es locura, locura pura, querer dejar el mundo para explorar el exterior, ¡como si el interior fuese conocido! Y además, ¿Cómo alguien que no conoce su propia mesura podría medir algo ajeno? o,  ¿el espíritu humano es capaz de ver las cosas que el mundo mismo no abarca?

[II] (II)(5) [1] El mundo tiene la forma de un mundo perfecto, ¿Cuál es el nombre de este mundo que los hombres han dado por unanimidad el nombre de orbe?, a continuación, las cosas lo demuestran. De hecho, no solo esa figura en todas sus partes se vuelve y rodea hacia si, que se apoya en si, y se sustenta, sin necesidad de un apoyo, en ninguna parte y sin tener principio o fin.

[2] no sólo es el modo más apropiado de la revolución, como veremos en breve, los ojos son testigos, porque si en algún punto nos fijamos, se verá una bóveda en la que el espectador ocupa el centro, luego sólo puede encontrarse en una figura esférica.

[III].(6) (Del movimiento III). [1] El movimiento, y el ocaso eterno, que realiza en su revolución con una velocidad inefable en el espacio de veinticuatro horas. Es un hecho que el amanecer y atardecer no dejan dudas. En caso es que creemos que el ruido generado por la rotación de una masa tan enorme y perpetuo es infinito, y, por tanto, más allá de nuestros oídos. De esto no puedo decir nada más, solo decir que el sonido producido por las estrellas que se mueven juntas a nuestros ojos en un concierto de una increíble armonía y dulzura.

[2] Que nosotros que estamos puestos en el interior, el mundo, tanto de día como de noche, pasean en silencio.

(7) Un número infinito de imágenes de animales y cosas de todo tipo está estampada en el cielo. Autores en vano han dicho que era un cuerpo lubricado liso uniformemente, como es un huevo de las aves, los hechos demuestran lo contrario, pero desde entonces, se ha convertirse en el germen de todas las cosas, que a menudo es confuso dar a luz, especialmente en el mar, un sin número de formas y monstruoso:

[3] Además, descubrimos a la vista, un carro, o un oso, un toro, también contiene una letra (¿la delta griega por la constelación del triángulo?) y un medio círculo blanco, que atraviesa el punto más alto.

(8) (Porqué se llama Mundo - Capítulo IV.) Quiero añadir que consiento en el parecer de los hombres, por lo que los griegos lo llamaban cosmon, significado adornado de una palabra, que llamamos el mundo, una palabra que indica una perfecta elegancia suprema.

[4] El cielo (caelum), sin duda, toma su nombre de la talla de la palabra (caelare), de acuerdo con la etimología de Terentius Marcus Varro.

(9) La disposición del universo ha estado ayudando desde el círculo conocido como zodiaco, en que están marcadas doce figuras de animales por los que se mueve el sol, en un orden que no puede ser negado por tantos siglos.

(10) [IV]. (De los 4 elementos Capítulo V) [1] En cuanto a los elementos, me doy cuenta de que sin duda, hay cuatro: el Fuego se encuentra en la región superior, de ahí tantas estrellas que brillan como ojos en la parte superior de cielo. Justo debajo el Aire , que lleva el mismo nombre en nuestro idioma y los griegos: es el aliento de la vida, que penetra todas las cosas, donde nada se insinúa. Por la fuerza del aire, se sujeta la tierra, con el agua, el cuarto elemento se suspende en equilibrio en el centro del espacio.

(11) Es la mutua interrelación de estos diversos elementos que constituyen el vínculo; entre sustancias, son sustancias que por el peso, que no les permite subir y, por compensar la fuerte caída de sustancias, que se celebran como sustancias suspendidas por la luz, que tienden a subir con igual esfuerzo.

[2] Por lo tanto, un esfuerzo igual a la atracción en sus cosas forzado por el movimiento circular del mundo que nada tiene. En la eterna revolución del universo, la tierra está en la parte inferior y en el centro de todo, es un punto cardinal del mundo, teniendo el equilibrio que se mantiene en suspensión. De esta manera, sólo está estacionaria, mientras que todo se mueve alrededor de ella, que tiene enlaces a todo y cualquier cosa sobre la base de la misma.

(12)(De los siete Planetas. Capítulo VI) [3] Entre ella y el cielo, el espíritu del Aire mantiene colgando a intervalos siete que llamamos estrellas errantes a causa de sus obras, ya que ninguna se mueve más. En medio de estas, pasa el celestial del sol, cuya grandeza y el poder toma prioridad sobre todo los demás, y que rige no sólo nuestro clima y nuestras estaciones, y las estrellas y el cielo mismo. Es la vida o más bien el alma del mundo y es el principal regulador, el principal dios de la naturaleza: al menos lo que parece, a juzgar por sus obras.

(13)[4] Es él quien da luz a las cosas, y elimina la oscuridad, eclipsa unos astros y da luz a otros celestes: rige las estaciones según las necesidades de la naturaleza, alternando las estaciones, y los años siguen renaciendo, que disipa el dolor del cielo, e incluso borra las nubes sobre el espíritu humano, que presta su luz a otros cuerpos celestes. Admirable, sin rival, que lo ve todo, y lo oye; doble atributo que me parece que a él sólo le concede Homero, el príncipe de las letras (Iliada III-276).

(14) [V.][1](De Dios.- Capítulo VII.) Por eso considero fruto de la debilidad humana buscar el aspecto o la forma de Dios. Cualquiera que sea Dios, sí es que es un ente distinto y en cualquier parte que esté, es todo él percepción, todo él visión, todo él audición, todo él alma, todo él inteligencia, todo él absoluto. Desde luego, es incurrir en la mayor simpleza el creer que hay innumerables dioses (y, aún más, creerlo por la virtud y los defectos de los hombres) como la Honestidad, la Concordia, la Inteligencia, la Esperanza, el Honor, la Clemencia y la Lealtad, o, como le parecía a Demócrito, solamente dos: El Premio y el Castigo.

(15)[2] Los mortales, perecederos y sufridos, recordando su propia debilidad hacen esta clasificación por partes, de forma que cada cual rinde culto a todos aquellos aspectos de los que más falto está. Por eso se encuentran distintas advocaciones en los distintos pueblos, y un sinfín de divinidades en ellos, incluyendo también en las genealogías a los dioses infernales, a las enfermedades, e incluso a muchas pestes, por que se desea aplacarlas con un miedo espantoso;

(16)También por eso se ha dedicado oficialmente un templo a la Fiebre en el Palatino, y en el templo de Orbona (Diosa protectora de los huerfanos) junto al templo de los Lares, e incluso un ara a la Mala Fortuna en el Monte Esquilino.

[3] con lo que la corte celestial puede suponerse mayor incluso que la de los humanos, dado que, además, cada cual por su parte hace suyos otros tantos dioses al adoptar sus Iunones (Genios femeninos) y sus Genios (cada ciudad tenía uno), y hay algunos pueblos que tienen por dioses ciertos animales e incluso algunos impúdicos y muchas otros que avergüenza aún más pronunciar, y juran por los alimentos podridos, por los ajos (XIX, 32-1) y por otras cosas de similar ralea.

(17) Es prácticamente un delirio infantil creer en matrimonios entre los dioses y que nadie haya nacido de ellos en tanto tiempo, y que unos son eternamente viejos y canosos, otros jóvenes o niños, de color negro, alados, cojos, nacidos de un huevo, o que viven y mueren en días alternos.

[4] Pero supera cualquier otro descaro el imaginar adulterios entre ellos y, en consecuencia, riñas y odios, como, sobre todo, creer que haya dioses de los hurtos y los crímenes.

(18) Dios significa para un mortal ayudar a otro mortal y éste es el camino para la gloria eterna. Por él marcharon los romanos más ilustres y por él caminan ahora con paso celestial junto a sus hijos el gobernante más grande de los tiempos, Vespasiano Augusto, prestando su ayuda en las malas circunstancias.

(19) De ahí viene la costumbre antiquísima de conceder a quienes más lo merecen la gracia de figurar entre los dioses como les corresponde.

[5] De hecho, los nombres de todos los dioses y las estrellas, que se informó anteriormente, han nacido de merecerlo para la humanidad.

(20) ¿No Se dice que hay un Júpiter o Mercurio, designado por los dioses pero con los nombres de ellos, está la lista de los cielos? que sólo ve por la explicación de su naturaleza, dignos de tal burla son por la Imaginación.

[6] Y ¿cuándo a la causa suprema, la que sea, se le asigna la tarea de los asuntos humanos? Dudaremos que no se manche por un servicio tan triste como cuidado? Que algunos no creen o que otros rechazan. Nadie sabe realmente que es lo mejor para la humanidad, porque los hombres no tienen ningún respeto a los dioses, o tienen ideas deshonestas y vergonzosas.

(21) Algunos de ellos son esclavos de supersticiones de dioses extranjeros, y los llevan en el dedo, aman hasta monstruosidades, proscriben o imaginan platos, y se imponen duras leyes necesarias, que ni siquiera dejan soñar, ni eligen el matrimonio o la adopción, ni cosa alguna que no sean ceremonias sagradas. Otros mienten en el Capitolio, y perjuran por Júpiter y sus rayos, siendo apoyados en sus crímenes aquellos que encuentran en la tortura el objeto de su adoración.

(22)[7] Entre estas dos opiniones opuestas, la humanidad ha creado una divinidad intermedia, incluso para avergonzarse aún más de las conjeturas acerca de la Divinidad. En todo el mundo, en cualquier lugar, en cualquier momento, hay una voz universal que implora la Fortuna; nombrada ella, se le acusa, se la hace responsable y es sólo el objeto de los pensamientos, el elogio, la culpa. Injuriada, y adorada, voluble, inconstante, ciega, errante, fugaz, cambiante, que protege a las personas que no merecen su favor, o, atribuye la pérdida y la ganancia. En los humanos, tan en activa como en pasiva, está sobre nosotros su imperio de la suerte, que no hay otro dios que la misma suerte. Lo cual hace incierta la existencia de Dios.

(23)[8] Otros dicen que no es la Fortuna, que es el influjo de las estrellas, de su nacimiento hecho todo esto por Dios que allá lo decretó una vez en el destino de los hombres por llegar, y desde allí en el resto está ocioso. Esta visión comienza a poner en la mente de las personas, no solo en los vulgares analfabetos e ignorantes sino también en los doctos.

(24) Aquí vienen las advertencias dadas por los rayos, las predicciones de los oráculos, e incluso las predicciones de agoreros que resultan el pronóstico de circunstancias triviales, estornudos, y los objetos que golpean el pie. El Divino Augusto se dió cuenta que, por desgracia, que había puesto el calzado izquierdo al revés (era de mal agüero) el primer día en que casi murió en una sedición militar de sus soldados.

(25)[9] Esta visión avergüenza la humanidad, y una cosa que es cierto es que nada es seguro, ni mas miserable que el hombre, ni más orgulloso. Otros animales tienen cuidado de su comida, y la benignidad de la naturaleza se lo establece espontáneamente para que les baste; siendo una condición mucho mejor que todos los bienes, y esto sería por no pensar en la gloria, ni en la riqueza, la ambición y, sobre todo, en la muerte.

(26)[10] Sin embargo, es bueno en la sociedad el creer que los dioses se ocupan de los asuntos humanos, como castigo, a veces con retraso debido a las ocupaciones de la Divinidad en una gama tan amplia, sin embargo, no llegan nunca a los culpables, y por esto el hombre fue creado cercano a Dios, para que en la vileza pueda considerarse cercano a las bestias.

(27)[11] Pero lo que consuela especialmente la imperfección de nuestra naturaleza, es que Dios mismo no lo puede todo, no puede cometer suicidio, a pesar de que quisiese la muerte, que es lo mejor para el hombre en medio de un gran dolor en la vida, ni puede hacer a un mortal inmortal, o resucitar a los muertos, ni que quien vivió no tenga la experiencia, ni que quien ha logrado honras, no las tuviera, ni derecho y potestad en lo que ha pasado, salvo del olvido: para mostrarnos,( y ni siquiera por nuestros argumentos menos graves juntarlos con Dios), que no puede hacer que el doble que diez no sea veinte, y muchas otras cosas similares, lo que demuestra claramente el poder de la naturaleza y de su identidad con lo que llamamos Dios. Esta digresión sobre el tema tan familiar, a causa de controversia de la que Dios es el objeto, no parece fuera de lugar tomarla a broma.

(28) VI. (Capítulo VIII. De la naturaleza de las estrellas errantes y de su redondez) [1] Volviendo a las estrellas, que se han establecido en el mundo (II, 4-3). No es que estas estrellas como se piensa vulgarmente, estén atribuidas a cada uno de nosotros, brillantes para los ricos, las menores para los pobres, las obscuras para los defectuosos, un brillo proporcional a la condición de los mortales a los que se les asigna. Ellas no mueren o nacen con un individuo humano, y cuando caen no significan la muerte de nadie.

(29) No estamos tan asociados con las cosas del cielo, que nuestro destino esté ligado a su brillo sideral.

[2] Cuando se piensa en estas estrellas cayendo, es que enciende los humores que aspiramos, que los hacen en la abundancia como consecuencia del incendio, similar también es lo que vemos que ocurre con el petróleo en una lámpara encendida.

(30) Pero los cuerpos celestes son eternos en la naturaleza, que forman el tejido del mundo, y se dividen en este tejido, y su influencia se deja sentir fuertemente en la tierra. ¿Qué efectos producen, su claridad y la grandeza que tienen?, a pesar de la dificultad del tema, el conocimiento de esta influencia la mostraremos en su lugar (XVII, XVIII, 210).

[3] La teoría de los círculos celestes, se explicará en lo que se refiere a la tierra (VI, 211), que pertenece a esta teoría completamente. Me refiero no sólo a su mención de quien descubrió el zodiaco. La oblicuidad se dijo, se entendió, es decir quien abrió la puerta fue,

(31) Anaximandro de Mileto, en la 58 ª Olimpiada (548-545 adc.). Cleóstrato (de Tenedos) luego se refirió a las constelaciones, y las primeras fueron Aries y Sagitario. Mucho antes se supo por Atlas la esfera. Ahora dejamos el cuerpo del mundo, y vamos a lo que está entre el cielo y la tierra.

(32)[4] Es cierto que la estrella más alta es Saturno, por lo que parece ser el más pequeño, y describe la más larga revolución, es sólo después de treinta años que vuelve a su punto de partida (29 años 167 días). La marcha de todos los planetas, el sol y la luna, es contraria a la del mundo, es decir, que se dirige a la izquierda (no es un error pues lo repite, lo explica mirando desde un punto externo), mientras el curso del mundo lo hace a la derecha,

(33) y aunque a diario lo hacen, a una velocidad extrema, y se apresura hacia el atardecer, que, no obstante, es un movimiento contrario por sus pasos hacia levante. Esto es por el aire, en lugar revuelto en la misma parte de la eterna revolución del mundo, y que no entorpece el movimiento de masas, ni lo atenúa ni por el choque de las estrellas que lo dividan o amplíen.

(34)[5] Saturno es una estrella de naturaleza fría y rígida. Muy por debajo del círculo de Júpiter, cuya revolución, por lo tanto es más rápida, realizada en doce años (11,86 años). En tercer lugar, es Marte, llamado por algunos de Hércules: El planeta, es de color de fuego, se quema debido a la proximidad del sol, la revolución es de unos dos años (780 días de periodo sinódico). Luego Júpiter, está situado entre el exceso de calor de Marte y el frío de Saturno, una parte de la naturaleza de uno y otro, y es saludable.

(35)[6] Que el curso del sol y su órbita, es cierto, que es de 360 grados, pero por la sombra que proyecta hasta el punto que se ha caracterizado desde el principio, debe añadirse al año, además los cinco días, una cuarta parte: , debido a que cada cinco años es un día más intercalado en el orden de las estaciones del añoy para que esto sea congruente con el movimiento del sol.

(36)[7] A continuación del sol nos rodea un gran planeta llamado Venus, que tiene un movimiento alternativo y que, por su nombre, es el rival del sol y la luna. Naciendo antes que el sol aparece en la mañana, recibió el nombre de Lucifero (portador de luz), y como otro sol, dispone la llegada del día, por otra parte, después del ocaso relumbra en la noche, ella se llama Vesper (Hespero en griego), que extiende la duración de la jornada, y sustituye a la luna.

(37) Pitágoras de Samos fue el primero en reconocer esta particularidad en la 42 ª Olimpiada, que responde al 142 año de Roma (aprox 608 a 611 adc. actualmente se situa su nacimiento hacia el 580 adc.):

[8] por su grandeza supera a todas las demás estrellas, y el brillo es tal, y único en estrellas que producen sombra, por lo que se le ha dado múltiples nombres, llamada Juno por algunos, por otros Isis, y por otros madre de los dioses.

(38)[9] Es a través de su influencia en la tierra que nace la difusión a la salida del sol del amanecer por la mañana y a la noche, un fructífero rocío, no sólo fertiliza la tierra, sino que también estimula la fertilidad de los animales. Atraviesa el zodíaco en 348 días, y nunca se aparta del sol más de 46 grados, como le place a Timeo (de Locres) .

(39)[10] De similar forma, pero no por el tamaño o influencia, está Mercurio, llamado por algunos Apolo, y viaja en un círculo debajo, de una revolución menor de nueve días, a veces brilla antes de amanecer, o después de la puesta de sol, y nunca se alejó con más de 22 grados, así como enseña Cidenas (astrónomo Caldeo) y Sosígenes (de Alejandría).

(40)[11] También la teoría de estos dos planetas es especial y no tiene nada en común con la de los planetas anteriores, ya que se ven alejados del sol e incluso un tercio del cielo, y con frecuencia los vemos en oposición. Además, todos los demás planetas tienen mayor revolución, que deben ser tratados en la teoría del año mayor.

(41)(IX. De la naturaleza de la Luna)[12] Pero lo más admirable de todos es la estrella que me queda por hablar, y que es la más familiar para los habitantes de la tierra, que la naturaleza ha creado para hacer frente a la oscuridad, la luna.

(42) Ha sometido a la tortura, su revolución complicada, el espíritu de aquellos que la contemplan, y que hacen caso omiso siendo la estrella más cercana. Siempre creciendo o menguando, a veces curvada en un arco, a veces divididas por la mitad, a veces redondeada de un círculo de luz, llena de manchas y, a continuación, sufre un brillante resplandor; enorme en la plenitud de su disco, y de repente desaparece, a veces se acelera por la noche, y a veces vaga, y ayuda durante parte del día la luz del sol, perdiéndose, todavía visible se manifiesta, entonces invisible para el final del mes, sin estar ensombrecida.

(43)[13] Esto no es todo: a veces se cae y otras veces se levanta, incluso sin uniformidad, porque a veces se va al cielo, y a veces a las montañas, a veces en la parte superior mirando a Aquilón (Norte), a veces baja hacia mediodía. El primero que reconoció estos movimientos es Endymion ya que se le dió fama que él era su amante. Ciertamente, no somos lo suficientemente agradecidos a aquellos que a través de su trabajo y sus esfuerzos han arrojado algo de luz sobre esta fuente de de luz escribiendo o contando a través del espíritu humano, que les gusta grabar en los anales, los asesinatos y la carnicería en el ingenio para los crímenes de los hombres para que quien no supiese de ellos en el mundo que habitan, aprendiesen.

(44)[14] El la más cercana al centro, y, por tanto, tienen menos espacio para recorrer, en veintisiete días y un tercio, pasa por el mismo espacio que Saturno, el mayor de los planetas, que hace, como hemos dicho, en treinta años, y luego continua en conjunción con el sol durante dos días, sólo después de treinta días reanuda de nuevo la serie de movimientos. No sé si fue ella quien no ha enseñado todo lo que sabemos sobre el cielo. Se llevó a dividir el año en doce meses,

(45) alcanzando ella misma doce veces el sol antes de regresar al punto de partida y es, al igual que otras estrellas, bajo la luz del sol, ya que la toma del mismo Astro cualquier luz que brilla, y es similar a la del agua devolviendo por reflexión la luz que le prestaron, sino que también se ve desigual e imperfecta, que resuelve incluso ya aumenta la humedad que consume por el sol;

(46)[15] por la misma razón, cuando está en plena oposición se la ve toda llena, otros días nos muestra tanto como recibe del brillo del sol. En la conjunción, es invisible, porque, mirando hacia atrás, devuelve todo el flujo de la fuente de luz de la que procede. Pero las estrellas se sustentan por la humedad terrestre porque la luna medio llena no aparece cubierta con manchas, porque la fuerza de su luz que necesita no es suficiente para absorber, pero estas manchas son sólo la suciedad arrebatada a la tierra junto con la humedad.

(47)(Capítulo X) En cuanto a los eclipses del sol y de la luna, lo más maravilloso que ofrece la contemplación de la naturaleza en su conjunto, por los índices de la magnitud de estas estrellas y la sombra.

VII. [1] Es evidente que el sol está oculto por la interposición de la luna, la luna y por la interposición de la tierra; efectos recíprocos en el que la luna a la tierra tiene la misma plataforma como la tierra fuera a la luna . La interposición de la luna trae oscuridad repentina, y, a su vez, la interposición de la Tierra oscurece la Luna, la noche en sí no es sino la sombra de la tierra. La figura de la sombra es como un cono invertido, del tamaño de la luna, sin sobrepasar la altura de esta estrella, porque ningún otro cuerpo celeste se siente eclipsado al mismo tiempo, esta figura va disminuyendo reduciendo las sombras hasta acabar en punta y luego deshacerse.

(48) Se puede comprobar por las aves que se elevan a una gran altura.

[2] Por lo tanto, el límite de la sombra es el final del aire y el comienzo del éter; más allá de la luna todo es puro y lleno de una luz duradera. En cuanto a nosotros, vemos las estrellas por la noche, al igual que las demás luces que resaltan en la oscuridad. Esta es también la razón por lo que la luna oscurece durante la noche. Los eclipses del sol y la luna no se dan mensualmente debido a la oblicuidad del zodíaco y lo sinuoso ya dicho y complicada revolución de la luna, con el resultado de que los movimientos de estas dos estrellas no siempre corresponden a las fracciones de grados.

(49) VIII. (Capitulo XI de la grandeza de las estrellas) [1] Estas consideraciones superan la inteligencia humana en los cielos, y de allí a la cima de un observatorio, descubrimos las dimensiones de los tres principales organismo de la naturaleza. De hecho, todo el sol no se oculta de la tierra por la interposición de la luna, si la tierra es mayor que esta.

[2] La inmensidad del tercer cuerpo, el sol, se desprende de la comparación, y no hay necesidad de pedir el testimonio de las dimensiones a los ojos o las conjeturas de la inteligencia,

(50) Ni discutir que son inmensas, como una línea de árboles plantados en muchas millas que proporcionarán sombras paralelas de igual distancia, como si estuvieran en medio del espacio.

[3] Es enorme, porque yendo por el equinoccio, al mismo tiempo, para cualquiera que habita la parte Meridional es perpendicular a la cabeza vertical. Es enorme, porque para los que viven por debajo del trópico se proyecta la sombra al mediodía al norte a la salida del sol hasta la puesta de sol, lo que no podría hacerse si el Sol no fuera mucho más grande que la tierra. Es inmenso, ya que cuando levanta su anchura es superior a la cima del Monte Ida, que lo envuelve a izquierda y derecha ampliamente, a pesar de la enorme distancia que los separa.

(51)[4] Sin embargo, esto sin duda demuestra el tamaño del sol, los eclipses de luna, y los eclipses de sol han puesto de manifiesto la pequeñez de la tierra. De hecho, hay tres figuras de sombras: si el cuerpo opaco es del tamaño de la fuente de luz, la sombra forma un cilindro prolongándose indefinidamente. Si el cuerpo opaco es más grande que el cuerpo que le alumbra, la sombra tiene la forma de un cono cuya parte inferior es más estrecha, que también se extiende indefinidamente;

[5], si el cuerpo opaco es más pequeño que el cuerpo que le alumbra, la sombra en la forma es de un cono que termina en un punto, y esto es la aparición de la sombra de la Tierra en el eclipse de luna.

(52) No hay pues, ninguna razón para dudar de que el sol sobrepasa y prevalece sobre la tierra, y la naturaleza parece indicarlo indicios tácitos: ¿por qué, de hecho, más de la mitad del año, el sol está apartado de nosotros? Para rehacer con las noches frías la tierra, la cual quema, sin lugar a dudas, que incluso las quemó en algunas partes, como sucede por su gran tamaño.

(53) IX. (Capitulo XII.) [1] El primer romano que exhibió públicamente la teoría de los eclipses del sol y la luna es Sulpicius Gallus, quien fue cónsul con Marco Marcelo, luego siendo tribuno militar libró al ejército de una derrota porque antes que Paulo venciese al rey Perseo (168 adc.) llegó por orden del General, a fin de evitar las alarmas del ejército, antes de que las tropas se reunieran para anunciar que se iba a producir un eclipse (21/6/168 adc.). Poco después, compuso un libro sobre este tema. El primero que se celebrara entre los griegos, fue Thales de Mileto, en el cuarto año de la cuadragésima octava Olimpiada, el año 170 de la fundación de Roma, y predijo un eclipse de sol cuando el rey Alyates (28/5/585 adc.).

[2] Después de ellos, Hiparco (de Nicea) hizo de seiscientos años la tabla del sol y la luna, la determinación del calendario, por meses, días, horas, lugares y aspectos, con las entradas. Siendo testigo el tiempo sin negarlo, que parece que haya tenido el consejo de la propia naturaleza.

(54) Genios de gran alcance muy por encima de la humanidad, quienes descubrieron la ley que rigen estos grandes dioses, y han liberado de su miserable temor el espíritu de los hombres, que en los eclipses, por mal pensamiento o influencia o caso de muerte de las estrellas, un miedo que, como sabemos, por el eclipse del sol, ayudados de Estesícoro y Píndaro sublimes poetas, que en ocasiones, atribuyeron el oscurecimiento de la luna al mal y los hechizos, y lo ayudaban de estruendo y un ruido disonante.

[3] Temiendo esto, hace caso omiso de la cuestión, Nicias, el general ateniense, que no se atrevió a a sacar la flota desde del puerto de Siracusa, arruinando hacienda y la fuerza de su patria. Toman el ingenio de la interpretación del cielo, que con inteligencia, abarcan la naturaleza inventando las teorías que han establecido un vínculo entre los dioses y los hombres.

(55) En vista de este espectáculo, en vista de la fatiga ( ya que es el nombre que queríamos dar a los eclipses), regular el trabajo de las estrellas que se presentan, habiendo nacido mortal. Ahora voy a hablar, en un breve resumen de los puntos sobre los que estamos de acuerdo en este asunto. Que voy a dar breves explicaciones, donde sea muy necesario, porque las explicaciones no son en el plan de este libro, y no hay menos mérito de enumerar las causas de todas las cosas que saber claramente algunas.

(56) X. (Capítulo XIII De los Eclipses) [1] los eclipses se repiten en el mismo orden después de doscientos veintitrés meses, está claro, el sol no se eclipsa sino cuando la primera luna o última luna, es decir, en conjunción, el eclipse de la luna, se da cuando está llena, y muy cerca después de la oposición. Cada año, en los días y a horas regulares, se da los eclipses de las dos estrellas y no son visibles cuando vienen a través del otro lado de la tierra (hemisferio sur) o incluso cuando vienen aquí, a veces las nubes nos impiden verlos, la mayoría de las veces la convexidad de la tierra poniendo obstáculo.

(57)[2] Gracias a la sagacidad de Hiparco (de Nicea), por menos de doscientos años se ha demostrado que la luna puede eclipsarse a los cinco meses después del primero de un eclipse, el sol a siete meses, y que la luna puede estar oculta en dos ocasiones en treinta días de nuestro lado de la tierra, pero que estos no se ven los eclipses en los mismos puntos como (circunstancia especialmente maravillosa en este fenómeno) la sombra de la tierra, que eclipse la luna, a veces comienza en la parte occidental del disco, ya sea por la parte oriental, y que ya ha ocurrido una vez, la luna puede eclipsarse en el momento de la salida del sol, las dos estrellas están en el horizonte, a pesar de la sombra que causa el eclipse debe ser inferior.

[3] Como dos eclipses, uno de luna y uno de sol, en un intervalo de quince días, en nuestro tiempo siendo cónsules Vespasiano, el padre y el hijo ( 11-06-66 de Sol, 26-6-66 Luna, En esas fechas, en Acra se reunía el ejercito de Vespasiano Padre con el de Tito para iniciar la guerra contra los judíos, posiblemente es un guiño).

(58) XI. (Capítulo XIV Movimiento de la Luna) [1] La luna siempre tiene los cuernos en oposición al sol, mirando al este, cuando crece, a Occidente cuando disminuye, esto es, sin duda. A partir del segundo día da luz, y va añadiendo 3/4 de hora de tiempo (47,5 minutos) hasta que llena su circulo y la misma proporción va perdiendo mientras disminuye.

[2] es invisible cuando está a menos de catorce grados del sol: este hecho demuestra que los planetas son más grandes que la luna, ya que están surgiendo, incluso a siete grados, pero su altura nos las hace ver más las pequeñas. Como las estrellas fijas que son invisibles durante el día, a causa de la luz del sol, aunque brillen como él durante el día: se ha demostrado durante los eclipses de sol, y en los pozos muy profundos.

(59) XII. (Capitulo XV. El movimiento de las estrellas errantes), [1] Entre los planetas, tres hemos dicho estar más arriba del sol (II, 6) que se esconden cuando vienen junto con él, hasta una distancia de no más de once grados y que emergen en la mañana y luego se detienen al tomar sus rayos desaparecen, es decir, a 120º grados, y que hacen su estación por la mañana, y, a continuación, en la oposición, es decir, a 180º grados, al levantar la noche y, por último, en el otro lado, a 120º grados, en la noche hacen de estación vespertina, hasta que el sol, alcanzándolas a doce grados, las hace invisibles, a esto les llaman ocasos vespertinos.

(60)[2] Marte más cerca que se siente la acción de la luz solar a la cuadratura, es decir, a 90º grados, de ahí el nombre de primera y segunda nonagésima, dependiendo de si es uno u otro nacimiento. Esta emplea seis meses en vadear un signo; allí, y de otra manera cambia de signo en dos meses, y dos planetas superiores, por el contrario, no alcanzan cuatro meses para pasar su estación.

(61)[3] Los dos planetas son menos visibles en la conjunción de la noche, de la misma forma, entonces, apartadas del sol, a la salida del sol por la mañana en la distancia de otros tantos grados, que los planetas anteriores. Cuando se encuentran en su mayor distancia al sol, se degradan, que se convierten en invisibles en el ocaso por la mañana, y pasan más allá de esta estrella, la misma distancia a la salida del sol por la mañana, que al levantar la noche, llegando a los términos mencionados anteriormente, en que en este punto se degradan el sol, y desaparecen en el ocaso vespertino. Venus hace dos estaciones una en la mañana y otra por la noche, cada nacimiento lo hace cuando está más alejado del sol. Las estaciones de Mercurio son demasiado cortas para ser apreciadas.

(62)XIIII. [1] Tal es la teoría de las apariciones y desapariciones de los planetas, teóricamente compleja y lleno de cosas maravillosas. De hecho, cambiar el tamaño y el color como se acercan al norte, o se desvían hacia el sur, de repente nos los encontramos vecinos de la tierra, o de repente altos en el cielo. Nosotros, sin duda, en muchos puntos, eliminamos la explicación dada por los antiguos, pero hay que admitir que no vamos a ser los primeros que mostraron el camino de la investigación y por ello no desesperen en dar razones de progreso y aprovechen en mejorar su siglo.

(63)[2] Estos fenómenos son el resultado de muchas causas. La primera es el círculo que los griegos llaman ábside. Cada planeta tiene su propio círculo, que son diferentes de las del mundo, por la tierra, con sus dos vértices llamados polos, es el centro del cielo, y del zodiaco, situado oblicuamente entre estos polos. Todo esto queda demostrado por el compás, que está más allá de la certeza.

[3] Así, un centro de cada planeta, son el ábside, una condición que hace que las estrellas tengan diferentes círculos y movimientos debido a la necesidad interior del ábside más breve.

(64)(Capítulo XVI. Porqué los planetas parecen unas veces más altos y otras más bajos) Desde el centro de la tierra al ábside están las más altas, Saturno en Escorpio, por Júpiter en Virgo, Marte en Leo, el Sol en Géminis, a Venus en Sagitario, por Mercurio en Capricornio, en el centro de cada uno de estos signos, los más bajos y más cercanos al centro de la tierra son lo contrario.

[4] También las estrellas parecen moverse más lentamente en el momento de su mayor altitud: esto no es por acelerar o ralentizar su movimiento natural independiente y establecido para cada uno, pero la líneas llevadas a cabo en la parte superior del ábside estarán necesariamente más cerca del centro, al igual que los radios de las ruedas, donde el mismo movimiento parece más rápido o más lento, dependiendo de la distancia al centro.

(65)[5] La segunda causa de las altura de los planetas, en relación con su propio centro, mayor es el ábside, lo que ocurre en otros signos, a Saturno en el vigésimo grado de Libra, en Júpiter en Cáncer decimoquinto, Marte, en el vigésimo octavo de Capricornio, el sol en Aries en el decimonoveno, Venus en el vigésimo séptimo de Piscis, Mercurio en el decimoquinto de Virgo, la Luna en el tercero de Tauro.

[6] La tercera razón en las alturas es la dimensión del cielo, y no de un círculo, que la dimensión es a los ojos de que los planetas parecen hundirse o descender a las profundidades del aire.

(66)[7] Una teoría que relaciona las latitudes y la oblicuidad del zodiaco. Este círculo que es atravesado por las estrellas que llamamos errantes, y en la tierra está habitada por debajo de él y el resto, hacia los polos, está golpeado por la infertilidad. Cuando Venus está tan cerca a sólo dos grados, algunos animales nacen, incluso en los desiertos del mundo. La luna es su ancho, sin tener que abandonar la misma. Después de estos planetas, quien tiene una mayor amplitud es Mercurio, pero los doce grados que el ancho del zodiaco, se ejecuta un máximo de ocho, y no se corre también, pero dos carreras en que se encuentra en el centro, cuatro cuando ha terminado, y dos cuando se está por debajo.

(67)[8] A continuación, el sol va por el centro, entre los dos grados, en un movimiento irregular, similar a la circulación de dragones tortuosos. Marte se aparta de la eclíptica en dos grados, un grado de Júpiter por la mitad, y sobre ella dos, Saturno dos como el sol. Esa es la teoría de las latitudes de los planetas cuando descienden hacia el sur y fluyen hacia Aquilón (Norte). Autores pensaba que la mayoría de este tercer nivel de los planetas, que se elevan desde la tierra al cielo, en función de su latitud y, concretamente, es un error. Para demostrar la falsedad de esta opinión, hay que explicar una teoría general de estos casos, labor de una infinita sabiduría.

(68)[9] Se reconoce que los planetas, en su ocaso vespertino, se encuentran en relación con la tierra en la mayor proximidad en su latitud y en su elevación, y los nacimientos de la mañana en la latitud de su origen y su elevación, y las estaciones en latitudes medios nudos, llamado eclíptica. También se reconoce que el movimiento de los planetas aumenta cuando están en cercanía de la tierra, y disminuye cuando están apartados. Esto se prueba especialmente en las elevaciones de la luna. Tampoco es dudoso que aumenta a la salida del sol en la mañana, y que a partir de las tres primeras estaciones de los planetas superiores se reduce la velocidad hasta las estaciones segundas.

(69)[10] Sin embargo, es evidente que desde la salida del sol por la mañana suben de latitud, ya que es en esta situación comienzan acelerar cada vez con más movimiento, En las estaciones primeras suben de altitud, porque entonces comienzan a eliminar una serie de grados y dejarse de ver los planetas. Lo cual lleva a razonar, el porqué de esto: Quedan heridas en la posición triangular que discutimos las estrellas, ambos son impedido por los rayos del sol para seguir la ruta directa y se levantan por la fuerza del fuego.

(70) Esto no es inmediatamente percibido por nuestros ojos, por lo que parecen que están estacionarias, y de aquí entró el nombre de las estaciones.

[11] Luego, la intensidad de los mismos rayos aumenta, y el calor refleja la fuerza para degradar. Este fenómeno es aún más sorprendente lugar en la noche, cuando están en total oposición con el sol, por lo que son impulsados a la parte superior del ábside, y son menos visibles, siendo puestos a la mayor altura y animados de menor movimiento, y más pequeño en la estrella en los signos más altos del ábside.

(71) Desde el nacimiento vespertino desciende a la latitud de los planetas, y el movimiento ya está empezando a experimentar un descenso menor, pero no aumenta antes de la segunda estación, pero mientras su altura disminuye, la radiación solar que llega por el otro lado, la reduce a la tierra con la misma fuerza que en el primer la levantó hasta el cielo en el primer triángulo, como la diferencia en la acción realizada por el rayo, en función de la dirección que siguen.

[12] Los mismos fenómenos se producen, y con mucha mayor fuerza en la tarde a la puesta de sol. Esa es la teoría de los planetas superiores, las otras son más difíciles, y de ninguno antes de nosotros informada.

(72)XIV. (Capítulo XVII, Cosas universales de los planetas), [1] En primer lugar, ¿por qué Venus no puede nunca apartarse del Sol más de 46 grados?, y Mercurio 23, a menudo, estos dos planetas comienzan su viaje de vuelta al sol antes de haber sido excluidos. Por ser menor que el sol, tienen el ábside en convexidad dirigida hacia esta estrella, y estos círculos son inferiores tanto como las de los planetas superiores están por encima: no pueden estar más de lado, porque la curvatura del ábside no tiene una longitud mayor. De similar forma, cada uno de los dos planetas es inferior igualmente limitados por el final del ábside, y compensan lo que carecen en longitud por la latitud en la digresión.

(73)[2] Pero, ¿por qué uno no llega a los 46 grados y el otro a 23? Lo hacen, sin duda, pero la teoría falla, porque está claro que su ábside por más que avance nunca superará el sol. Y es por que, cuando sus órbitas se encuentran por uno o otro lado es el nivel en el que el sol cuando los planetas se supone que deben alcanzarse a su más largo espacio, y cuando se mantenga por debajo de sus órbitas el sol están con muchos grados, estos planetas en espera son llamados demasiado rápido, aunque en ambos casos también han llegado al final de su espacio.

(74)[3] Se debe entender que el movimiento está en la dirección opuesta de los otros: porque en él está aumentando por encima de su ocaso vespertino y, a continuación, se ralentiza en la parte baja de los planetas, de modo que con la mayor altura en su lugar se está ralentizando, aquí se acelera. De hecho, la aceleración de la velocidad se da cerca del centro, mientras que para los otros en la mayor altura de su círculo. A la llegada de la mañana al amanecer, aquellos desde la parte superior empiezan a perder velocidad, y estos a ganarla.

(75)[4] La primera estación empieza en el nacimiento de la mañana subiendo la anchura, siguiendo desde la estación matutina al sol y su altura, siendo muy veloz y muy alta en el ocaso de la mañana, comenzando a apartarse de la latitud y disminuyendo en el movimiento, y, finalmente, cae hacia atrás y se aparta de la altura en la estación de la noche.

(76)[5] Por su parte, Mercurio empieza a ascender desde el amanecer por la mañana tomando latitud y altura, y disminuye la latitud con la noche llegando a estar a quince grados del sol, y permanece allí unos cuatro días inmóvil, luego disminuye la altura vuelve hacia atrás desde la puesta del sol al amanecer por la mañana. Solo este, con la luna, ambos descienden otros tantos días como subieron; Venus sube en quince días un poco más. Saturno y Júpiter se apartan en dos ocasiones y cuatro veces Marte, Tanta es, en el momento de la ascensión, la gran variedad de la naturaleza. Pero la razón es obvia: las que hacen el esfuerzo a los vapores de los rayos del sol descienden a su pesar.

(77)XV. [1] Otras muchas cosas se pueden decir sobre estos misterios de la naturaleza, y las leyes que las gobierna. Por ejemplo, Marte, incierto e inobservable su curso, no esta estacionaria cuando Júpiter está triquetro, y sólo en raras ocasiones, está a 60 grados, un número que da forma al mundo hexagonal (6x60=360), ni con otros planetas se elevan juntos, excepto con los signos de Cancer, y Leo. Mercurio rara vez nace en el signo Piscis, es muy común en Virgo, y a la salida del sol por la mañana lo hace en Libra, así como en Acuario, pero es extremadamente raro en Leo.

[2] Mercurio nunca vuelve en Tauro y Géminis, y su degradación en Cáncer no comienza hasta los 25 grados del signo.

(78) Dos conjunciones de la luna con el sol, sólo se dan en el signo de Géminis, Sagitario es el único donde no se juntan. Aries es el único lugar donde el primer día o la primera noche, la luna nueva se ve, la posibilidad de algunos hombres para ver este fenómeno, es la fábula de la vista de Linceo.

[3] Saturno y Marte nunca dejan de estar visibles en el cielo más de 170 días; Júpiter puede estar ausente 36, y como mínimo, 26 días; Venus, 69 con un mínimo de 52; Mercurio, 13 con 18 como máximo.

(79) XVI. (Capítulo XVIII, Qué muda los colores de los planetas), [1] El cambio de color de los planetas, por su elevación, que adquieren una semejanza del aire que atraviesan, y lo que se acerca a ellos los tiñe, dependiendo de que lado vienen, la sombra de círculo que no les pertenece. El frío hace pálido el círculo, y con viento caliente el círculo es rojo les da un aspecto siniestro. El sol, los nodos de la ábside y al final de su órbita que privan de su brillo. Cada planeta tiene su color, el blanco de Saturno, Júpiter claro, ígneo de Marte, lucifero candente, blanco de la estrella de la mañana Venus, Mercurio radiante, suave la luna, el sol quema cuando sube, y radiante.

[2] En estos casos se refiere la contemplación de las estrellas fijas que figuran en el cielo:

(80) a veces se puede formar una multitud espesa de estrellas en todo el orbe cuanto está medio llena la luna, el suave resplandor de una noche tranquila, a veces, como si hubieran huido, se ven muy raramente, que están ocultos por la luna llena o el sol o de otros planetas que nos deslumbran nuestros ojos. La luna lo produce, sin duda, las diferencias. Dependiendo de cómo se recibe la luz directa del sol. La convexidad del mundo y la distancia los amortigua en todos los casos, salvo cuando vienen en ángulo recto.

[3] Así en cuadratura del Sol, está medio llena, cuando en trino que ofrece un aspecto en su orbe un poco vacío, que llena en la oposición, entonces en su tiempo recorrido, presenta las mismas fases en los mismos intervalos. La teoría es similar a que rige los tres planetas superiores.

(81)XVII (Capítulo XIX Movimiento del sol y razón para la desigualdad de los días) [1] El sol tiene cuatro diferencias, que en dos veces dura la misma noche y el día, en primavera y otoño, períodos en los que corresponde con el centro de la tierra, en el octavo grado de Aries y Libra, y por dos veces sobre sus pasos, hace un aumento en el día solsticio de invierno, en el octavo grado de Capricornio, y empieza a aumenta la duración en la noche para el solsticio de verano, en el octavo grado de Cáncer.

[2] La causa de esta desigualdad es la oblicuidad del zodíaco: en todo momento se hace parte igual del mundo, es cierto, en cualquier momento por encima y por debajo de tierra, pero los signos que están en perpendicular tienen luz un espacio más largo: por el contrario, los signos que se elevan oblicuamente pasan más rápido.

(82)XVIII. (Capítulo XX. Porqué son atribuidos los rayos a Júpiter) [1] No se sabe en general a través de la observación cuidadosa del cielo, los maestros de la ciencia han establecido que los tres planetas superiores son los que proyectan fuegos, y la caída en la tierra, tienen el nombre de rayos. Y que son del planeta intermedio, tal vez porque, recibiendo un exceso de humedad del de encima del círculo, y el calor excesivo del más cercano al círculo, que se deshace de esa manera, y es por eso que Júpiter dice que lanzó un rayo.

[2] Por lo tanto, así como cuando se quema la madera cruje con ruido, las centellas como fuegos desprendidos de una estrella trae el estruendo y este fuego celeste suma presagios, divinas operaciones de cosas venideras. Especialmente cuando se agita el aire que este fenómeno se produce porque la humedad retenida en la atmósfera causa la emisión de centellas abundantes, o porque la perturbación se debe a una especie de parto del planeta.

(83) XIX. (Capítulo XXI. Distancias de los planetas) [1] Muchos han tratado de determinar la distancia de las estrellas a la tierra, y que dicen que el sol está a diecinueve veces más lejos de la luna, que la luna misma está de la tierra. Pitágoras, un hombre de genio sagaz, llegó a la conclusión de que la tierra a la luna hay 126.000 estadios, y del sol el doble :y hasta los 12 signos el triple [2] Este punto de vista tiene también nuestro romano Gallus Sulpicius.

(84)XX. (Capítulo XXII. Consonancia de los planetas) [1] Sin embargo, Pitágoras, según los informes, llama tono musical a la distancia entre la luna y la tierra; desde ella a Mercurio, medio tono; de este a Venus otro tanto, y de Venus al sol la mitad de un tono, Del sol a Marte, lo que de la luna a la tierra: de Marte Júpiter hasta un semitono, de Júpiter a Saturno un semitono, y luego al Zodiaco, otro medio tono.

[2] Estos siete tonos, que en conjunto se llama armonía, es decir, un concepto universal. En este concierto, Saturno se mueve siguiendo el modo Dorio, después Júpiter en longo modo frigio, y los demás temas más agradables que útiles.

(85) XXI. (Geometría del mundo. Capítulo XXIII.) [1] El estadio nuestro tiene 125 pasos o 625 pies (185 metros). Posidonio (de Apamea) sostiene que no hay menos de 40 estadios (estadios egipcios de 157 metros) de la tierra a la región de las nubes, los vientos y la niebla, y que, a partir de ahí el aire es puro, claro, y lleno de una luz serena, y desde el aire en perturbación a la luna hay 2 millones de estadios, y desde allí al sol 500 millones de estadio y es por la distancia, que pesar de su enorme volumen, no abrase a la tierra.

[2] Varios autores han informado de que las nubes llegan a una altura de 900 estadios. Estas cosas son incógnitas y difíciles, pero tenemos que decir, porqué se dicen. Estos problemas con el razonamiento geométrico que es el único que nunca hace mal, y que deben ser utilizados si se trata de un complemento para la promoción de esta investigación, ya no por medir, pensando (sería una locura utilizar el tiempo libre en esto), en tales dimensiones, sino que se limita a la aproximación de las evaluaciones.

(86) [3] De acuerdo con la revolución del sol, se reconoce que el círculo que abarca incluye aproximadamente 366 partes, y que el diámetro es un tercio y un séptimo menos, de la circunferencia, estando en medio de este diámetro la ubicación de la tierra, nos encontramos con que la distancia desde el sol es la sexta parte de los inmensos espacios que  ejecuta esta estrella en su revolución, y la distancia de la tierra a la luna es la duodécima parte de la misma, ya que describe su órbita en un intervalo de tiempo más corto doce veces, y que es la forma en que se desplaza entre el sol y la tierra.

(87) [4] La audacia de la mente humana, alienta, como en anteriores problemas, por algunos pequeños éxitos. El resultado proporciona un pretexto para la desvergüenza: nadie se atreve a adivinar la distancia de la tierra al sol, ya es el doble que la distancia para encontrar el cielo, con el pretexto de que el sol está justo en el centro, a fin de que la dimensión del cielo, sí se puede medir con los dedos. El informe de la circunferencia al diámetro en séptimas veces como tantas veces 22 tendrá el círculo, como si con una línea perpendicular al plano se pudiera medir el cielo.

(88) [5] El cálculo de los Egipcios Petosiris y Nechepsos (Autores herméticos sobre astrología, ¿hacia el IV adc.?) que muestran en el círculo lunar, el cual, como hemos dicho, es la más pequeña proporción, y cada grado representaría un intervalo de 33 estadios, el doble para la órbita de Saturno, la mayor, en el sol que es intermedio, la mitad de la suma de estas dos medidas. Este cálculo se lleve de moderación, porque si el círculo de Saturno se agrega el intervalo entre el propio zodíaco, llegamos a una multiplicación infinita.

(89) XXII. (Capítulo XXIV Estrellas repentinas) [1] Queda poco que decir del mundo. En el mismo cielo, las estrellas nacen de repente, hay varias especies. Los griegos llaman cometas, estrellas de crin los romanos, las estrellas que inspiran terror por una crin de color sangre, y aparecen en la parte superior erizadas. Las llaman pogonias a aquellas que la  melena está dispuesta en la parte inferior en forma de una larga barba. Las acontias  vibran como una jabalina, que indican algo próximo:

[2] es el que tiene César Imperator Tito, en su quinto consulado (76), preclara roja predicción descrita en expléndido poema. (¿De sucesión? Suetonio, en Vespasiano XIII relata que se burló de un cometa rojo cercano en tiempo a su muerte, en el 79. Aunque Plinio murió en Agosto, 2 meses después que Vespasiano, no resulta creíble que rehiciera este pasaje, es generalmente aceptado que cerró la Hª. N. el 77) Esta es la última de su tipo que se ha visto. Estos Cometas de cola corta los llaman xifias, y son los más pálidos de todos, con reflejos de espada, y carente de los rayos. Disceo, llaman a una forma específica similar al nombre, tiene el color de ámbar, y en los bordes emite rayos.

(90) La pitea tienen la forma de tinaja, y en su concavidad su resplandor parece humo. La Ceratias tiene la apariencia de un cuerno: como aquella que apareció cuando la coalición griega dio la batalla de Salamina (480 ac).

[3] La lampadia imita la ardiente antorcha. El hipea imita la crin de un caballo, muy agitado, y girando sobre sí mismo. También hay cometas de plata rdquo;sup1;iquest;Acirc;como el cabello blanco, con un resplandor tan brillante que casi no se puede mirar con los ojos, que ofrecen, en forma humana, la imagen de un dios.

[4] También los hay como personas con el pelo erizado y envuelto en una especie de nube. Ha ocurrido en los tiempos nuestros que la cabellera ha cambiado, en la 108ª Olimpiada (347 a 343 adc), el año 408 de Roma (346 adc). El menor espacio de tiempo durante el cual señalan que fueron visibles, es de 7 días, y el más largo de 180.

(91) XXIII. [1] Entre los cometas los hay que se mueven como los planetas, otros permanecen inmóviles. Casi todos se encuentran en la región norte del cielo, pero no en una cierta y determinada parte, aunque lo es más ordinario en la parte blanca, que fue llamada la Vía Láctea. Aristóteles informa de que a menudo se ven varias a la vez, pero esta observación nadie más la ha hecho, que yo sepa, y añade que este fenómeno indica vientos a altas temperaturas. Los cometas se dan también en los meses de invierno y en el polo austral, pero allí no brillan.

[2] Hubo un cometa mortal para los pueblos de Etiopía y Egipto, y conocido como el Tifón haberse visto en su tiempo. Con un aspecto ígneo de una espiral retorcida, espantoso, menos que una estrella y más que un nudo encendido.

(92) A veces, a los planetas y otras estrellas les salen cabelleras. Los Cometas nunca aparecen en el Oeste. Es estrella llena de malos presagios, y no fácilmente se aplaca, fue testigo de la agitación civil en el cónsul Octavio (Gneo Octavio, 87 adc. puede ser el Halley) Y de nuevo la guerra de César y Pompeyo (49 adc.); testigo una vez más en nuestro tiempo, por lo que fue muerto el emperador Claudio sucediéndole Nerón (54 dc.); por último testigo del reinado de este príncipe, en el que la influencia fue casi de continuo (60 y 64 dc.) y desastroso.

[3] Se cree que la diversidad de efectos que producen depende de las partes a las que hieren, o la estrella que a su juicio toman, que imitan las formas y lugares en los que resplandecen.

(93) Aseguran que la forma de una flauta, son una muestra de trabajo en el arte musical; lascivas costumbres si aparecen en la parte vergonzosa de las constelaciones, para la mente y la ciencia en el momento de su doctrina, si forman triángulo o cuadratura con las estrellas fijas, a alguien le van ha echar veneno, estando en la cabeza del Dragón al norte o al sur.

[4] En Roma es el único lugar en el universo que ha puesto un templo a un cometa, por el divino Augusto por tan buen augurio para él. Este apareció en los comienzos de su fortuna durante los juegos que se celebran en honor de Venus Genetrix, poco después de la muerte de su padre César, y la creación de la universidad por este último, y expresó en estos la alegría que le causó:

(94) "Durante la celebración de mis juegos de siete días se vió un cometa en la región del cielo en Septentrión. Comenzó a aparecer a la undécima hora, de gran brillo y fue visible desde todas las partes de la tierra. Según la opinión general, fue la estrella del anuncio de que el alma de César había sido recibido entre los dioses eternos, por lo que como tal un cometa se ha añadido a su estatua en la cabeza, que poco después se consagraba en el foro."

[5] Este fue su discurso público, pero en la intimidad celebraba la aparición de este cometa, dijo, nacido para él, y que de él surgió a su vez: consensuadamente de hecho, esta fue una feliz tierra. Autores hay que creen que los cometas son estrellas perpetuas, que tienen su propia órbita, pero que sólo son visibles cuando el sol les ha abandonado, otros, por el contrario, asumir que son el producto de la casualidad de la humedad y las fuerza ígneas y, en consecuencia, se disuelven.

(95) XXIV. (Capítulo XXVI.) [1] Hiparco (de Nicea), de quien ya hemos hablado (capítulo 9 y 10), nunca suficientemente alabado, porque nadie más hizo sentir la afinidad del hombre con las estrellas y que nuestras almas son parte del cielo, observó una nueva estrella diferentes de los cometas, y que nació en su tiempo (Nova scorpii, 134 adc.) El día que la vió conveniente, observado su movimiento le puso una dudas en su mente, pues se preguntaba si esto no sucede a menudo, y si las estrellas que son fijas, no serían móviles:

[2] y osó, con la audacia de un dios, a preparar para la posteridad el catálogo de las estrellas, en concierto y orden de nombres. Con este fin, inventó instrumentos (teodolito) para determinar con precisión la posición y el tamaño de cada una , y les dio la forma de reconocer no sólo si habían nacido o muerto, como si cruzaban el cielo o están muriendo y también si estaban creciendo o decreciendo, dejando el cielo a todos por herencia, si alguien era capaz de recoger la herencia.

(96) XXV. [1] También llaman antorchas, a los cometas visibles sólo cuando se caen, como la que a la mitad del día, cruzó el cielo a los ojos de la gente durante los combates de gladiadores por Germánico César (¿Calígula?). Hay dos especies: las lámparas, que son simplemente antorchas, y los bólidos, como vimos durante la destrucción de Módena (43 adc.).

[2] La diferencia es que las antorchas, dejan un rastro encendido siempre uniforme, mientras que los bólidos, queman en toda su extensión, ocupando un espacio más amplio.

XXVI. [1] También es de color de las vigas, acute;iquest;ordm;iquest;Aring;Acirc; dokós, en griego, como cuando apareció a los Lacedemonios, que fueron derrotados el miércoles, perdiendo el imperio Griego. (Batalla de Cnido 394 adc.) También llamaron a la grieta en el cielo Chasma (aurora boreal).

(97) XXVII. (Capítulo XXVII. De los colores del cielo) [1] Además, se observó el fuego de color de la sangre, hacia la tierra. Nada peor que esto causando terror a los ojos de los mortales, como se vió el año 3º de la 107 Olimpiada, (349 adc.) cuando el rey Filipo arrasaba Grecia.

[2] Para mí, creo que estos meteoros aparecen, al igual que el resto de forma natural, a veces reiterada, y que son independientes de las diversas causas, que son el resultado de una sutil imaginación. Aunque la mayoría los atribuye, dicen sin duda, a ser presagio de grandes catástrofes, pero creo que estas catástrofes no se producen a causa de meteoros, ni meteoritos, sino que ya venían. Esta ley de porqué se producen, es desconocida, comos se indicó anteriormente otras cosas de los planetas, los eclipses, y muchos otros fenómenos.

(98) XXVIII. (Capítulo XXVIII.) [1] Se ven estrellas aparecer durante el día con el sol, la mayoría de los casos alrededor de esta estrella como una especie de corona al rededor del sol con círculos de diferentes colores. Esto sucedió en la entrada de Augusto César en Roma, en su temprana juventud, luego después de la muerte de su padre, tomando el legado de un gran nombre.

(XXIX.) Se ven similares coronas alrededor de la luna y las estrellas que aún tienen un gran brillo.

XXIX. [1] El sol apareció con un arco bajo el consulado de Lucio Quinto Opimius y Q. Fabios (121 adc.), y con un círculo, en el consulado de Porcius y Manius Acilius (114 adc.), con un círculo rojo bajo el consulado de Lucius Julius y Publio Rutilius (90 adc.).

XXX. (XXX.) [1] El sol está experimenta eclipses, cuya longitud es una maravilla, por ejemplo, en el asesinato de César (44 adc.) y cuando mataron al dictador Marco Antonio (30 adc.), que estaba pálido, casi sin interrupción durante todo el año.

(99) XXXI. (XXXI), [1] También hemos visto varios soles a la vez, no por encima o por debajo del sol mismo, sino a los lados, ni cerca de la tierra o llegando la noche, sino en levante y en poniente, se ha visto, se dice, incluso al mediodía, una vez, en el Bósforo, que apareció en la mañana y se prolongó hasta la noche.

[2] Los antiguos vieron tres soles en varias ocasiones: Por ejemplo, en los consulados Postumius Ing, Q. Mucius (173 adc.), Q. Marcius, M. Porcius (118 adc.), Marco Antonio, P. Dolabella (44 adc.), de M. Lepidus, L. Plancus (42 adc.). Esto fue también visto en nuestro tiempo, siendo el Divino Claudio cónsul, y Cornelio Orfitus su colega (51 dc.). Ningún documento habla de la aparición de más de tres soles al mismo tiempo.

XXXII (XXXII), [1] Tres lunas se han observado, En el consulado de Cn Domitius y C. Fannius (122 adc.).

(100) Estas eran generalmente llamadas soles nocturnos.

XXXIII. (XXXIII), [1] Fue durante la noche, bajo el consulado de C. Cecilio y Papirius Cn (113 adc.), habiendo luz en todo el cielo, por lo que parecía de día.

XXXIV. (XXXIV) [1] Un fuerte escudo, lanzando chispas, cruzó el cielo de oeste al este, al atardecer, bajo el consulado de L. Valerio y C. Marius (100 adc.).

XXXV. (XXXV) [1] En el marco del Consulado Octavio Cneo y C. Scribonius (76 adc.), que se menciona sólo una vez, como una chispa de una estrella que caía, iba creciendo según se acercaba al suelo, alcanzó el tamaño de la luna, y dio una claridad como en un día Nublado, luego de regresar al cielo, tomó la forma de una linterna lo vio Licinio Silano Procónsul con su compañía.

XXXVI. (XXXVI), [1] También ocurre que las estrellas parecen destacar: pues de ese lado nacen luego furiosos vientos.

(101) XXXVII. [1] Se muestra estrellas en el mar como en tierra. (XXVII), vi en la noche, mientras que hacían guardia los centinelas asidos a las lanzas, ven brillar esta en la punta según se forma la estrella. Estrellas plantean en las vergas y otras partes de los barcos con una especie de sonido vocal, al igual que las aves al pasar de un lugar a otro. Este tipo de estrella es peligroso cuando viene solas, que provoca la inundación de los navíos y si se cae en la parte inferior del casco, les prende fuego. Pero si parecen dos, el presagio es favorable, que anuncian el éxito de la navegación: que ahuyenta a aquella estrella amenazadora mortal que llaman Helena. También atribuyen por esta causa la divinidad a Castor y Pollux, y que se invocan como dioses del mar

[2] Las cabezas de los hombres (Géminis. Polux y Castor) suelen resplandecer a la hora de la tarde y es un buen presagio. La razón de esto es un misterio oculto detrás de la majestad de la naturaleza.

(102) XXXVIII. (Capítulo XXXVIII. Del aire) [1] Hasta el momento hemos hablado sobre el mundo en sí y las estrellas, escribiremos ahora sobre las cosas notables en el cielo. De hecho, el nombre de los cielos se ha dado por nuestros antepasados en este espacio que parece vacío, y, como el aire, esparce y propaga el espíritu de la vida. Esta región está por debajo de la luna, más abajo al menos esta es la opinión general, donde se mezcla lo indeterminado como parte superior del éter y las exhalaciones terrestres, mezclándose los unos y los otros.

[2] engendrándose las nubes, truenos y relámpagos, el granizo, niebla, lluvia, tormentas, remolinos, y muchos desastres para los mortales, y la lucha intestina de la propia naturaleza consigo misma.

(103) Las cosas terrenales, que tienden hacia el cielo, son repelidos por la fuerza de las estrellas, y otras que no hay lugar espontáneamente, son impulsadas por ellas. Las lluvias caen, suben las nubes, los ríos se secan, y apresura a caer granizo, rayos en llamas, que abrasan toda la tierra desde el espacio; Los mismos regresan llevando lo que pueden. El calor viene de arriba, y vuelve a retornar. Vientos entran en la tierra de vacío, y vuelven cargados con el botín.

[3] Respiran el aire un sin número de animales trayendo de lo alto el espíritu, y la tierra infunde el aliento de la vida en el cielo que se agotó.

(104) Así pues, la naturaleza con movimientos alternativos, barre el mundo con gran velocidad, como una máquina de la guerra incrementando la discordia. No hay pausa en el combate, porque tiene una rotación perpetua, y, sucesivamente, a la tierra muestra el infinito campo de acogida de las causas de las cosas. A veces, por la interposición de las nubes, que establece que el cielo es otro cielo, es el reino de los vientos. La residencia particular de sus principios, en el que las causas de los otros fenómenos se incluye de manera implícita, ya que generalmente se atribuye su violencia a los truenos y relámpagos, también se le atribuye la espesa lluvia de piedra, que las piedras las arrebató el viento, y muchos otras cosas por el estilo. En consecuencia, se debe entrar en algunos detalles.

(105) XXXIX. (XXXIX), [1] Es evidente que entre las causas de las estaciones, algunas cosas son ciertas y determinadas, pero otras son accidentales o al menos están reguladas por leyes aún ignoradas. Nadie duda de que se dan los veranos, inviernos y todos estos altibajos periódicos, están determinados por el movimiento de las estrellas. Como la influencia del sol se refleja en los cambios del año, cada una de las otras estrellas tiene su especial vigor, y produce una particular virtud. Unas son fértiles en humedades en forma de lluvia, la humedad en otras tiene forma de hielo sólido, o aglomerados en forma de nieve, congelado en forma de granizo, mientras que otras están en el viento, del calor, del rocío en el frío. Y no debemos estimar su magnitud por el volumen aparente, porque, a juzgar por su enorme altura, obviamente ninguno de ellos es más pequeño que la luna.

(106)[2] Por lo tanto, realizan su movimiento en consonancia con su naturaleza, y con su revolución, y esto es especialmente evidente en los tránsitos de Saturno, que son acompañados por la lluvia. Y esta influencia no es sólo los planetas, también pertenece a varias estrellas fijas, que todo el tiempo están estimuladas por el aumento de los planetas, o empujadas por las vista de sus rayos, que es lo que ocurra con las Súculas, por eso los griegos las llaman lluvia (Las Híades). Algunos incluso actuar espontáneamente y en horas fijas, como el nacimiento de las cabrillas (Las Pléyades , XVIII, 309) en su lugar. Arturo casi nunca se eleva, sin una tormenta acompañada de granizo.

(107) XL. (XL) [1] Con la canícula, al levantarse, además de iluminarnos nos abrasa. Los efectos de esta estrella son los más poderosos sobre la tierra. Los mares hierven (XVIII, 264) a la subida del sol, los vinos enturbian en las bodegas, los estanques se mueven.

[2] Los egipcios dieron el nombre de Oryx a un animal, dicen, que se queda frente de esta estrella con sus ojos fijos en ella, adorándola por así decirlo, como estornudando. Los perros también están más expuestos a la rabia (VIII, 152) durante este intervalo de tiempo.

(108) XLI. (XLI), [1] Luego aparte cada constelaciones también tienen sus propias fuerzas, por ejemplo, por el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno, época de tormentas que revelan nueva posición de la luna, y este pasaje no solo produce lluvia y tormentas eléctricas, sino también por muchos efectos en el cuerpo y se siente en el campo. Bajo la influencia de la estrella, algunos tienen parálisis, otros cada cierto tiempo convulsiones en el estómago, los nervios en la cabeza, y en la inteligencia a veces alterada. La oliva (XVIII, 266), el álamo blanco y el sauce, para el solsticio de verano, recogen sus hojas.

[2], El poleo seco colgado del techo florece en el día del solsticio de invierno;

(109) y las vejigas muy hinchadas de aire se rompen. Se extrañan de estos fenómenos quien no ha notado que una planta llamada heliotropo (XXII, 57) mira el sol siempre donde va, y se mueve de forma continua con él, incluso cuando las nubes lo velan, La luna tiene una acción sobre las ostras que aumentan sus cuerpos, mariscos y todo tipo de conchas y disminuyen de acuerdo a sus fases.

[3] Además, Los atentos observadores encontraron que el número de lóbulos del hígado del ratón responde a la edad de la luna (XI, 196; XXIX, 59), y un pequeño animal, la hormiga (XI, 109), es sensible a la influencia de esta estrella, y detiene su trabajo en el interlunio.

(110) En esta nuestra ignorancia es aún más vergonzoso que se reconoce que las enfermedades de los ojos, en algunos animales de carga (XI, 149), disminuyen y crecen con la luna. No es excusa, la inmensidad del cielo separado de nosotros por una enorme altura, y dividido en sesenta y dos constelaciones.

[4] Estas constelaciones son las imágenes de objetos o animales en que los astrónomos han dividido el cielo. Se tomó nota de 1600 estrellas, es decir, las estrellas por sus notables efectos o por su apariencia, por ejemplo, en la cola del toro, 7, llamadas Vergilias (Pléyades), la Híades en la frente, y figura a septentrión bootes (El pastor).

(111) XLII. (Capitulo XLII. Causas de la lluvia, viento y nubes) [1] No voy a negar que son causas, en la forma de la lluvia y el viento, porque es cierto que la tierra exhala niebla, a veces húmeda, a veces similar al humo, por el calor, y forma las nubes, o que por la sublimación de la humedad, y del aire por condensación en el agua.

[2] Las nubes tienen densidad y cuerpo, no puede ponerse en duda, ya que ciegan el sol, y que de otro modo es muy visible para los buceadores, independientemente de la profundidad a la que desciendan.

(112) XLIII. (Capítulo XLIII Truenos y relámpagos) [1] Por lo tanto, no negaré que las luces de las estrellas pueden exhalar y dejar caer nubes desde arriba, como se ha visto a menudo estando el cielo sereno. Es cierto que el choque de estas sacuden el aire, y silban de modo como las saetas lanzadas. Cuando llegan a las nubes, el resultado es un vapor con un ruido extraño, como cuando se hunde un hierro candente en el agua, y forma un remolino de humo de las tormentas que han nacido. Si lucha en el aire el viento o el vapor, entonces el trueno retumba, en caso de erupción de fuego, los rayos, rompen el esfuerzo encerrado en un espacio hacia más amplio, el relámpago brilla y divide las nubes un rayo, el rayo hace que se rompan.

(113) [2] El trueno es el impacto de los golpes del fuego encerrado, y por esto las llamas irradian los bordes de las nubes. La explosión puede surgir del aire que animado se levanta de la tierra empujado hacia las estrellas y se detiene en las nubes, y oprimido se escucha el retumbar de los truenos ya que el sonido sigue siendo sofocante durante la lucha, y los destellos de los rayos en el momento de la erupción, como una explosión del aire de una vejiga.

[3] Todo se debe al azar. Es posible que de este aliento, por el roce o por su naturaleza vengan los rayos. Con ello son heridos los montes, y los mares y los demás lugares en vano. Puede, que por último, algunos rayos tengan causas determinadas a particulares choques de estrellas.

(114) XLIV. [1] De igual modo no voy a negar que el viento, sople, o puede surgir como una exhalación de los árido y seco de la tierra, y que pueden engendrarse el aire de las aguas que ni se condensa en nieblas ni se aglomere en las nubes, y que finalmente pueda ser impulsado por el sol, el viento como sabemos, es olas de aire.

[2]Puede engendrarse también de muchas maneras, porque algunos vientos aumentan de los ríos, bahías, de las nieves y hasta del mar tranquilo, que se levantan vientos que otros, llaman altanos, de la tierra . Estos vientos, desde el mar a la tierra, se llaman tropeos, y si se mueven hacia él, Apogeos.

(115) [3] (Capítulo XLIV, cómo se forma el eco) Las montañas con sus líneas rotas, con sus múltiples cumbres, con su ángulo o grupa redondeada, con valles profundos, de corte a través de sus ataques aéreos rompen desiguales y de allí resulta, que, en muchos lugares produce ecos sin fin, son la causa de los vientos.

(XLV). [1] Incluso hay cuevas que los producen: En la costa de Dalmacia, una cueva que ofrece una amplia y profunda brecha en boca: simplemente tirar un objeto con pocos peso, incluso en un día tranquilo, rompe en una tormenta como un torbellino, el lugar se llama Senta. Por otra parte, en la Cirenaica se dice que hay una roca sobre el viento Austro que llegan a tocar con la mano: esto es un sacrilegio, pues el viento luego levanta la arena. En muchos hogares hechos por los mismos, la oscuridad tiene sus aires y se siente engendrase, con poca diferencia existen muchas causas de los vientos.

(116) XLV. [1] Sin embargo, es muy importante distinguir entre el aliento y el viento. Los vientos reiterados y sostenidos que nos son particulares de una localidad, sino universales, que no son una brisa o una tormenta, sino vientos con distinto nombre y apellidos, que nacen del continuo movimiento del mundo y del movimiento de los cuerpos celestes, o procedan de este fructífera aliento que anima toda la naturaleza, que se mueve aquí y allá como en una especie de matriz, o es aire azotado por golpes mezclados de los diferentes planetas y chorros de rayos, o que salen de cerca los planetas o estrellas fijas que son propias de estos vientos, digo, son objeto de una ley natural que se ignora, sin embargo, no es totalmente desconocida.

(117)(Capítulo XLVI Naturaleza de los vientos) [2] Más de veinte Autores griegos comentaron y escribieron sobre este tema. Mi sorpresa fue extrema cuando veo que en el mundo, es presa de la división en reinos, con muchos miembros, con un gran número de hombres participando en la búsqueda tan difícil de encontrar, por ser impedidos por las guerras, por la infiel hospitalidad, y los enemigos mortales de todos, los piratas, y casi ocupan todos los pasos, y con tanto éxito que parecen estar en su propia casa, por lugares donde nunca se han estado, se aprender más acerca de algunos temas, con la ayuda de sus libros, como todo el conocimiento de los habitantes. Hoy, por el contrario, en un país que celebra el mundo, en virtud de un príncipe que le gusta tanto ver las cosas crecer y las artes, ninguna cosa se añade a los descubrimientos ya realizados, sino también que no se aprenden los conocimientos hallados de los antiguos.

(118)[3] Las recompensas no eran más grandes, ya que el poder soberano se repartía entre más manos y, sin embargo, muchos han buscado los secretos de la naturaleza, sin otra compensación que la satisfacción de ser útiles a la posteridad. Estas costumbres desaparecidas, no gratificadas. Estando el mar está abierto a lo largo y ancho, y todas los costas que son hospitalarias;

[4], pero la gran vela es por el amor de la ganancia y no de la ciencia, sin pensar, en su ceguera y la avaricia como exclusivo motivo de navegación no cree que se vuelve más seguro por la ciencia. En consecuencia, trataré con más detalle del que tal vez sea conveniente en este libro, hacer frente a los vientos, pensando en el examen de tantos miles de marineros.

(119) XLVI. (Capítulo XLVII Géneros de Viento) [1] Los primeros antiguos observaron sólo cuatro vientos, y Homero (Odi. 5-291) no nombra más que los cuatro puntos cardinales, poco agudo aquí como luego se juzgó. Los siguientes añadieron cuatro dejando en ocho las divisiones, a su vez, pareciéndoles demasiado sutil y demasiado divididas. Así que decidieron tomar por la mitad y añadir a la división demasiado breve, cuatro vientos contrarios en la división demasiado grande. Por lo tanto, hay dos aberturas en cada una de las cuatro partes del cielo. El Subsolanus (este), desde el comienzo de la primavera, el Vulturno (sureste) desde la salida del sol de invierno: los griegos lo llamaron Afeliotes de primeras y de segundas Euro; Austro (sur), desde el mediodía; el Africo (suroeste), desde el lecho del invierno:

[2] Los griegos llaman Liba y Notus, al Favonio (oeste), desde el poniente de la primavera, el Coro (noroeste), el lecho del verano: Zéfiro y Argestes en griego; Septemtrión (al norte), desde el norte, y Aquilon (noreste), volando entre el anterior y la llegada del verano: Aparctias, y Boreas en griego.

(120) Luego fueron intercaladas cuatro vientos: Trascias (norte norte-oeste) en el espacio entre el norte y la puesta del sol del mediodía; Cecias (este nor-este) entre el Aquilon y la salida del sol del verano, el Fenicia desde la llegada de la primavera, (sur sur-este) entre en la región de la llegada del invierno y mediodía, y de igual modo, entre el Libia y Notus, el Libonotus (sur suro-este), entre el mediodía y la puesta del sol del invierno.

[3] Y Esto no es todo, se han añadido el viento llamado Meses (norte nor-este) entre el boreas y el Cecias, y el viento Euronotus (sur sur-este) entre Eurus y el Notus. Además, hay vientos en cada país, y que no se extienden más allá de cierto límite: se trata en el Atica de Sciron, un poco más desviado lo llaman Argestes y desconocido en el resto de la Grecia, e incluso cuando está un poco más al norte, se llama Olimpias,

(121) en la lengua habitual, a los que se refiere estos nombres lo llaman Agestes.

[4] Algunos llaman al viento Cecias Helesponte; el resto, de los nombres de estos vientos varían entre localidades. En Narbona, es un famoso viento, el Cierzo, que primero por su violencia, que a menudo lleva a Ostia en línea recta, a través del Mar de Liguria (Génova). No sólo es desconocido en otros países, que aún no se le considera en Viena (Vienne, Francia), una ciudad de la misma provincia, a poca distancia, el viento tan terrible queda detenido por la interposición de una cadena de pobres alturas. Fabianus neiga que los vientos austros penetren en Egipto. Allí se produce una evidente ley natural, que regula la duración y los límites de los vientos propios.

(122) XLVII. [1] Es en la primavera cuando se abre el mar para la navegación. A principios de esta temporada el Favonius (oeste) suaviza los rigores del tiempo, el sol está en el vigésimo quinto grado de Acuario, es decir, el sexto día antes de los idus de febrero (8 de febrero). Con sujeción a la regularidad aproximadamente en todos los vientos que hablaré más tarde, con la previsión de un día para los años bisiestos, pero este orden se mantiene en todos los años, sin intercalación. Que algunos llaman el viento Quelidonias, por aparecer las golondrinas entonces, que es el Favonius que soplar en el octavo día de la calendas de marzo (22 de febrero), mientras que otros dan el nombre Ornitias, debido a la llegada de las aves con el mismo viento desde setenta días después del solsticio de invierno y continúa durante nueve días. El Favonius (oeste) se encuentra frente al que hemos llamado Subsolanus (este).

(123)[2] este viento coincide con la subida de las Pléyades en otros tantos grados de Tauro (25º parrafo anterior), el sexto día antes de los idus de mayo (10 de Mayo); de estas prevalece Austro (mediodía), y Septentrion (norte) se opone. Es en el mayor calor del verano cuando la canícula sube (constelación del can), cuando el sol entra en el primer grado de Leo: es el decimoquinto día antes de la Calendas de agosto (18 de julio). La llegada de esta estrella (Sirio) es precedida, en unos ocho días, por Aquilones (noreste) que llaman prodomos (precursores).

(124) Dos días después de la llegada los mismos vientos soplan constantemente durante 40 dias y reciben el nombre de los vientos Etesios durante los calurosos días, los suponen que el calor del sol, les dobla por el calor de las olas de esta constelación. No hay vientos más constantes.

[3] A continuación, los Austros (mediodía) pasan a ser comunes a Arturo, que se eleva aproximadamente once días antes del equinoccio de otoño. Arturo comienza con el Coro (noroeste), que prevalece durante el otoño, el viento en contra es el Vulturno (sureste).

(125)[4] Cuarenta y cuatro días después del equinoccio, con la bajada de las Pléyades se inicia el invierno, un tiempo que generalmente coincide con el 3 de los idus de noviembre (11 de noviembre), es el momento para el invierno siendo Aquilon muy diferente al Aquilon verano, el contrario es Africus (suroeste). Siete días antes del solsticio de invierno y siete días después, el mar se queda en calma suficiente que traen los días Alciones, que estos días han tomado el nombre de Alciones (Ovidio Metamorfosis XI-410) y el resto es invierno, lo que produce mal tiempo, pero toda la violencia de las tormentas no pueden detener la navegación. Fueron primero los piratas los que obligaron a los pasajeros a lanzarse frente a la muerte por miedo a la muerte misma, y aventurarse en el agua a pesar del invierno. Ahora la avaricia les hace ejecutar los mismos peligros.

(126) XLVIII. [1] Los vientos fríos son los que dijimos que soplan del norte, y el Coro (noroeste), que está cerca. Se desplazan, y disipan las nubes. El Africus (suroeste) y, sobre todo, Austro (sur) son húmedos para Italia. Se dice que en el Ponto el Cecias (este-noreste) porta las nubes. Coro (noroeste) y Vulturno (sureste) son secos, excepto cuando amainan. El Aquilon (noreste) y Septemtrion (norte) son de nieve. Coro y Septentrion traen el granizo, y Austro el calor, Vulturno y Favonius (oeste), una temperatura templada:

[2] Estos dos últimos son más secos que el Subsolanus (este) y, en general, todos los vientos que soplan desde el norte y el oeste son más secos que los de la mañana y el este.

(127) El más sano de todos es Aquilón (noreste), y el Austro (sur) el más perjudicial, especialmente cuando está seco, porque quizás cuanto más húmedo más frío, se cree que los animales tienen menos apetito cuando sopla. Los Etesios dejar de soplar regularmente al llegar la noche, y comienzan a la tercera hora del día. En Hispania y Asia, que soplan desde el oriente, en el Ponto de Aquilón (noreste) y en otras partes del mediodía. También golpean en el solsticio de invierno y, a continuación, se les llama Ornitias, pero son más flojos y soplan pocos días.

[3] Incluso hay dos vientos que cambian de naturaleza cambiando los países, en África, el Austro (sur) es sereno, y el Aquilon (noreste), turbio.

(128) Los Vientos soplan a rachas, lo que es más normal, y al amainar empieza el contrario. Si el que sustituye, es contiguo al que cesa, entonces giran de izquierda a derecha en la dirección del desplazamiento del sol. El cuarto día de la luna nueva va a determinar lo que será durante todo el mes. Con el mismo vientos se puede navegar en dirección opuestas, soltando las escotas, a menudo durante la noche, barcos que vienen de direcciones opuestas se encuentran.

[4] El Austro (sur) levanta olas más grandes que Aquilón (noreste), ya que sopla de las regiones bajas del mar, y el segundo, de las regiones más altas, por lo que después de los vientos del sur que hay terremotos destructivos.

(129) Austro es el más violento en la noche, Aquilón de día, los vientos que soplan desde el este son más duraderos que los que soplan desde el Oeste. Los vientos del norte en general, amainan al final de un número impar de días, una observación que se encuentra en muchas otras partes de la naturaleza, por lo que los números impares son considerados como masculinos. El sol se levanta y calma el viento, se eleva a la salida y puesta del sol, se comprime en su mediodía en verano. Duermen la mayor parte del tiempo hacia la mitad del día y de la noche, porque un exceso de frío los calma, como exceso de calor. Las tormentas también los calman, pero se los espera y especialmente por el punto en que las nubes se disipan dejando el cielo descubierto.

(130) [5] Eudoxo (de Cnido) cree que si nos tomamos la molestia de observar más minuciosamente sus evoluciones, después de cuatro años, vemos de vuelta en el mismo orden, todo el tiempo, no sólo del viento, que aún, de todas las demás tormentas. Y el inicio del lustro siempre es un año bisiesto, para eliminar el calor. Eso es lo que tenía que decir sobre vientos generales.

(131) XLIX. (XLVIII) del Consejo. [1] En cuanto a la respiración, la cual, nace, como dijimos (II, 111), de las exhalaciones de la tierra, la cantidad que luego se precipita pero que en tanto forman nubes, y tienen diferentes apariencias. Cuando se precipitan como torrentes, y, en este movimiento, se producen los truenos y relámpagos, según el dictamen ya se ha mencionado (II, 112) cuando se lanzan con mayor violencia y un mayor ímpetu, si la seca nube se rompe, se crea un huracán llamado por los griegos Ecnefias. Pero si rompen la nube estando muy comprimidos, sin que se rompa el fuego, es decir, sin rayos, que los consuma, son conocidos como tifones, es decir, Ecnefias vibrantes.

(132)[2] Trae con él lo que arrebata de alguna nube helada, se arremolina, se revuelve, aumentando el peso por su caída con el peso que lleva, y cambia de un lugar a otro por una rápida rotación. Es la principal plaga de los marinos, no sólo rompen las entenas (palo que cruza el mástil sujetando la vela latina), que vuelca las embarcaciones. Como debil recurso está mojarlo de vinagre, el líquido que tiene naturaleza muy fría. El mismo tifón, recuperándose de los efectos de la conmoción, toma los objetos que arrebató y que quiere llevárselos con él al espacio.

(133) L. [1] Si la lluvia de meteoritos procedentes de la nube rompe por un entorno más abierto, pero que la apertura es menor que la tempestad está previsto lo que llaman vórtice (remolino). derriba todo a su alrededor. Cuanto más ardiente, y abundante en rayos, lo llaman Prester: que quema y deshace a la vez que toca.

(XLIX.) No se da el tifón con Aquilón, o con nieve o con Ecnefias mientras que hay nieve. Si las nubes se rompen, e inflama en el mismo instante y no después, es un relámpago,

(134) se diferencia del prester como la llama de la chispa. Este se extiende más allá, llevado por el viento, los rayos condensan su fuerza. El viento tifón difiere del remolino, en que se eleva, y con un silbido estridente, de un ruido que se rompe, el huracán difiere por su tamaño, la nube se disipa por lugar que avance. También hay una oscuridad (tornado) que se ve como una especie de monstruo, que es mortal para los marinos: la llaman columna, (tromba de agua) cuando el líquido está espeso y consistente pero se apoya; Aulon, cuando, teniendo un forma alargada, la nube succiona el agua.

(135) LI. (L.) [1] En el invierno y el verano las tormentas son rara, para oponerse las causas. En invierno, el aire se condensa cubierta con una gruesa envoltura de nubes densas y exhalaciones terrestres estar helado extinguir que apaga los vapores ígneos. Esta es la razón que exime a Escitia (alredores del mar caspio) de tormentas, y de la manera contraria el exceso de calor, protege a Egipto, ya que las emanaciones calurosas de la tierra, son pocas y secas exhalaciones y en muy raras ocasiones logran nubes y estas son poco gruesas.

(136)[2] En la primavera y el otoño es más común el relámpago, que en las condiciones de verano y de invierno que se deterioran en ambas estaciones, por lo que es común en Italia, por ser el aire más ligero con un invierno suave y un verano de nubes, es por así decirlo, perpetuamente primavera u otoño. En algunas partes de Italia que están hacia el sur, por ejemplo en los campos de Roma y en Campania, hay tormentas en invierno y verano, lo que no ocurre en otras ubicaciones.

(137)LII. (LI) [1] Hay varias especies de Rayos, los secos que no queman pero que rompen y destrozan, los húmedos que tampoco queman pero tiznan de negro: existe una tercera especie que llamamos claro; es de una naturaleza extraordinaria, vacían toneles sin dañarlos y sin dejar rastro de su paso, El fondo de las bolsas el oro, bronce, y plata se funde sin quemarla e incluso sin modificar los sellos de cera.

[2] Marcia, (xxx) dama romana, estando embarazada, fue golpeada por un relámpago: este mató a su hijo en su vientre, y ella no sintió, sin embargo, ningún daño. Entre los prodigios en tiempos de Catilina, Marco Herennio, decurión en el municipio de Pompeya, fue fulminado por un rayo en día sereno.

(138)LIII. (LII.) [1] En los libros de los etruscos se dice que nueve dioses lanzan el rayo, y que existen once especies, pues Júpiter los arroja de tres clases. Los romanos han conservado sólo dos especies de ira, atribuyendo a Júpiter los de la mañana, y los de la noche a Sumano (deidad casi desconocidad, pero templo tenía XXIX, 57); más raros, tal vez por la razón por la cual se ha señalado anteriormente, la frescura del cielo. La Etruria pensaba en unos rayos infernales que salían de la tierra, con mayor ira llegando en invierno, por volverse fatales y desesperantes, porque todas las cosas de la tierra las consideran de turbia naturaleza como diferente de las cosas que en general provienen de las estrellas, y que estos caen oblicuos, y aquellos son terrenos verticales.

(139)[2] Y que lo hacen desde lo más cercano porque no dejan marca, pero esto no indica que el golpe se de no de abajo hacia arriba, sino sin ningún intermediario de frente. Aquellos que piensan que esto es la ira refinada de Saturno, así como los que abrasan dicen de la ira que proviene de Marte, como la que consumió totalmente a Bolsena, opulenta ciudad de Etruria totalmente arrasada por un rayo. Familiares llaman a los que predice el destino durante toda la vida, estallan cuando un hombre funda una familia. Además, creemos que como individuales estos presagian la ira pero no se extienden más allá de diez años, a excepción de los que se producen en el día del primer matrimonio o en el día de nacimiento, y los públicos que no se extienden más allá de treinta años, salvo en la fundación de las ciudades.

(140) LIV. (LIII). [1] Los Anales refieren que ciertos rituales y algunas invocaciones de la fuerza pueden conseguir dominar la ira. Es una antigua tradición en Etruria, que encajan los rayos con un monstruo llamado Volta, que amenazaba la ciudad de Bolsena, después de haber devastado el país. También se mencionó que el rey etrusco Porsenna le arrojó un rayo. Antes que él a menudo era practicado por Numa, de acuerdo con el primer libro de los Anales de Lucio Pisón, autor serio, dice que imitando esta práctica de una manera inadecuada en los ritos, que Tulio Hostilio fue alcanzado por un rayo (XXVIII, 14). Para ello tenemos bosques, altares y ritos, y entre estos Júpiter Estator, Tonante, y Feretrios, recibimos a un Júpiter Elicius (que atrae los rayos).

(141) [2] Sobre este punto la opinión de los hombres varía de acuerdo con las disposiciones de cada uno. No se puede creer que el orden en la naturaleza puede cambiarse con ceremonias, ya que es estúpido cuestionar los servicios que pueden extraerse de los rayos, y que la ciencia ha llegado en la interpretación de este fenómeno, hasta el punto de predecir la llegada en un día, y anunciar que si el rayo va a interrumpir o anular un mal presagio o abrir la puerta de los nuevos destinos que hasta ahora estaban velados: y esto se prueba con un sin número de ejemplos, tanto públicos como privado. Dejemos que estos fenómenos, sean como la naturaleza quería, a veces ciertos, algunos, y a veces cuestionables, aprobados por unos y condenados por otros; no debo olvidar nada más que lo que no merezca memoria digna.

(142) LV. (Liv.) [1] Es evidente que los relámpagos y truenos son simultáneos, la luz se ve antes de que se oiga el trueno. Esto no es sorprendente, porque la luz es más rápida que el sonido. La conmoción y el ruido de salida coincide con una necesidad natural, y el ruido es dell choque de partida, no del choque de llegada. La explosión de rayos, su soplo es más rápido que el rayo en sí, por eso resopla y se sacude todo antes de caer. Nunca se logrará escuchar antes el trueno, que ver el relámpago sin ser alcanzado.

[2] Los relámpagos que se ven desde la izquierda del mundo donde nace, son como una buena señal. No se trata tanto de la llegada de los rayos como de su retorno, pues se puede observar si a consecuencia echan fuego, de la conmoción, si el trabajo se ha completado o el fuego consume el aliento de nuevo cuando se ha apagado.

(143) los etruscos dividen el cielo en dieciséis partes: cuatro aspectos principales, la primera del norte en la madrugada equinoccial, y el segundo hasta el mediodía, hasta la puesta del sol equinoccial tercera, la cuarta en el intervalo entre el anochecer y el norte, cada uno se divide en cuatro aspectos: ocho de estas desde el naciente se llaman izquierdas, y ocho en la dirección opuesta se llaman derechas.

[3] La mayoría de la ira y del mal son aquellos que, desde el poniente van alcanzando el norte. Por lo tanto, es muy importante saber desde donde vienen y hacia donde se fueron: lo mejor es que vuelvan hacia la parte oriental.

(144) Cuando llegan desde el primer aspecto del cielo y vuelven hacia él, se predice la felicidad extraordinaria, augurio que los informes han dado al dictador Sila. Otros aspectos son menos favorables o son mortales, dependiendo de la parte del cielo. Incluso no se permite ni dar o escuchar la interpretación, a menos que se dirija a una multitud, al padre o la madre. Se reconoció en Roma, cuando el templo de Juno fue alcanzado por un rayo, en el consulado Scaurus (112 adc.), y que poco después era el príncipe del Senado (XXXVI, 116), ¿cómo no ver que estas observaciones son en vano?.

[4] En cambio, durante la noche relampaguea más que durante el día con rayos sin truenos.

(145) El hombre es el único animal que el relámpago, como un privilegio de la naturaleza, no siempre lo mata, pero mata a los demás, de repente, aunque muchos lo superan por la fuerza. Todos los animales se caen del lado opuesto al que estaban, el hombre muere, a no ser que se le de la vuelta del lado afectado, golpeado en la cabeza, se derrumba sobre sí mismo; si son golpeados en estado de vigilia, se los encuentra con los ojos cerrados, si los golpeó en el sueño, se los encuentra con los ojos abiertos. La religión no permite quemar el cuerpo de un hombre muerto alcanzado por un rayo, y quiere que sea enterrado. Los cuerpos de los animal no se inflama por alcanzarlos un rayo, siendo el estado del cuerpo. Las personas fulminadas están más frías en la herida que el resto del cuerpo.

(146) LVI. (LV) [1] Entre las cosas que produce la tierra, los rayos no caen en el arbusto laurel (XV, 134). Y nunca descienden más de cinco pies en la tierra. En consecuencia, la gente miedosa piensa que los lugares más seguros son las cuevas profundas. Todavía se refugiaron en las tiendas de pieles de los bueyes de mar (focas), solo entre los animales del mar, no son golpeados, tampoco entre las aves, el águila, y por esta razón, la representan como el portador de los rayos.

[2] En Italia, entre Terracina (III, 59) y el templo de Feronia (al pie del monte Soracto, hoy San Silvestre, cerca de Terracina), dejaron de construir torres en la guerra civil, ya que todas fueron destruidas por los rayos.

(147) LVII. (LVI) [1] Hay todavía otros fenómenos en el cielo bajo. Los informes históricos dicen que ha caído una lluvia de leche y la sangre bajo el Consulado de Manius Acilius y C. Porcius, (114 adc.) y en muchas otras circunstancias; llovió carne, bajo el consulado de P. Volumnius y Servio Sulpicius (461 adc.) , la que no se comieron las aves no se pudrió;

[2] de las lluvias de hierro en Lucania, el año anterior a aquel en el que Marco Craso (Marco Licinio Craso 53 +1 adc.) fue asesinado por los partos, y con él todos los soldados lucanos que había muchos en el ejército: el hierro cayó con aspecto esponjoso, y anunció de los agoreros que se esperasen daños desde arriba. En el marco del consulado de L. Paulus y C. Marcellus (50 adc.) Hubo una lluvia de lana alrededor de la fortificación de Carissa, a partir de la cual el año siguiente, T. Annio Milon (Tito Annio Papiano Milón, El de "Pro Milone" de Cicerón, pero murió en el 48 adc. durante el sitio de Compsa) fue asesinado. Durante el juicio de la misma naturaleza hubo una lluvia de ladrillos cocidos: se informa en las actas de ese año.(52 adc. juicio por la muerte de Clodio)

(148) LVIII. (LV) [1] El choque de las armas y el sonido de las trompetas se escucharon en la parte superior del cielo durante las guerras Címbrias (101 adc.), fue a menudo en el momento en que precedió y le siguió. En el tercer consulado de Marius (103 adc.) los habitantes de Ameria y Tudertum vieron armas celestes procedentes de la cara este y oeste, y que chocaban, fueron repelidas las de poniente. Hemos visto muchas veces el cielo se prendió fuego y no es de extrañar: se trata de las nubes que se inflaman en fuego vivo.

(149) LIX. (LXVIII.) [1] Los griegos celebran que Anaxagoras de Clazómeneas, en el segundo año de la 78ª Olimpíada, (467 adc.) vaticinó por ciencia astronómica que ese día iba a caer una piedra desde el sol, y ocurrió a plena luz del día, en Tracia, en el rio Aegos (Egospotamos, río de las cabras, IV, 48) aún se muestra esta piedra hoy, del tamaño de un carro, y un color quemado. Al mismo tiempo, un cometa brilló durante esas noches.

[2] ¿usted cree esta predicción?, debo admitir que el espíritu divino de Anaxagoras fue muy hermoso y mayor milagro que comprender la naturaleza donde hay que reconocer una confusión general, al admitir que el sol es en sí es una piedra o que contuvo una piedra. Sin embargo, no cabe duda de que a menudo las piedras caen del cielo.

(150)[3] En el gimnasio de Abidos (V, 141), aún hoy, se venera una piedra a causa de este origen, aunque más pequeña y que Anaxágoras había anunciado, se dice, que caería en el centro de esas tierras. Una piedra es también honrada en Cassandra (IV, 36), llamada Potidea, que se fundó por esa razón. Yo mismo he visto, en el territorio de Vocontioro (Entre el Ródano y el Durance III, 34), una piedra que acababa de caer.

LX. (LIX.) [1] Damos el nombre de arco iris a un fenómeno que, por su frecuencia, no es ni un prodigio ni un milagro, porque no anuncia, en un lugar seguro, ni siquiera la lluvia o el sol. Es evidente que los rayos solares entran en la nube cóncava y esto refractan el sol, y la variedad de colores, se debe a una mezcla de nubes, el aire y el fuego. Este fenómeno es visto siempre opuesto del sol. Nunca, salvo en un semicírculo. Ni se da nunca por la noche, a pesar de que Aristóteles lo refiere a veces. Sin embargo, el mismo Aristóteles dice que esto no puede suceder salvo el trigésimo día de la luna (se cree una mala interpretación de Aristóteles).

(151) El arco iris aparece en invierno, especialmente durante los días decrecientes después del equinoccio de otoño. Después de que el equinoccio de primavera, cuando están creciendo los días, no hay arco iris, no se da cerca del solsticio de verano, el día más largo, pero que son comunes para el solsticio de invierno, es decir, durante el día más corto. Siendo que cuando el sol está abajo aparece alto, y alto cuando el sol está bajo inferior a la hora de acostarse, pero se despliega más a lo ancho, cerca de mediodía, es más fino pero más grande. En verano no se puede ver al mediodía, después del equinoccio de otoño, se ve en cualquier momento, y nunca más de dos a la vez.

(152) LXI. [1] Los otros fenómenos naturales de este tipo no están sujetos a dificultades de interpretación. El granizo es por congelarse la lluvia, la nieve, la lluvia pero menos condensada por congelación, las escarchas, por congelarse el rocío. Durante el invierno se dan las caídas de nieve, no granizo. Cae granizo con mayor frecuencia durante el día que de noche, y se derrite más rápido que la nieve. La niebla no se interpone en el verano o con el frío mayor. La caída de las heladas o el rocío, ni con el calor, ni con el viento, ni en noches que no sean serenas.

[2] Al helar (XXXI, 33) disminuye el agua, y el hielo derretido, no tiene la misma medida.

(LXI.) [3] Se puede ver los colores y diferentes figuras en las nubes, dependiendo del componente sea dominado o dominante.

(153) LXII. (Capítulo LXII, Propiedades del cielo), [1] Además, algunos lugares ofrecen características especiales. En África, durante el verano, las noches son abundantes en el rocío. En Italia, en Locri (III, 74) y el lago Velino (III, 108), no hay días en que no aparece un arco iris. en Rodas y en Siracusa, las nubes nunca son tan densas que no se vea el sol brillar, al menos por unos momentos. Será más bien cuestión en el lugar de estos fenómenos. Eso es lo que tengo que decir sobre el aire.

(154)LXIII. (Capítulo LXIII, Naturaleza de la tierra) [1] Luego de la tierra. Por sí sola entre todas las cosas de la naturaleza, se ha ganado todos los beneficios, por lo que toma el nombre sagrado de la madre. Pertenece a los hombres, como el cielo a Dios. Con las nuevas, nos recibe al nacer, ella nos alimenta, una vez que somos adultos, ella es siempre quien nos da su apoyo, y, por último, nos recoge en su seno, cuando ya somos un desecho de la naturaleza, especialmente cubriéndonos, como una madre. Sagrada por hacernos un objeto sagrado. Sujetando nuestros monumentos y nuestros epitafios, con nuestro apellido. Ampliando de nuestra memoria, más allá del corto intervalo de esta vida.

[2] Suprema Divinidad, a la última que pedimos no ser, gravosos a los que ya no están, ("Sit tibi terra levis", que la tierra te sea leve, R.I.P de los romanos, lo contrario sería un insulto) como si no supiéramos que nunca se irrita contra el hombre.

(155) El agua cae como lluvia, y se congela como granizo, se hincha en las olas, corre en torrentes, el aire se condensa en nubes, explota en las tormentas, pero la tierra, benigna, buena, indulgente, y siempre al servicio de los mortales, de los productos que le obligamos a darnos y de los que nos da a pesar de que ¡espontáneamente! como el perfume, los sabores, los zumos, los objetos que son suaves al tacto, ¡qué colores! y la fidelidad con la que nos lo dio. Combustible a nuestro favor! Porque aunque las plagas, están en su aliento de la vida, ella está obligado a recibir las semillas, y sacarlas a la luz, y soportarlas. Las cosas malas, son de quien las piensan.

[3] La tierra no admite a una serpiente (XXIX, 74), que dio el golpe de muerte a un hombre, impone la sanción, incluso en nombre de aquellos ya muertos. Ella prodiga hierbas medicinales, pariéndolas constantemente para el hombre.

(156) Acerca de lo que es venenoso, es posible creer que por compasión para nosotros los ha hecho, de lo contrario incautados por el asco de la vida, o en caso de que el hambre, el tipo de muerte más contrario a beneficencia de la tierra, nos consuma lentamente, o para que desesperados no nos despedacemos en los precipicios, o que no nos atormente la soga de la horca, tortura contraria a nuestro objetivo, que cierran la ruta de acceso al soplo de la vida, y los dan sepultura en el mar pasto de los peces, o rompen su cuerpo con puñal de hierro.

[4] Sí, de pena para nosotros compasiva nos lo hace fácil solo beber, y por su acción nos extingamos con el cuerpo intacto, sin perder una gota de sangre, sin ningún esfuerzo y, como sedientos. Porque después de esa muerte, ni de aves, ni fieras tocarán el cuerpo, y siendo el quien se mató quedará protegido por la misma tierra.

(157) Admitamos la verdad: se trataba de un recurso que la tierra había dado a luz para nuestros males, y lo hemos hecho un veneno: ¿No abusamos igual del hierro, sin necesidad? Sin embargo, no dejaremos de quejarnos, incluso cuando nos han producido daño los venenos. Que desagradecidos somos con la tierra.

[5] ¿Cuándo ha dejado de estar a nuestro servicio, ya sea gozándola o ultrajándola?. La arrojamos a los mares, o le abrimos canales a las olas del mar. La maltratamos con Agua del mar, madera, fuego, piedra, y grano, todo esto esto para que ella en cualquier momento, la esclavizamos y atormentamos, para que nos sirva de deleite en nuestra comida.

(158) Vamos a decir tal vez el sufrimiento que soporta en su superficie, y, por así decirlo, su piel que nos tolera; así! penetramos en ella; y excavamos las vetas de oro y plata y las minas de cobre y plomo, e incluso vamos a buscar las gemas y piedras pequeñas, con excavaciones abismales. Cuantas manos lloran en sus entrañas, para que una falange de un dedo brille con la codiciada joya. Si hubiera infierno la avaricia y la lujuria con largas excavaciones subterráneas ya lo habrían descubierto.

[6] ¡Y nos sorprende que ha creado algunos productos nocivos!

(159) Las fieras la cuidan, de las sacrílegas manos!, Es en medio de serpientes ¿no excavamos las minas?, es junto a las raíces de los venenos donde buscamos en las principales vetas el oro. Sin embargo, la diosa irritada lo es porque todas estas riquezas llevan a los crímenes, asesinatos, y las guerras, y luego la regamos con nuestra sangre, y la cubrimos con nuestros huesos esparcidos sin enterrar. Sin embargo, como culpando a nuestra ira, con el tiempo se cubre de los escombros en una última capa, e incluso oculta los crímenes mortales.

LXIV. [1] Entre los crímenes de nuestra ingratitud también está nuestra ignorancia de la naturaleza de la tierra. (LXIV)

(160)[1] En primer lugar, en cuanto a su rostro, por consenso unánime decimos el orbe de la tierra, y estamos de acuerdo en que la circunferencia está limitada por los polos. No se trata, es cierto, de una esfera perfecta, hay demasiadas altas montañas y llanuras extensas, pero si usted pasara una cuerda a través de los extremos de las líneas, se describe de esta manera una superficie esférica regular. Las leyes naturales quieren que sea redonda, pero no por las mismas causas como las que se informa en el cielo (II,5).

[2] De hecho, el cielo es una esfera hueca que pesa sobre todas las partes sobre su eje, es decir, en la tierra, esta, fuerte y condensada, redondeado como por el movimiento de la sublevación, y se desarrolla hacia fuera. El mundo se está moviendo hacia el centro, fuera de la tierra está el centro y el gran mundo que se presenta en forma de una esfera, debido a la perpetua revolución del mundo a su alrededor.

(161) LXV. (LXV) [1] Aquí hay un gran debate entre la ciencia y el vulgo. La Ciencia afirma que los hombres se extienden alrededor de la tierra, y se tienen de pie aunque estén frente a sus pies los unos a los otros, y que el cenit en el cielo está en sus cabezas por igual, y que en todas partes el punto de la tierra pisado por pies de sus habitantes es el mismo centro igual en todo el mundo. La gente común se pregunta ¿por qué los hombres no se caen?, y no les gusta que les respondan que esa misma pregunta se hacen ellos. Hay una opinión intermedia, y que la multitud rebelde le parece más probable, y es que el mundo es desigual, de forma similar a la figura de un piña de pino, y que la tierra está habitado en torno a esta piña.

(162) [2] Pero, ¿y si ocurre otro prodigio? que está suspendida en el aire y que no se cae con nosotros, el aire y el mundo, fuera dudoso, o como si la tierra podría disminuir a pesar de la naturaleza, que les niega un lugar donde poder caer. Porque, como los incendios están en el fuego, el agua en el agua, el aire en el aire, incluso la tierra, que empuja a todo lo demás, existe un espacio en sí misma. Sin embargo, no se admite fácilmente la esfericidad de la forma achatada de sus mares y sus campos. Esta objeción es refutada por Dicearco (de Mesina), hombre muy inteligente, que midió las montaña por encargo de los reyes. Él escribió que el Pelion, el más alto, 1250 pasos (altura real 1618 metros), por el ángulo proporcional perpendicular, y que no era nada en comparación con la tierra. Para mí, esta conclusión me parece dudosa: yo sé que algunas de las principales cumbres de los Alpes tienen una longitud total no inferior a 50.000 pasos (se refiere a la pendiente).

(163) [3] Pero lo que le parece especialmente extraño para el vulgo es verse obligados a creer que el agua tiene la misma forma esférica, y sin embargo no hay nada más evidente en la naturaleza: todas las gotas en suspensión son redondas en pequeñas esferas, sobre en el polvo, depositado en las pelusas de las hojas, son una perfecta esfera. En una copa llena, el líquido es más alto en el centro. este fenómeno, debido a la poca coherencia que tiene el líquido, se entiende mejor por la vista.

[4] De hecho, aún más inusual en un vaso lleno, el líquido, siempre que se añade un poco se desborde, cuando se añade peso a menudo hasta veinte denarios. En este último caso, los pesos que se introduce aumentar la convexidad del líquido, la convexidad existente pero si se añaden unas gotas de líquido se desborda incontinente.

(164) Es también gracias a la convexidad del agua que desde el puente de un barco, no se ve la tierra cuando si la vemos desde la parte superior de los mástiles, y que cuando un barco se aleja, con un objeto brillante, en la parte superior del mástil parece descender gradualmente, y después se hace invisible.

[5] Por último, el océano, que, ciertamente, es la base de todas las cosas, ¿con qué que otra figura podría mantener su cohesión y evitar la caída sin estar sujeto a la costa?. Pero esto no elimina la maravilla y nos preguntamos cómo el mar, aunque sea esférico, no cae en el extremo. El hecho es que el mar, y el mismo plano de la figura que parece tener, no pueden caer: es lo que los griegos, inventores de muchas cosas, enseñan, gracias a su gloria en descubrir la teoría geométrica, que no puede ocurrir.

(165) [6] Corren las aguas de arriba a abajo, sabemos que esa es su naturaleza, nadie duda de que todo en la costa es en la medida de lo posible, el nivel permitido por el terreno, si estuviera más bajo estaría más cerca del centro de la tierra en linea, todas aguas superficiales convergen hacia el punto más cercano al centro de la tierra buscando la mar, porque el agua por todas las partes tienden a centro, como en un esfuerzo desde el interior.

(166) LXVI. [1] Debemos creer que la naturaleza, artesana de sus cosas, quería que la tierra, fuese árida y seca, y no pudiera sobrevivir por sí misma sin humedad, y el agua, que necesitase el apoyo de la tierra, unidas ambas por una mutuo abrazo. La tierra abre su seno, y el agua penetra en todas partes, dentro, fuera, desde arriba, por las venas el líquido se va extendiendo como ataduras, incluso el agua brota en las cimas de las montañas, impulsado por aire y expulsada por el peso de la tierra (Géiser), que fluye como huyendo de riesgo de caerse, y que se eleva, por el contrario, a las más altas cimas.

[2] Esto explica la forma en que por la afluencia diaria de tantos ríos no aumenta los mares.

(LXVI.) La tierra está, en toda su circunferencia, rodeada por el mar, que la baña y no hay necesidad de buscar argumentos para probarlo, la experiencia lo ha demostrado ya.

(167) LXVII. (LXVII.) [1] Hoy en día, desde Cádiz y las Columnas de Hércules (III, 4), se puede navegar todo el Océano Occidental, en torno a Hispania y la Galia. El océano Septentrional fue surcado en su mayor parte, bajo los auspicios del divino Augusto: una flota bordeó (Druso entre el 12 y el 9 adc.) toda la costa de Germania hasta el promontorio de los cimbros (IV, 97), luego vimos un inmenso mar, o lo saben de informes, que se extiende a las playas del mar Escitia, y las tierras congeladas con humedad excesiva. Por tanto, no es probable que el mar acabe allí donde es más húmedo.

[2] Al igual que en el este, la parte oriental del Mar de la India hacia el Mar Caspio (VI, 36), fue recorrido por el ejército macedonio, bajo el reinado de Seléuco y Antíoco, que querían que esos mares fueran conocidos con su nombre y Seléucida y Antióquida.

(168) Una vez más, hacia el Mar Caspio, muchas orillas del océano se han explorado, y poco queda de todo el norte, que de una manera u otra, ha sido atravesado a remo. Sin tales viajes podríamos tener dudas, Luego la laguna Meótida (IV, 78) no da lugar a conjeturas, ya se trate de un golfo del océano, como veo que muchos han pensado, o una laguna que no se separa por un estrecho espacio. En otro sentido, desde Cádiz y navegando hacia el oeste, ahora se extiende a lo largo de Mauritania.

[3] La mayor parte de este mar y, al mismo tiempo de todo el Oriente se ha visitado, gracias a las victorias de Alejandro, hasta el Golfo de Arabia, durante la expedición que hizo Cayo César, hijo de Augusto (Nieto, murió el 4 dc. durante la expedición VI, 31) y de los desechos de naufragios, garantizan que se reconocen como pertenecientes a barcos Hispanos.

(169) Hannon (IV al V adc.), mientras que el poder de Cartago prosperaba, zarpó de Cádiz hasta los límites de Arabia, y dejó por escrito la historia de la navegación. Al mismo tiempo, Himilcon había sido enviado para explorar el exterior de Europa.

[4] Además, dice Cornelius Népos de su tiempo como un tal Eudoxus (de Cicico) huyendo de Látiro ( Ptolomeo IX 116-81 adc.), saliendo del Golfo Arábigo llegó a Cádiz. Mucho antes de él, Antípater Coelius (siglo II adc.) certifica que vio a un marinero que, en vista del comercio, hizo el viaje por mar desde España a Etiopía.

(170) El mismo Cornelio Népos, en la parte norte del circuito, dijo de Quinto Metellus Apio, colega de Lucio Afranius en el consulado, pero entonces procónsul de la Galia (62 adc.) había recibido de este, el rey de los Suevos, unos indios que llegaron de la India para comerciar, que habían sido lanzado por las tormentas a las costas de Germania.

[5] Así, los mares que rodean a todas las partes del mundo nos dividen en dos, eliminándonos una parte, y el viaje no es viable desde nuestra partida a la otra, ni a la inversa. Este conocimiento, ponen al desnudo la vanidad de los mortales, me incitan para demostrar, por decirlo así, un cuadro reducido de tamaño con esta marca, a quienes solo les mueve la insaciable ambición de ponerlo ante sus ojos.

(171) LXVIII. (LXVIII.) [1] En primer lugar, parece contar con la mitad de la tierra, como si se tratara de no dañar el océano, Ocupando la parte central del mundo, la fuente y el depósito de todas las aguas, incluso aquel vapor que se elevan en las nubes, alimenta a las estrellas mismas, tan grandes y tantas, ¿cómo será de amplia su área, cuánto se extenderá? La superficie de esta enorme masa de agua, resiste cualquier medida, debe ser inconmensurable. Ahora añade que, de la porción de tierra que sigue siendo, más de la mitad se elimina por el clima.

(172) El cielo se divide en cinco secciones llamadas zonas: una fría y con hielo eterno asedio subyacente en los dos extremos, es decir, en torno a los dos polos, uno llamado Septen trional y la otra parte, llamada Austral;

[2] una perpetua oscuridad reinante, la influencia de las estrellas benignas es suave, y refleja su luz blanca en las heladas. La zona del medio, a través del cual pasa la órbita del sol está ardiendo, quemada por el calor demasiado cerca del fuego. Sólo dos zonas, la zona intermedia entre la tórrida y las zonas congeladas, es templado, y, estas no son accesibles de una a otra, a causa de los incendios que dejan las estrellas. Así pues, el cielo nos roba tres partes de la tierra, y no sabemos lo que apresan los océanos.

(173) [3] Y no sé si la parte que aún queda no se debe reducir. De hecho, el mismo océano, entra, como diremos (III-4) en una serie de bahías, Es bajo muy cerca de los mares interiores, el Golfo Arábigo, está no más lejos del mar de Egipto de quince millas (V, 65) y el Mar Caspio del Ponto Euxino 375 millas. Entrando ambos mares en la tierra y recortan África, Europa y Asia, que ¿cuanta cantidad de espacio no invadirá?.

 (174) La tierra está tomada por muchos ríos y pantanos, y hay que añadir los lagos y los estanques, y las altas montañas que llegan a los cielos,

[4], y cuyas laderas incluso son difíciles de ver, los bosques, la precipicios, los valles, desiertos y lugares inhabitables por un millar de causas, si restamos estas partes, estas parcelas de tierra, o más bien, como han dicho muchos, un punto en el mundo (la tierra no es nada más en el universo): que es el objeto de nuestra gloria, la sede de nuestros días: Aquí hacemos nuestras carreras políticas, y la gestión del mando, y pretendemos la opulencia, aquí es donde agitamos las guerras, pobre raza humana, tenemos que la guerra, incluso la guerra civil, por lo común con las grandes masacres ampliamos la tierra;

(175)[5] y para mover las naciones la locura,  donde expulsamos en sus  límites de los demás, y fraudulentamente vamos  añadiendo a nuestra tierra el suelo del vecino. Sin embargo, el que ha medido los campos más grandes, prescindiendo de su reputación, va expulsado a los propietarios adyacentes, ¿con  que parte de  toda la tierra se conformará? Si amplió y aún sus propiedades en la medida de su codicia, cuando le llegue la muerte, ¿qué parte de tierra le tocará a él?

(176)LXIX. (LXIX) [1] La tierra está en medio de todo el universo: y no se llega a esta conclusión con argumentos dudosos, por la igualdad de día y de noche en el equinoccio, ya que si no estuviera en el medio, los días no serían iguales a las noches, como se ha visto a través de la dioptras (instrumento) demuestran esta posición particular. De hecho, la salida del sol en un equinoccio está en la misma línea que la puesta de sol en el equinoccio del saliente, e incluso la salida del sol en el solsticio de verano está en la misma línea que la puesta de sol en el solsticio de invierno; lo que no podría ocurrir si la tierra no estuviera situada en el centro.

(177)LXX. (LXX) [1] Los tres círculos nos informan en las áreas anteriormente dichas, marcando la diferencia en las estaciones: el verano tropical (trópico de cáncer) comienza para nosotros en la parte más alta del zodiaco, y puerta de entrada al norte, a al contrario, para el otro polo, que es el invierno y tropical (trópico de capricornio) en el centro del zodíaco al pie del círculo equinoccial.

LXXI. [1] Los otros sorprendentes fenómenos que tienen su causa en la faz de la tierra propia, que, con el agua, tiene una forma esférica, como lo demuestran los mismos argumentos. De esta forma, las estrellas del norte no se ponen nunca para nosotros, y las estrellas meridionales nunca aparecen, y los de nuestro grupo no se ven por los pueblos de los otros, porque la tierra se interpone.

(178)[2] La Osa Mayor no es visible en la Trogodícite  (¿Núbia?) o en el colindante Egipto; Canopo, ni la cabellera de Berenice, ni la constelación, que en tiempos del dios  Augusto llamaron trono de César, estrellas notable en estas partes, no son visibles en Italia. La Tierra tiene una curvatura de modo manifiesto, en el horizonte Canope en Alejandría, se levanta unos cuatro grados de un signo de todo, en el horizonte de Rodas, parece rozar la tierra, y es completamente invisible en el Ponto, donde la osa mayor está muy alta. Esta última constelación está en la isla de Rodas,  mucho más baja, y más en Alejandría, en el mes noviembre en Arabia, escondida durante la primera vigilia, aparece a la segunda, y en Méroe (Nilo, entre la 5ª y 6ª catarata,), aparece un poco en el solsticio de verano al anochecer, por unos días antes de la subida de Arturo (23 de febrero) (XVIII, 237), también es visible en la mañana.

(179) Estos son fenómenos que tienen lugar principalmente en viajes marítimos, en función de si el navegante va o vuelve por el mar: cuando las estrellas que se esconden en las partes prominentes del mundo de repente brillan ante sus ojos, como si salieran del agua.

[2] Esto no es, como han dicho algunos, que el mundo es más alto en nuestro centro, si fuera así las estrellas que lo rodean se verían desde todas las partes. Pero las estrellas parecen más altos a los vecinos, y parecen reducir para los que están más lejos, y si bien la división en la que creemos que estamos en una gran altura, hay otra cantidad de otras estrellas, que por nuestra situación  pasan al otro lado de la tierra, y esto sólo puede ser de porque tiene forma esférica.

(180) LXXII. [1] También los eclipses de sol y de  la luna en la noche, no llegan a ser visibles para el Oriente, si llegan en la mañana para los de Occidentales, los que llegan alrededor del mediodía son generalmente más visibles. En la famosa victoria de Alejandro Magno en  Arbelas (20-9-331 adc.), la luna, fue perdiéndose en la segunda hora de la noche, y en Sicilia, pasó al salir la luna. Un eclipse de sol que tuvo lugar allí hace un par de años, bajo el consulado Vispstanus y Fonteius (59 dc.), el día antes de la Calendas de Mayo (30 de abril) era visible en la Campania entre la séptima y octava hora del día (la primera vez que se contarán a partir de la salida del sol). Corbulón, quien era comandante en Armenia, informa que fue visible entre la décima y la undécima hora. La redondez del mundo es, en los lugares, quien descubre y oculta.

[2] Si la tierra fuera plana,  todo lo que aparece sería visible para todos al mismo tiempo, y no sólo la noche que es desigual, porque para todos ya se pongan en el centro serían iguales  los intervalos de doce horas, pero en estos días, los intervalos de la noche y el día no son iguales en cualquier lugar.

(181)LXXII. (LXXI.) [1] Por lo tanto, los días y las noches  no son nunca, al mismo tiempo, en toda la tierra, la interposición del mundo es lo que produce sucesivamente la noche y la marcha del sol, y luego el día. Muchas observaciones lo demuestran, en África y España en las torres de Aníbal (Tito Livio en XXX-48, también las menciona), y en Asia que se construyeron  similares para dar la alarma en caso de invasión de los piratas, han demostrado más de una vez que las señales de fuego de la primera torre, iluminada en la sexta hora del día (mediodía) se observaron en el otro extremo de la línea a la tercera hora de la noche.

[2] Filónides (VII, 84), piloto de Alejandro, de  Sicyon a Elis, que hay 1200 estadios (222 km si el estadio es romano, Distancia real aprox. la mitad), llegó en  nueve horas del día, pero de Elis a Sicyon, aunque el camino se establece cuesta bajo, llegaba en la tercera hora de la noche, y  es  por la manera de ir allí en la dirección del sol, y  caminado en la dirección opuesta de esta estrella. Por este motivo, los navegantes que lo hacen hacia al oeste durante el día, reducen el tiempo de navegación nocturna, incluso durante el día más corto, ya que acompañan al sol.

(182) LXXIV. (LXXII) [1] Los mismos relojes de sol no dan igual hora en todas partes. Después de 300 estadios o a lo sumo 500, la sombra del sol cambia. La sombra del gnomon, en Egipto, al mediodía en el día del equinoccio, es un poco más de la mitad del gnomon. En Roma, la diferencia es sólo la novena parte del gnomon; en Ancona La sombra es más larga en una trigésimo quintaba parte, y la parte de Italia, conocida como Venecia, al mismo tiempo es igual la sombra al gnomon.

(183) LXXV. (LXXIII) [1] Del mismo modo se informa de que en Syene (Asuán, Egipto V, 59), que se encuentra en la parte superior de Alejandría a la distancia de cinco mil estadios, el sol no proyecta sombra en el día el solsticio de verano al mediodía, y cavaron un pozo para proporcionar evidencia experimental y se iluminó todo el, de ahí se desprende que el sol es vertical, lo que, según Onesícrito (de Astipalea) tiene lugar al mismo tiempo en la India en el río Hípasis.

[2] Es cierto también en la ciudad de Berenice en la Troglodítica, y a 4.820 estadios de  Ptolemais, una ciudad también del mismo pueblo, que bordea el Mar Rojo y que se fundó para la primera caza de elefantes, es el mismo fenómeno cuarenta y cinco días antes del solsticio de verano y cuarenta y cinco días después, y durante los 90 días, las sombras se proyectan en el lado del mediodía.

(184) En Meroe (VI, 180) (es una isla y la capital de Etiopía, que se encuentra a 5.000 estadios de Syene, en el Nilo) (puede ser la isla de Filae), desaparecen las sombras dos veces al año, cuando el sol está en el décimo octavo grado de Taurus, y en el decimocuarto de Leo.

[3] En la India, en el país de los Oretes (VI, 95) está una montaña llamada Maleo (VI, 69), de la que las sombras están en el verano hacia el sur, y en el invierno hacia el norte, la osa mayor es visible por 15 noches. En la India también, en Patalas (XII, 45), famoso puerto, el sol sale por la derecha y las sombras se proyectan al mediodía.

(185) Se observó durante el tiempo que Alejandro permaneció allí, que la Osa Mayor es visible durante la primera parte de la noche. Onesícrito (de Astipalea), uno de sus funcionarios, escribió que en los lugares de la India, donde no hay sombra la Osa Mayor no es visible, y que estos lugares son llamados áskios (sin sombra), y que no reconocian la división del tiempo en horas.

LXXVI. (LXXXIV) [1] Eratóstenes (de Cirene) informó, de que en toda la Troglodítica, las sombras se proyectan hacia el sur, dos veces durante cuarenta y cinco días en el año.

(186)LXXVII. (LXXV) [1] Por lo tanto, aumenta gradualmente la luz. En el día más largo en Meroe, en el equinoccial dura doce horas y las dos terceras partes de una hora, en Alejandría 14, en Italia 15, en Gran Bretaña, 17. En esta última las claras noches del verano sin duda la razón es la fuerza de las convicciones, a saber, en el solsticio de verano, el sol al acercarse a nuestro polo en el mundo y el círculo que describe la parte más estrecha a la región polar tiene los días de continuo de seis meses y, por tanto, las noches son de seis meses cuando se traslada al solsticio de invierno.

(187) Piteas de Masilia, dice que llegaron a la isla de Tule, distante de Bretaña, al norte seis días de navegación y que esto ocurre. Algunos garantizan que esto sucede en la Isla de Mona (Anglesey, IV, 103), distante unas doscientas millas de Camaloduno (Colchester), ciudad de Bretaña.

LXXVIII. (LXXVI) [1] Esta teoría de las sombras, y la ciencia que se llama gnomónica, fue inventada por Anaxímenes de Mileto, un alumno de Anaximandro, del que hablamos (II, 31), fue el primer que mostró en la Lacedemonia el reloj llamado sciotérico.

(188) LXXIX. (LXXVII.) [1] El mismo día se determinó en diferentes maneras. Los babilonios entre las salidas del sol, los atenienses de puesta a puesta, los Umbrios, de mediodía a mediodía, el vulgo, de la luz a la oscuridad, Los sacerdotes romanos y los que han establecido el día civil, y los egipcios, e Hiparco (de Nicea), de medianoche a medianoche. El tiempo durante el cual el sol no es visible entre los dos equinoccios que es más corto el solsticio de verano que en los equinoccios, porque en el equinoccio la posición de la estrella en el zodíaco es menor, el solsticio es mayor.

(189) LXXX. (LXXVIII) [1] Aquí viene el hecho de que dependen de estas influencias celestes. Los Etíopes, a causa de la proximidad, están quemados por el calor del sol. Ellos nacen como si se hubieran sometido a la acción del fuego, con la barba y el cabello rizados. En la parte opuesta, en la zona frígida, las personas tienen la piel blanca, pelo rubio y largo. La dureza del clima hace que los pueblos del norte salvajes, por la movilidad de aire hacen que en la zona tórrida sean prudentes. La conformación de las piernas, en las misma muestra la acción del calor, que hace subir a los jugos en la parte superior, entre los otros, la entrada de líquidos caen hacia las partes bajas. Hay grandes fieras aquí, al mediodía crecen distintas formas de animales, especialmente entre las aves de todo tipo, la altura similar en las dos zonas allí por el calor aquí por la abundancia de la humedad.

(190) [2] En el intermedio la temperatura es saludable, y el suelo es apto para producir de todo, el tamaño es medio, el color de la piel presenta una justa mezcla de formas son suaves, costumbres moderadas, los sentidos finos, el intelecto fructífero, y capaz de abarcar a toda la naturaleza. Estas personas tienen imperios; que las naciones extremas nunca han tenido. Es cierto que no han sido obedecidos por ellos, pero por estar separados del resto de la humanidad, que viven solas en la inexorable naturaleza que los abruma.

(191) LXXXI. (Capítul LXXIX, Terremotos) [1] De acuerdo con la opinión de los babilonios, los terremotos, y las grietas que se abren, se deben a la acción de las estrellas, pero además sólo de los tres que les atribuyen los relámpagos; estos fenómenos ocurren cuando las estrellas están con el sol en conjunción, o especialmente en cuadratura. El físico fue Anaximandro de Mileto, digno de eterna memoria, de los Lacedemonios cuando dijo que tenían que cuidar de su ciudad y sus casas que un terremoto era inminente. Y, de hecho, toda la ciudad fue derruida, y una parte considerable del Monte Taygeto, que cortado en forma de popa, dominado Esparta, se derrumbó, y agrandó la catástrofe.

[2] se atribuye al maestro de Pitágoras, Ferecides (de Siros), otra previsión también divina. Al sacar agua de un pozo, tuvo la sensación de que en ese lugar habría un terremoto.

(192) Si sus historias son verdaderas, ¿qué diferencia hay entre Dios y los hombres, mientras viven? Por otra parte, dejo estas historias a la interpretación de cada uno. En cuanto a la causa, no me cabe duda de que está en los vientos.

[3] En efecto, la tierra no tiembla cuando el mar está activo, lo hace con un cielo tan silencioso que el vuelo de las aves no lo admite, por que desaparece cualquier brisa, después de temblar se dictaminó que el viento sopla, penetrando en sus venas y en el secreto de las cavidades de la tierra. El terremoto es a la tierra lo que la nube del trueno, el abismo se abre de forma similar y simple se divide: el aliento encerrado lucha y se debate por liberarse.

(193) LXXXII. (LXXX)[1] El temblor de tierra de este modo ofrece experiencias variadas, e inusuales cambios que tienen en el lugar: las murallas se caen, y en otros son engullidas en abismos profundos, a veces las masas se levantan, algunas veces nacen nuevos ríos; a veces brotan lenguas de fuego o aguas termales, los ríos también son desviados. El terremoto es precedido y acompañado de un ruido terrible, como a veces en un susurro, a veces en mugidos o el clamor de las personas, o el rugido al empuñar las armas en la batalla, en función de las cualidades de las materias primas, y la forma de las cuevas subterráneas por las que el sonido viaja: estrangulado en los espacios reducidos, en las grietas roncando, haciéndose eco de las duras, efervesciendo en lo húmedo en algunos lugares, fluctúan las aguas en los pantanos, rompe contra los sólidos.

(194) A menudo se oye ruido, sin temblores. Pero las sacudidas no son simples, es como un movimiento de oscilación y vibración.

[2] Las grietas, que a veces se abren pueden mostrar lo que han tragado, a veces se estrechan, y se incorporan al suelo, donde exactamente no queda rastro de las ciudades y ni del campo tragado. Las zonas marítimas son particularmente vulnerables a los temblores, pero las regiones montañosas no están libres de ellos. Sé por mi propia experiencia como los Alpes y Apeninos han sacudió más de una vez.

(195) Temblores, como los rayos, son más frecuentes en otoño y primavera igual que las tormentas

[3] Por eso los galos y Egipto no lo tiene aquí por el verano de allí, por el invierno. También son más frecuentes en la noche que durante el día. Los más violentos terremotos se producen en la mañana y por la noche, que son los más comunes al acercarse el día, también se sienten en el día, alrededor del mediodía. Se producen también durante los eclipses de sol y la luna, porque entonces las tormentas amainan, y se producen principalmente cuando las lluvias son seguidas por el calor, o el calor por la lluvia.

(196) LXXXIII. (LXXXI) [1] El navegante también reconoce los terremotos por un fenómeno que no deja lugar a dudas: sin un soplo de aire de flujo de repente se levantan olas, o la nave recibe un choque. Las puertas en los barcos tiemblan como en los hogares, y advierten por su crujido.

[2] Las aves no se levantan, por terror. También hay una señal del cielo antes del terremoto en el día, poco después del atardecer, con el clima tranquilo, una tenue nube se prolonga mucho en la forma de una linea.

(197) En los pozos el agua se enturbia, y desarrolla un mal olor.

LXXXIV. (LXXXII) [1] Los pozos son un remedio, como si muestran muchas excavaciones: los pozos están dando una salida al aire, esto se muestra en algunas ciudades, que sufren menos porque excavan bajo tierra muchos para la eliminación de basuras. Las partes que están suspendidas sobre ellas son las más seguras, es un ejemplo en Nápoles, Italia, donde la parte más fuerte es la que sufre más daños. Los más resistentes son las bóvedas, así como las esquinas de las paredes que forman un ángulo, y las puertas, dado que los empujes se contrarrestan y se cancela un golpe, por el otro. Las paredes de ladrillo tienen menos daño.

(198)[2] También hay una gran diferencia en el efecto de acuerdo con el tipo de choque, porque la tierra sacude en más de una forma. El peligro es menor cuando vibra, causando en los edificios una especie de temblor, o cuando sube y baja asentándose, el daño también es cero cuando los edificios chocan en direcciones opuestas: un pulso detiene el otro. Pero una especie de movimiento ondulatorio, que, volviendo a sí mismo, imitando a las olas, es mortal, y también un movimiento que actúa en un sentido único. Los terremotos cesan cuando surge el viento, pero si persisten, no se detendrán antes de cuarenta días, a veces duran más, y algunos se dejaron sentir en el espacio de un año e incluso dos.

(199)LXXXV. (LXXXIII) [1] Ha sucedido una vez (según lo que encontré en los libros de la doctrina etrusca) algo prodigioso de la tierra, bajo el consulado de Lucio Marcio y Sexto Julio (91 adc.), en el territorio de Módena: Dos montañas avanzaron y retrocedieron, se encontraron con fuerte caída, con un estallido de llamas y humo hasta el cielo, durante el día y la vista una multitud de caballeros romanos, y viandantes que contemplaron este espectáculo desde la Vía Emilia. Este choque aplastó a todas las casas de campo y mató a muchos animales que estaban en su interior: siendo un año antes de la guerra social, tal vez fue más mortal a Italia que lo han sido las guerras civiles).

No menos extraño el fenómeno que fue visto en nuestro tiempo, el último año del reinado de Nerón (68 dc.), hemos hablado en la historia de este príncipe (perdida), unas praderas y unos olivos, se cambiaron de posición cruzando por medio la vía pública, en el territorio de Marrucino, estas praderas y campos pertenecientes a Marcelo Vetio (XVII 38-4, caballero romano, administrador de las propiedades de Nerón.

(200) LXXXVI (LXXXIV) [1] Los terremotos son acompañados por inundaciones de la mar, lo cual plantea al mismo tiempo, sin duda, que se extiende por la acción del mismo aire. El terremoto más grande que se puede recordar llegó durante el reinado de Tiberio (17 dc.): doce ciudades de Asia quedaron arrasadas en una sola noche. Los temblores fueron muy frecuentes durante la guerra púnica, en el mismo año (217 adc.) se sintieron 57 en Roma. Fue en este año que se dió la batalla del lago Trasimeno, y el terremoto, violento, fue sentido por los cartagineses y los romanos.

[2] También es un problema no sólo el peligro del terremoto en sí, sino que presagia otros peligros que son iguales o más grandes. El terremoto nunca ha sacudido la ciudad de Roma sin que al mismo tiempo anunciase cualquier catástrofe.

(201) LXXXVII. (LXXXV.) [1] La misma causa produce nuevas tierras, donde el viento que sacude la tierra, es suficiente para elevar el suelo está demasiado bajo para la erupción. No sólo por el aluvión de los ríos brotan nuevas tierras, como las islas Equinadas de los depósitos del río Aqueloo, y la mayor parte de Egipto por el Nilo de Egipto, que si creemos a Homero (Odi. IV, 351), fue separado de la isla de Pharos (V, 128) con un día y una noche de navegación. No se trata ya no sólo de la retirada del mar, como ocurrió a Circeo (III, 56) que, incluso para Homero es una isla (Odi. X, 189).

[2] Hay una retirada de 10.000 pasos, en el puerto de Ambracia (Arta en la actualidad). En un espacio de 5.000 pasos en Atenas, en el Pireo (IV, 24) y en Éfeso, donde las olas golpeaban una vez el templo de Diana. Si damos crédito a Herodoto (II-10), el mar, una vez cubrió Menfis en Egipto más allá de las montañas de Etiopía, que también fue el escenario de las llanuras de Arabia. Las inmediaciones de la Ilión y Teutrania (V, 125) fueron un mar en el que el Meandro ha ido formando la tierra.

(202) LXXXVIII. (LXXXVI.) [1], también nace la tierra de otro modo, que aparecen de repente en un mar, como si la naturaleza regresara a un lugar lo que se sumió en otro.

LXXXIX. (LXXXVII). [1] Las islas han sido siempre famosas, Delos y Rodas, que según la tradición, nacieron de esta manera. Y luego surgieron otras más pequeñas Anafes más allá de Melos (al este); Las Néas entre Lemnos y el Helesponto (IV, 72), Halone (V, 137), entre Lébedos y Teos; entre las Cícladas , el 4 ° año de la 145 Olimpiada (197 adc.), (texto confuso no hay acuerdo entre los traductores ni en las fechas) entre Thera y Therasia desaparcio Sagra: ciento treinta años después, apareció Hiera, que también se denomina Autómate y otra vez, 242 años más tarde, en nuestro tiempo, bajo el consulado de Junio Silano y Valerio (Balbus), 8 de los idus de julio (8 de julio del 46 dc.), Thia, a una distancia de dos estadios de la anterior.

(203) (LXXXVIII)[2] Antes de nuestra era y alrededor de Italia, se formó una entre las islas Eolias y otra se encuentra fuera del mar, cerca de Creta, con un contorno de 2.500 pasos, y aguas termales. Una tercera se produjo en el año 3º de la 163 olimpiada. (126 adc.), en el Golfo de Etruria, ardiendo con violentos golpes; informan sobre una multitud de peces flotando alrededor, y todos aquellos que los comieron murieron de repente.

[3] Según la tradición, nacieron las Pitecusas (enfrente de Nápoles) de esta forma en el Golfo de Campania; Epopo más tarde, la montaña de estas islas, que de repente estalló en llamas, se derrumbó y se quedó a ras del suelo. En la misma isla, una ciudad se sumió en el mar, otro terremoto formó una laguna, y otro, después de haber anulado la montaña, dio a luz a la isla de Prócida.

(204) XC. [1] De hecho, por ese mismo poder, la naturaleza ha creado islas: separando Sicilia de Italia, Chipre de Siria, Eubea de Beocia (IV, 63), Atalante (IV, 71) y Macris (IV,68) de Eubea, la Besbicos (V, 151) de Bitinia , el promontorio de las sirenas (III, 85) de Leucosia.

XCI. (LXXXIX.) [1] Al contrario, eliminó las islas del mar y las sumó a la tierra: Antissa (V, 139) a Lesbos, Zephyrium (V, 107) a Halicarnaso, Aethusa (¿? III, 92) a Myndus (V, 107) , Perna y Dromiscus a Mileto (V, 112), Nartecusa (¿? V, 133) al promontorio Partenio (IV, 86). Hybanda (¿?) una vez isla en la costa de Jonia, ahora lejos del mar doscientos estadios. En Éfeso han agregado la isla de Siria (V, 115), y Magnesia que está cerca, las Derásidas (V, 114) y Safonia. Epidaurus (III, 144) y Oricum (III, 145) han dejado de ser islas.

(205)XCII. (XC.) [1] El mar se ha tragado toda la tierra: en primer lugar, lo que es ahora el Océano Atlántico, si creemos a Platón (por la ironía, él no), al gran continente que ha desaparecido, y, a continuación, en el Mediterráneo, hoy vemos a los Acarnanios (IV, 5) sumergidos por el Golfo de Ambracio, la Acaya por el Golfo de Corinto, Europa y Asia por el puente Propontide y, además, el mar rompió Leucada y Antirrio (IV, 6), y atravesó el Helesponto, y los 2 Bósforos.

XCIII. (XCI.) [1] Por no hablar de los golfos y lagos, la tierra se devora a sí misma y ha absorbido la Ciboto (V, 106), alta montaña con la ciudad de Caria, Sipylo en Magnesia (V, 120), y anteriormente en el mismo lugar, una ciudad famosa llamada Tantalis (V, 117); Galenes y Gamales (¿las bíblicas Sodoma y Gomorra?) ciudades fenicias que se tragó con sus campos, la Fegio, muy alta montaña de Etiopía, ha desaparecido, como si no se moviese el litoral y desaparecieran.

(206) XCIV. (XCII.) [1] Por lo tanto Antissa y Pirra (V, 139) resultaron dañadas en la laguna Meótida; Elice y Bura (IV, 12) en el Golfo de Corinto, y todavía vemos los restos bajo las olas. Un área de más de treinta millas fue repentinamente arrancada de la isla de Cea (IV, 62) por el agua, que se ahogó un montón de gente, en Sicilia se ha retirado la mitad de la ciudad de Tyndaris (III, 90) y la tierra que unía la isla a Italia; la misma catástrofe en Beocia Eleusine (IV, 62).

XCV. (XCIII.) [1] Vamos dejando de hablar de los terremotos, la tierra y todas esas catástrofes que dejan, al menos, sobrevivir a las tumbas de las ciudades, para hablar de las maravillas de la naturaleza, mejor que de las catástrofes, y por Hércules sin duda que las maravillas celestes no van a ser más difícil de decir.

(207) [2] Los metales, tan variados, tan abundantes, tan fructíferos, renaciendo desde tantos siglos, a pesar de la destrucción diaria que existe en todo el mundo por el fuego, por las ruinas, los naufragios, las guerras, los fraudes, a pesar del consumo de lujo y las necesidades de tantos hombres. Las joyas,de tantos colores y tan hermosos, tan diversas y tan distintas vetas, entre otras un blanco diáfano (XXXVI, 163) que no deja pasar nada, con excepción de la luz, Y las virtudes medicinales de los manantiales, y los incendios que estallan en muchos lugares, y se queman sin cesar durante tantos siglos, las exhalaciones mortales, o de las excavaciones hechas con las manos, o veces espontáneas saltan del terreno, ambos perjudiciales para las aves, en el Soracte (monte sagrado), cerca de Roma, a todos los demás animales, excepto los seres humanos,

(208) a veces para el hombre mismo, como en el territorio de Sinuesse y Putéolos, donde estos pozos, cuevas llamados Caronte, rezuman un aire envenenado;

[3] y Hirpinos (III, 99) en el Valle Amsancti cerca del templo de Mefitis (Diosa asociada con la peste), un lugar donde los que entran mueren, un lugar similar en Hierápolis (V ,81 y 89) en Asia, donde sólo al sacerdote de la Gran Diosa (Cibeles) no van mal, cuevas con fatídicas exhalaciones, proféticas del futuro, como el famoso oráculo de Delfos. En todos estos fenómenos, ¿qué causa un mortal puede asignar, si no la divinidad de la naturaleza, que en cualquier manera generalizada, se manifiesta en diversas formas?

(209) XCVI. (XCIV). [1] Algunas tierras tiemblan al pasar: por ejemplo, en el territorio de Gabios (¿Gabini?), cerca de Roma, hay alrededor de doscientas yugadas (50 hectáreas), que tiemblan al paso de los caballos, también se da el caso en el territorio de Reatino (III, 107).

(XCV)[2] Algunas islas están todavía flotando en el territorio de Cécube (III; 60) y Reatino, Módena y Estatonia (III, 52). En el lago Vadimon (actual lago Basano) y el agua de Cutilias (III, 109) contienen un espeso bosque que nunca verá el mismo lugar día y noche. En Lidia, las llamadas Calaminae que obedecen no sólo al impulso del viento, que aún por el gancho de los barqueros se mueven, en la guerra de Mitrídates, fueron la salvación de una multitud de ciudadanos.

[3] Hay también en el ninfeo (múltiples referencias con el mismo nombre) unas islas pequeñas llamadas Saliares (saltarinas) porque se mueven al compás de los pies que acompañan el canto. En el Lago Tarquinios (lago Bolsena), uno de los grandes lagos de Italia, hay dos que bajo el soplo del viento, a veces toman la forma triangular, a veces redondeada, pero nunca forman figura cuadrada.

(210) XCVII. (XCVI.) [1] Hay en Pafos un famoso templo de Venus, con un patio donde nunca llueve. Esto pasa también en Nea (IV, 72 , ), ciudad de la Troya, alrededor de la estatua de Minerva, en el mismo lugar, donde los restos de los sacrificios no se corrompen.

(211) XCVIII. [1] En Harpasa (V, 109), ciudad en Asia, hay una horrenda roca que se mueve con un dedo, y se resiste si se intenta impulsar con todo el cuerpo. En Parasino, ciudad de la península Táuride (¿IV, 85? no vamos a poder ir a buscarla, los copistas del medievo quizás la guardaron para si), hay una tierra que cura todas las heridas. En las inmediaciones de Assos en Troya (V, 123), existe una piedra que consume todos los organismos que se llama sarcófago (XXXVI, 27). Hay dos montañas junto al río Indo, una de las cuales atrae y la otra repele cualquier tipo de hierro; de forma, que si usted usa calzado con clavos, en la una no se puede retirar el pie, y en la otra no se puede posar.

[2] Se observó en Locri (III, 74) y Crotone (III, 73) que nunca fueron afectadas por plaga, ni por terremoto en Ilión, y que tras los terremotos en Lycia siempre hay cuarenta días serenos. En el territorio de Arpano (III, 105) sembrado de trigo no crece. En los altares de Mucio en el país de Veyos, así como en Tusculum y en los bosques Ciminia hay zonas en las que no se puede arrancar lo que sembró allí. El heno que se da en el territorio de Crustumino (III, 52) es insalubre, pero no fuera de allí llevado a otros lugares.

(212) XCIX. (XCVII.) [1] Ya he hablado de la naturaleza del agua, pero ¿no es lo más singular el flujo y reflujo del mar y la causa de este fenómeno?, que ofrece muchas variantes, y se encuentran en el sol y la luna. El mar, entre dos salidas de la luna, aumenta dos veces y baja otras dos, aún en veinticuatro horas. El cielo con la luna se inicia la pleamar, las olas, mar de fondo y luego de volver sobre sí mismo cuando, después de pasar el meridiano, empieza a descender hacia la puesta del sol, de nuevo sube cuando sale de la parte baja del cielo y sube a las profundidades del cielo, y en el punto opuesto en el mediodia, a continuación, se retira la inundación y hasta el próximo ascenso.

(213)[2] La marea no se da, al mismo tiempo que el día anterior, como si fuera el esclavo de este hambre del astro que atrae a los mares, todos los días, y se levanta en otro lugar distinto del día anterior. El flujo y reflujo en la alternancia de intervalos siempre iguales, que es de seis horas cada uno, no horas, de día o de la noche en cualquier parte, sino horas equinocciales. Asimismo, estos intervalos, medido en horas vulgares, parecen desiguales luego de presentar informes de horas equinocciales en vulgares horas de día y de noche, que esas son iguales a través de los equinoccios.

(214)[3] Por lo tanto, la estupidez, en este caso es considerable evidencia, llena de luz y haciendo uso de la palabra, por así decirlo, cada día para negar el paso de las estrellas en la tierra y su reaparición en el otro lado. La faz de la tierra e incluso la totalidad de la naturaleza es similar en todas las direcciones, los efectos son los mismos en el amanecer y el atardecer de las estrellas y la influencia de la luna cuando ella camina por debajo de la tierra no difiere de la que lleva a su paso por nuestras cabezas.

(215) La acción de la luna tiene variadas diferencias, cada siete días: de hecho, las mareas, son pequeñas desde la luna nueva hasta el cuarto creciente, a continuación, aumenta la pleamar y alcanza el punto más alto en la luna llena para a continuación, disminuye, hasta después de siete días en que se encuentre en el otro cuarto, pero aumenta de nuevo en el tercer cuarto, y de nuevo decrece. Ellas son más bajas cuando la luna está al norte y más remotas de la tierra, cuando, llegando al mediodía, ejerce su influencia más de cerca.

[3] Cada ocho años, hace cien revoluciones la luna, (la equiv. en periodo sinódico 99 meses lunares, 2925,5 días aproximado a 2922 días los 8 años, o, 107 meses siderales equivalentes a 2916 días. Las 100 revoluciones parece una explicación como aproximación-práctica, pedagógica y nemotécnica de ajuste del, o en inversa al, calendario Juliano, en vez de un dato corroborado) y las mareas se repiten en el mismo orden, y con el mismo ritmo de crecimiento. Todas estas influencias se incrementan anualmente por la influencia del sol. Las mareas más altas son en los dos equinoccios, y son aún más para el equinoccio de otoño que el de la primavera, son muy suaves en el solsticio de invierno, y más en el solsticio de verano.

(216)[4] Sin embargo, estos cambios tienen lugar no en el mismo momento del cambio de estaciones que he indicado, sino después de unos días: y tampoco justo en la luna llena y nueva, que también se sienten un poco más tarde. Tampoco es cuando la luna se eleva o baja, o cuando se desvia del meridiano que su influencia es evidente, es alrededor de dos horas equinocciales más tarde, como los fenómenos que suceden en el cielo que no producen sus efectos hasta algún tiempo después de haber sido visto, el rayo, el trueno y el relámpago (142).

(217) [5] Todas las mareas del océano cubren espacios más grandes que las de los mares, o porque un sistema que actúe en su conjunto tiene más energía en una acción que las partes o porque la vasta extensión de mar abierto recibe ilimitada influencia de la estrella mientras los sitios circunscritos o estrechos lo reducen. Por eso en lagos o ríos no hay mareas.

[6] Piteas de Masalia informó de que más arriba de Britania las mareas alcanzan ochenta codos. Los mares interiores están cerrados por tierra como un puerto,

(218) pero en algunos lugares, el espacio es más amplio obedeciendo al imperio de la luna. Hay muchos ejemplos de barcos, que partiendo de Italia, con mar serena, sin la acción de los remos, logran llegar hasta Utica (V, 24) al tercer día, por el impulso único de la marea.

[7] Estos movimientos se sienten a lo largo de las costas más que en alta mar, de la misma manera que en las extremidades del cuerpo humano se siente más el ritmo de las venas, es decir, el aire vital. En la mayoría de los estuarios la marea muestra diferencias debido a la elevación de las estrellas, que varía en función de cada zona, irregulares en la duración que no en su régimen, como en las de Sirte.(V,26)

(219) C. [1] Sin embargo, tienen naturalezas especiales en algunos lugares: el flujo varias veces en el estrecho de Tauromenium (III, 83), y repite hasta siete veces al día y la noche en Eubea (IV, 63) La marea está en su punto más bajo durante tres días en el mes, el séptimo, octavo y noveno día de la luna. En Cádiz, cerca de la fuente del templo de Hércules (IV, 120), que está encerrada en una especie de pozo, sube y baja, a veces al tiempo que el océano, a veces al contrario.

[2] En el mismo lugar, hay otra fuente compatible con los movimientos del océano. En el borde del río Betis está una ciudad que los pozos bajan cuando sube la marea y aumentan cuando baja esta, y sin movimiento entre ambas fases. En la ciudad de Hispalis (Sevilla), hay otro con este fenómeno, siendo normales los demás. El Ponto, siempre revierte hacia la propóntide sin que el flujo entre dentro en el Ponto.

(220) IC. (XCVIII) [1] Todos los mares se purgan con la luna llena, y algunos en un tiempo concreto. De Messina y Mila, rechazar las olas a la orilla una basura como el estiércol, por lo que la fábula dice que los bueyes del Sol tienen allí sus establos (Odisea XI -100). En Aristóteles (porque yo no omito a sabiendas) (Obra perdida) añade, que ningún animal expira, sino cuando baja la marea. Esto ha sido objeto de muchas observaciones en el Océano Galico, y se da por comprobado en los seres humanos.

(221) CII. (XCIX.) [1] El informe concluye con razón que la luna es justamente considerada como la estrella de la vida, por que satura la tierra, y engorda el cuerpo cuando se acerca y los vacía con la distancia: así, sucede en el crecimiento de los moluscos (109), y los seres que sienten la mayor acción de su aliento son los que no tienen sangre.

[2] Además, la sangre del hombre sube y baja con la luz de esta estrella; el follaje y los pastizales, como decimos en su lugar (XVIII, 321), al sentir la influencia y la fuerza que penetra en todas partes.

(222) CIII. (C) [1] Por el contrario, el sol por su calor, seca toda humedad, según la opinión recibida, es un astro masculino que se quema y abrasa todo.

CIV.[1] Por lo tanto, el mar, a pesar de su amplio alcance, le da un sabor salado, ya que la fuerza ígnea atrae las partes suaves y sutiles que son los más fáciles de absorber, y se depositan las que son más amargas y espesas (debido a que el agua profunda es menos suave que el agua de la superficie, y que explica muy bien el sabor amargo que se dice que el mar es el sudor de la tierra para siempre), o la mezcla seca de los áridos vapores producen este efecto, que la tierra por su naturaleza estropea el sabor del agua del mar, como en las aguas medicinales.

[2] Se ha informado de que, cuando Dionisio, tirano de Sicilia, (Dioniso II de Siracusa, 367-344 adc.) fue expulsado del trono, el agua del puerto, por un prodigio, se convirtió ese día en dulce.

(223) [3] (CI.) Por el contrario, nos fijamos en la luna como un astro celeste suave y femenino, que da y resuelve la humedad de la noche, sin suprimirla. Se dice en prueba de que da la podredumbre de los cadáveres de los animales bajo su presencia, aturde a las personas durmiendo: ella funde y rompe el hielo con todo su aliento húmedo.

[4] Se compensan las cosas, ya que la naturaleza es suficiente por sí misma tiene la acción en las estrellas, que algunas condensan los elementos y otras los diluyen. Diríamos de la luna que se alimenta del agua dulce, y el sol, en las aguas del mar.

(224) CV. (CII.) [1] Según Fabianus, la mayor profundidad del mar es de quince estadios. Otros garantizan que el Ponto Euxino, frente a la nación de los Coraxos (VI, 15) a 300 estadios del continente, hay un lugar llamado el abismo del Ponto, donde el mar tiene una profundidad sin límite (2.214 metros), y nunca se ha encontrado el fondo.

CVI. (CIII.) [1] Lo más singular y maravilloso del mar, en el mismo borde el agua dulce que fluye a chorros. El agua no está libre de maravillas. Flota el agua dulce en el mar, por pesar menos, sin duda. También el agua marina, tiene naturaleza más densa, por eso la sustenta mejor. Hay incluso agua dulce que flota entre sí.

[2] como en el lago Fucini, el río Pitonio (XXXI, 41) que pasa a través de él, en la cuenca del lago Laris, el Adda (III, 131), y en el Verbano el Ticino, En el Benaco, el Mincio (IX, 75), En el Lago Sevino , el Olio, en el lago Leman el Ródano (que está más allá de los Alpes, los otros están en Italia). Todos estos ríos, que reciben por así decirlo, de la hospitalidad en un viaje de varias millas, se llevan sus aguas, y no dejan más que la que introducen. Que se refiere el mismo hecho del Orontes (V, 79), río de Siria, y muchos otros (VI, 127 y 128).

(225) [3] Algunos ríos, por antipatía hacia el mar, fluyen por entre las olas: como en la fuente de Arestusa en Siracusa, donde las cosas que son arrojadas al Alfeo, que, a través de Olimpia, tiene su desembocadura en la costa del Peloponeso. Hay ríos subterráneos que desaparecen, y luego reaparecer en la luz: el Lico en Asia, en la Argolis el Erasino, el Tigris en Mesopotamia. Las cosas son arrojados a la fuente de Asclepio, en Atenas, aparecen en Falero (Puerto de Atenas). En el territorio de Atinum hay un río subterráneo que reaparece después de 20.000 pasos; el Timavo hace lo mismo en el territorio de Aquileya.

(226)[4] En Judea, en el lago Asfaltites (V, 72), que produce el asfalto no se hunde nada, es lo mismo en el gran lago Arestusa en Armenia (VI, 127): a pesar de que es nitroso, tiene peces. En el territorio de Salento (Calabria, la puntera del zapato de Italia), cerca de la Ciudad de Manduria, hay un lago lleno hasta el borde, el nivel no disminuye cuando se extrae el agua, ni aumenta cuando le añaden.

[5] En el río de los Cicones (IV, 43) y en el lago de Velino (III, 108) del Picenum, un pedazo de madera queda recubierto con una capa de piedra. En el Surius (VI. 13), río de la Cólquide, la petrificación llega hasta el corazón de la madera, luego de recubrir la corteza de piedra. El Silero (III, 70), más allá de Surrente, no sólo las ramas, que las hojas hundidas, quedan petrificadas: pero en efecto, las aguas son buenas para beber. En la boca de una laguna de Reate crece una piedra, -y al final de mar Rojo y nacen olivos y arbustos verdes-.(-es un añadido de copista-)

(227)[6] Diversas fuentes tienen el singular fenómeno de gran calidez, incluso en las cumbres de los Alpes, incluso en medio del mar entre Italia y Enaria (III, 83), como también en el Golfo de Bayas en el río Liris, (III. 59) y muchos otros puntos. En cuanto al agua dulce, existe en diversas partes del mar, cercano a las islas Quelidonias (V, 131 y IX, 85), y a Arados (V, 78), y en el Océano de Cádiz.

[7] En las cálidas aguas de Patavino nace hierba verde, y en las de Pisa, las ranas y en las cercanas, de Vetulonia, en Etruria, no lejos del mar peces. En el territorio de Casinum, hay un río de agua fria que se llama Scatebra, con más agua en verano, que igual que en el Estinfalo (IV, 20, como ciudad) de Arcadia, nacen ratas de agua (XXXI, 14).

(228) En Dodona,(IV, 6) la fuente de Júpiter, que es fría y extingue las antorchas que se sumergen, de nuevo si se le acercan apagadas las enciende. esta fuente se seca siempre al mediodía, por lo fue llamada Anapauómenon, (intermitente); luego va creciendo hasta la mitad de la noche en que rebosa, a partir de ese momento comienza a disminuir gradualmente.

[8] En Illiria, extendido un paño sobre una fuente fría se enciende. El estanque de Júpiter Amón, frío durante el día, cálido por la noche. En la trogloditica hay una fuente conocida del Sol, es suave y muy fría alrededor del mediodía y, a continuación, se calienta gradualmente, hacia la mitad de la noche tiene una gran cantidad de calor y un sabor amargo .

(229) [9] La fuente de la Po está siempre seca a mediodía de verano, con una especie de intermitencia. En la isla de Tenedos (IV, 51), hay una fuente que en el solsticio de verano, de 3ª a 6ª horas por la noche rebosa. En la isla de Delos, la fuente Inopus tiene aumentos y disminuciones de la misma manera que el Nilo, y al mismo tiempo. Frente a la desembocadura del Timavo hay una pequeña isla con aguas termales que crecen y disminuyen con la marea. En el territorio de Pitinum, más allá de los Apeninos, el río Novanus se convierte en el solsticio de verano en torrencial, y se seca en el solsticio de invierno.

(230) [10] En Falisco (III, 51), todas las aguas blanquean el pelo de los bovinos que las beben. En Beocia, el río Melas hace que el ganado ovino sea negro. El Cefiso, que se deriva de las mismas orillas de un lago, hace que sean de color blanco, el Peneo (IV, 30) negras, el Janto (V, 124) al pasar por Ilion rubias, de ahí el nombre del río (Xanthos, amarillo). En el Ponto, el río Axiaces (IV, 82) riega el campo donde las yeguas proporcionan una leche de color negro, que sirve de alimento a la población. En el territorio de Reati, hay una fuente llamada Neminie, que cambia de lugar de origen, y anuncia las variaciones de la cosecha. En el puerto de Brindisi, hay una fuente que proporciona una excelente agua a los navegantes.

[11] El agua de Lyncestos (IV, 35), que dicen ácida, emborracha como el vino (XXXI, 16), y fuentes similares se encuentran en la Paflagonia (VI, 5) y en los campos de Caleno (III, 60).

(231) Mucianus, tres veces cónsul, (65, 70 y 72 d.c.) cree que en la isla de Andros (IV, 65, XXXI, 17) el templo de Baco es una fuente, que en las nonas de enero (5 de enero), siempre da sabor del vino: se llama Teodosia (Regalo de dios). En Arcadia, cerca de Nonacris (IV, 21 y XXXI, 27), la Estigia, donde el agua no indica nada notable ni el olor ni el color, de inmediato mata a los que la beben: así, en Liberoso la colina de la Tauride, hay tres fuentes que causan la muerte sin remedio, sin dolor. En los campos Carrinenses, en Hispania, están cerca dos fuentes, (río Carrión, nacimiento) una de las cuales lo vomita todo y la otra todo lo absorbe. En las mismas gentes, otra fuente muestra todos los peces con un color dorado, pero fuera del agua, no son diferentes de los demás.

(232) [12] En las tierras de Como, cerca del lago Larius (III, 131), fluye una fuente abundante que aumenta y disminuye regularmente cada hora. En la isla Cidonea (V, 140), delante de Lesbos, hay una fuente termal que fluye solamente en primavera. El Lago Sannaus, en Asia, está infestado (¿color o sabor?) del ajenjo que crece a su alrededor. En Colofón, en la cueva de Apolo Clario (V, 116) hay un charco de agua donde van las personas a beber, dando oráculos maravilloso, pero acorta sus vidas. Los ríos han fluido hacia su fuente, y esto en nuestro tiempo, en el principado supremo de Nerón, como informamos en su historia (perdida).

(233) [12] ¿Quién no sabe que todas las fuentes son más frescas en verano que en invierno?. Sería no conocer las maravillas de la naturaleza, donde el cobre y el plomo en masa se hunden, pero aplastándolos flotan, y con el mismo peso corporal, algunos se hunden, los objetos pesados se mueven más fácilmente en el agua;

[13] que la piedra de Siria (piedra pomez XXXVI, 130) flota aún siendo enorme, y se hunde cuando se reduce a fragmentos, los cadáveres recientes se hunden, luego suben a la superficie cuando se hinchan;

[14] que los recipientes sumergidos en el agua, no son más fáciles de extraer los vacíos que los llenos y el agua de lluvia es más útil en el tratamiento de la sal que las otras (XXXI, 39), y la sal no se hace sino mediante la mezcla de agua dulce.

(234) y que el agua de mar se congela más lentamente, y se calienta con mayor rapidez, que el mar es más cálido en invierno, más salado en el otoño; cualquier herida en el mar es aliviada con el aceite y que, por esta razón los buceadores, lo ponen en la boca, porque esta sustancia es un sedante para la aspereza natural del agua, y da transparencia. La nieve no cae en alta mar;

[15] La tendencia del agua es ir hacia abajo, los manantiales de la tierra, y con la misma suerte a los pies del volcán Etna, que arde tan violentamente como para arrojar con llamas, bloques, y arena a más de 50, y 100.000 pasos.

(235) CVII. [1] informaremos de algunas maravillas del cuarto elemento de la naturaleza, el fuego. Comenzando con el fuego en el agua.

CVIII. (Civ.) [1] En Samósata, en Commagene, hay un estanque que proporciona un barro incandescente llamado Malta (XXXVI, 58). Este lodo se adhiere a los sólidos, y huir es en vano de deshacerse de ellos. Es con esta sustancia que las personas defendieron su ciudad contra Lucullo, (L.Licinio Lúculo consul 74 adc.) el soldado se quemaba con su arma. El agua activaba la combustión; con la experiencia se aprendió que se puede extinguir solo con la tierra.

CIX. (Cv.) [1] La naturaleza de la nafta es similar, se llama así a una sustancia que fluye como líquido de asfalto en las proximidades de Babilonia y Austacene en la provincia de los Partos. El fuego tiene una gran afinidad por ella, y que se propaga en cuanto está dentro de su alcance. Por lo tanto los informes de que quemó así a su rival Medea, cuando ella se acercó al altar para hacer un sacrificio, tomó el fuego su corona inmediatamente.

(236) CX. (CVI.) [1] Entre las maravillas de fuego en la montaña hay que poner el Etna, que arde todas las noches, y eso es suficiente por tantos siglos, para el invierno la nieve, la ceniza que rechaza estas cubiertas de escarcha. Y este no es el único rajar de montaña por la naturaleza, anunciando el arder de la tierra. En Faselide (V, 96) Monte Quimera (pero es en Licia, V, 100) arde, y la llama no se extingue ni en el día ni en la noche, el agua activa su fuego, y que la tierra o el cieno lo apaga, según informa Ctesias de Cnido. En Lycia misma en las montañas Efestias, al darles con una antorcha arden, y queman a la vez, las piedras y arena dentro de la misma agua: que este fuego se alimenta con la lluvia;

[2] si se enciende y se traza un surco con él, se dice que forma un río de fuego. En Bactria, el Monte Cophante arde desde la noche a la mañana.

(237) Hay fuego en la Media y la Sitacene (VI, 132), en los confines de Persia, hay en Susa (VI, 133), junto a la Torre Blanca, hay quince pozos, incluyendo el más grande que es visible incluso de día.

[3] En la llanura de Babilonia hay una piscina ardiendo, de un iugerum de magnitud (1/4 de hectarea). En Etiopía, cerca del monte Hesperius (VI, 197), los campos parecen como la noche estrellada, es también el caso en el territorio de Megalópolis (IV, 20), y este fuego, en el centro de un cuenco, agradable y no consume el follaje que le cubre, cráter que arde todavía, el Ninfeo (III, 145) se encuentra cerca de un manantial frío, y predice a los Apollonios sus vecinos a los males que les amenazan , así informa Teopompo (de Quios): aumenta con la la lluvia, y suelta un betún que se mezcla con el agua de esa fuente, que no es potable; pero el betún es más líquido que todos los demás.

(238)[4] Sin embargo, se preguntan por qué estos fenómenos? En el medio del mar, Hiera y Lipara (III, 93) Islas Aeolias cerca de Italia, estuvieron ardiendo, en el mar incluso por unos pocos días, cuando la guerra social (91 a 88 adc.), hasta que una legación del Senado hubo hecho la necesaria expiación. En Etiopía, la montaña llamado Theon Ochema (V, 10 y VI, 197) donde es todavía más intenso el sufrimiento del fuego, bajo el ardiente sol, que lanza torrentes de llamas. Son grandes y numerosos los incendios con los que la naturaleza arde en la tierra.

(239)CXI. (CVII.) [1] Agregar las características de este elemento, una chispa es suficiente para desarrollarse, es lo único que nace de sí mismo. ¿Qué es este fin del fuego en el mundo? ¿Cómo esta voracidad, sin perjuicio para sí mismo?, y ¿qué hay que añadir para satisfacer la voracidad de los más ávidos del universo? Añadimos las innumerables estrellas y el sol inmenso; y añadimos los incendios provocados por los seres humanos, los que figuran dentro de las piedras, los que salen de la madera frotando una contra otra, los que vienen de las nubes y provocados por los rayos;

[2] es un prodigio que supera todas las maravillas, que no ha habido un solo día sin una conflagración general. Considere la posibilidad de que incluso los espejos cóncavo para reflejar la luz del sol, provoca fuego sobre los objetos más fácilmente que ningún otro.

(240) ¿Que pasa con los numerosos pequeños fuegos sembrados por la naturaleza por todo el mundo?. En el ninfeo hay un tipo de roca de la que brota una llama con las lluvias, otra similar al lado de las aguas Scantias, que es débil para prender en otros, y dura poco tiempo.

[3] Un fresno esta en la fuente de fuego que la cubre con el follaje verde todavía. En el territorio de Módena, mana una fuente que arde los días dedicados a la fiesta de Vulcano (23 agosto). Autores dicen que en las zonas rurales por debajo de Aricia (III, 63) prende el carbón con caer un brasa, hay una piedra que si se unta se inflama en el territorio de los Sabinos (III, 107) y en Sidicinun (III, 63)), mientras que en la ciudad de Gnatia (III, 102), en el territorio de Salento (¿? será Pedículos), puesto un pedazo de madera sobre una piedra sagrada comienza a arder de inmediato, mientras que en el altar de Juno Lacinia (En Agrigento, Sicilia, XXXV, 64) ubicado al aire libre las cenizas siguen inmóviles, a pesar de los vientos de las tormentas.

(241)[4] Por otra parte, los incendios repentinos se producen en las aguas, los sólidos e incluso en los cuerpos humanos. El Lago Trasimeno (En Perugia, centro de Italia) ardió por completo. A Servio Tulio (XXXVI, 204) siendo niño, una llama le brotaba de la cabeza durante el sueño. Lucio Március en Hispania mientras arengaba a los soldados después de la muerte de los Escipines (211 adc.), y llamando a la venganza, se le encendió una llama en la cabeza. Valerio Antias dice de otro. He sido breve sin mayor detalle, en este momento termine este grupo, las maravillas de todas las cosas luego más detalladas, pero, dejando la explicación de la naturaleza, voy ahora a conducirlos, por así decirlo, por cada parte de la superficie del globo.

(242) CXII. (CVIII.) [1] La parte del mundo en que vivimos y de la que hablo, flotando en algún modo en el océano, que, como hemos visto (166), lo rodea por todas partes. Tiene la mayor dimensión, de este a oeste, es decir, de la India a las sagradas Columnas de Hércules, cerca de Cádiz, en longitud de 8.578.000 pasos según Artemiodoro (de Éfeso), y de 9.818.000 de acuerdo con Isidoro (de Cárace). Artemiodoro añade desde Cádiz, bordeando el cabo sacro (IV, 116) al promontorio sagrado de Artabrum (Ortegal, en la Coruña) último límite de la costa de Hispania, 491.500 (voy a suponer que la D de 500 estaba atrás en vez de delante).

(243) [2] La medida se puede tomar por dos caminos. desde el Ganges en su desembocadura en el Océano Oriental, a través de la India y Partia hasta Myriandros (V, 80), ciudad de Siria, en el Golfo de Iso, hay 5.215.000 pasos, y desde allí navegando en línea recta hasta Chipre, a Patara de Lycia,(V,100) Rodas, Astipalea,(IV, 71) isla del Mar Cárpato, Tenaris de Laconia(IV, 16), Lilibeo en Sicilia, Caralis en Cerdeña, hay 2.103.000 pasos, y 1.250.000 hasta Cádiz, con lo que la medida total, desde el Mar Oriental son 8.568.000.

(244)[3] La otra medida, a casi toda por tierra, es más cierta: desde el Ganges hasta el Éufrates, hay 5.169.000 pasos, luego a Mazaca de Capadocia (VI, 8), hay 244.000 pasos, y luego, atravesando Frigia y Caria hasta Éfeso 499.000; desde Éfeso, a través del Mar Egeo a Delos, 200.000 pasos, y hasta el istmo, 212.5000;

[4] y desde allí por tierra, (y por el mar de Laconia) y por el Golfo de Corinto a Patrás (IV, 11), al Peloponeso, 90.000 pasos, hasta Leucada (IV, 5), 87.500; a Corcira (III, 152), otros tantos, a las Montañas Acroceraunios (III, 97), 82.500, hasta Brindisi, 87.500, hasta Roma, 360.000; a la ciudad de Escingomagus en los Alpes, 519.000; a través de la Galia a Illiberis (Elna) en los Pirineos 468.000 pasos, hasta el océano y la costa de Hispania, 831.000 pasos, y al Estrecho de Cádiz, 7500. Estas distancias, totalizada por Artemiodoro, son 8.945.000 pasos.

(245)[5] En cuanto a la amplitud de la tierra, de sur a norte, considera Isidoro que es aproximadamente la mitad, 5.462.000 pasos; veamos esta diferencia, ¿cuánto espacio se quita de un lado por el calor, y del otro por el frío?. Pues no creo que le falte algo a la tierra ni que la forma no sea esférica, pero los dos extremos están inhabitables, las zonas son desconocidos. La medida desde el ancho de Oceano de Etiopía, al menos en donde hay personas, e incluye hasta Meroe (VI, 177) 625.000 pasos; de Meroe a Alejandría, 1.250.000 pasos, a Rodas, 584.000; hasta Cnido (V, 133), 87.500, hasta Cos (V, 134), 25.000; a Samos (V,135), 100.000, a Quios (V, 136), 94,000, hasta Mitilene (V, 139), 65.000; a Tenedos (V, 140), 119.000; hasta el promontorio Sigeo, 12.500;

[6] a la entrada del Ponto Euxino 12.500, hasta el promontorio de Carambo, 350.000, a la apertura de la Meótide, 312.500, hasta la desembocadura del Tanais (IV, 78), 275.000; podemos acortar el viaje en 79.000 pasos por mar.

(246) Desde la desembocadura del Tanais, no aportan los Autores de forma precisa nada específico. Artemiodoro pensó que todo hacia allá era desconocido, aunque dice que las naciones Sármatas rodean el Tanais hacia el norte.

[7] Isidoro añadió 1.250.000 pasos hasta Tule, aunque parece más adivinanza que conjetura. En cuanto a mí, sé que sabemos que el territorio de la Sármatas está a no menos de la que se dice.

Por otra parte, ¿cómo este espacio tan grande, que contiene numerosas naciones, que cambian por intervalos su vivienda? También pienso que el alcance de estas tierras es mucho mayor del hecho, ya que sé que del lado de Alemania hay enormes islas, conocidas hace poco.

(247)[8] Esto es lo que veo como digno de ser informado acerca de la longitud y la anchura de la tierra. Eratóstenes, con una capacidad superior en todas las ciencias y especialmente en esto último; Eratóstenes, a quien todo el mundo rinde homenaje, evalúa el entorno de toda la Tierra en 252.000 estadios (estadio ático 177,6 metros 46.620.000 metros)

[9], que, expresada en medidas romana, serían 31.500.000 pasos: audaz afirmación, pero basado en argumentos tan contundentes, que da vergüenza de no admitirlo. Hiparco (de Nicea), admirable refutando a Eratóstenes, y en cualquier otra acción, le añadió poco menos de 26.000 estadios. (4.600.000 metros).

(248)[10] (CIX) Dionisodoro (de Amiso) no inspira la misma confianza, pero no quiero privar a los lectores de los mayores ejemplos griegos de jactancia. Era de Melos (IV, 70), y famoso por sus conocimientos de geometría. Murió de vejez en su patria. Los familiares, que recogieron su legado, realizaron sus últimas tareas. Las mujeres, hicieron el cumplimiento los días siguientes, con las habituales ceremonias, Dicen que encontraron en su tumba una carta escrita en nombre de Dionisodoro dirigida a la gente de este mundo. La carta dice que desde su tumba llegó a lo más profundo de la tierra, y que hasta allí había 42.000 estadios (estadio romano 185 metros, 7.770.000 metros).

[11] No hay escasez de geómetras que explican la cosa: siendo que la carta es enviada desde la mitad de la tierra: por el medio, desde abajo, que es el punto más lejano de la superficie, y es también el centro de la esfera. Dicho esto, el cálculo muestra que la tierra tiene, a su vez, 252.000 estadios (48.836.000 metros).

CXIII. [1] La armónica proporción, que exige que la naturaleza esté proporcionada consigo misma, nos da 12.000 etapas adicionales (2.220.000 metros) y resultando la tierra 1/96 ava parte del mundo.

Para muchos vocablos y giros he recogido los de la traducción de Jerónimo de Huerta de 1623, De lo que quede bien, a él, le agradezcan más que a mi, que de lo que queda mal no tiene ninguna culpa sino yo. Pero estando con resolución de enmendarla, si encuentran algo que les ofenda, me lo hagan saber. Les aseguro que agradecería su nota, en: anarkasis @ anarkasis.com . Pueden ayudar comprando un buen vino aquí.

 Te puede resultar de ayuda >>  tabla de equivalencias métricas en las medidas romanas


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